¿Bailamos?

1

Sale el cortejo de la iglesia. Es en una bella comuna de Francia. Y detienen por unos momentos el féretro color beige. Miro a los deudos y amigos, vecinos, compañeros maestros, contritos. La maestra se ha ido, aunque aún su cuerpo esté allí, previo a ser entregado a la madre tierra. Es el ritual humano conocido.

2

Un hombre sostiene la fotografía de ella. Otro empieza a bailar al compás de la música que acaba de iniciar. Es la canción "L.O.V.E", versión francesa. Él, ahora viudo, vive su duelo, como si tuviera mil dagas encajadas por todo su cuerpo. Y baila una canción de amor como despedida. Y tanto contagia su dolor transformado en el movimiento del cuerpo, que otras parejas empiezan a bailar también. Es danza colectiva. Es celebración de la vida, ante la inefable muerte.

3

El cadáver corresponde a quien en vida se llamó Agnès Lasalle, de 52 años, y era maestra de español en un colegio catolico, en San Juan de la luz, comuna apenas de 14 mil habitantes, en la región cantábrica.  Fue apuñalada por uno de sus alumnos de 16 años. "No sé qué me pasó, me sentí poseído por alguien. Escuché voces que me ordenaron apuñalarla", dijo el púber ante las autoridades.

4

Coro: Y dónde estarás tú cuando te llame, cuando te necesite Y a dónde dirigiré mis pasos sin tenerte, sin tenernos, otra vez. Sin volverte a ver. Me dijiste que uno mas uno siempre han de ser dos. Y el mundo ha sido muy diferente. Mas ahora sin ti, he de aprender a caminar otra vez, hasta encontrar de nuevo tu luz. ¿A dónde he de buscarte para charlar como aquella vez? Cuando tu sonrisa y voz me hacían soñar. Ven, bailemos otra vez. Te he de extrañar. La fiesta termina en paz. Como todo, un día tenía que acabar.

5

Todo sucedió de repente. El chico se levantó. Se dirigió hacia la puerta, y le puso el cerrojo interior. Nadie podría entrar. Pero hasta allí todo se veía, digamos, normal. Y entre sus manos llevaba unos papeles. Y de dentro de ellos sacó el puñal, de unos diez centímetros. Lo sacó ya cerca de ella. Y lo encajó en el abdomen a la profesora. No hubo tiempo de reaccionar. El salón tiene una puerta al salón contiguo. Y él, ensangrentado se refugió allí. Un maestro lo logró convencer de que entregara el cuchillo. Luego los gendarmes vinieron por él. "Unas voces me lo ordenaron", se justificó.

6

El hombre, Stephane Voirin,  baila frente al féretro. Para él el féretro no está allí. O ella no está dentro del féretro. Para él es un sueño de terror del que se debe despertar. Y la mejor manera es bailar, como cada semana, como en cada oportunidad en casa, en un salón, o en fiestas de amigos. Bailar, en ese ritual de los cuerpos, con cadencia y ritmo. Con el lenguaje corporal decirte, que siempre te he de amar. Por los siglos de los siglos. Y heme aquí. Un largo tiempo de vals.

7

Miro bailar a Stephane, nacido con el don de cantar, comunicarse, además de la voz,  con el cuerpo todo. Contagia no el dolor, que es un sentir vulgar, que a todos se nos da y con creces, sino la alegría de vivir con la conciencia de que un día más cercano que lejano nos toca irnos. Hemos de marcharnos con la alegría del deber cumplido. Si polvo enamorado hemos sido, barro en la humedad para ser moldeados y darnos forma. Y enamorados a plenitud, decimos adiós, para volver a nuestro estado natural. De la nada volver a la nada, que significa lo mismo que el todo.

8

Imagino verlos bailar en fiestas. Ya lo dije. Imagino verlos bailar en clubes nocturnos. Imagino verlos bailar vestidos o desnudos en la intimidad de su casa. O más precisamente en la habitación. Imagino sus cuerpos, pero también su vibrar de almas. Imagino sus pláticas bailando. Sus risas unidas, cantarinas, sublimes. 

9

Pero llega el instante en el que uno se va, irremediable. Sea la causa que fuere. Y decimos adiós. Sin aspavientos. Sin discursos. Sin justificaciones. La muerte nos toma de la mano. Y nos conduce suave por ese túnel hacia la luz eterna. Y si no viviste con amor -chava, chavala- perdiste miserablemente tu tiempo, único, intransferible irrepetible. Por eso ¡vive!, que nada te has de llevar al marcharte. Quede la fotografía. El libro. Los árboles que plantaste. Quede la canción.

10 

La canción L.O.V.E que baila al inicio en solitario, y luego casi todos los acompañantes, no es casual. Es la versión francesa de la escrita y difundido por Nat King Coole. Y dice así: "Sí. "L" Es por la manera en que me miras/ "O"es por la única a quién veo/ "V" es muy, muy extraordinario/ "E" es mucho más de lo que tú puedes adorar/ Amor es todo lo que te puedo dar./ El amor es algo más que un amor para dos/ Dos enamorados lo pueden lograr/ Toma mi corazón y por favor, no lo rompas/ El amor fue hecho para mí y para ti.



Comentarios

Entradas populares de este blog

lecturas 20. Poemas de Carlos Pellicer Cámara

Rigo Tovar y Chico Ché

Max in memoriam