Mario Cerino, el bibliófago mayor



El bibliófago mayor


1

La coma es asunto de vida o muerte, dice Mario. Ejemplo en "PERDONARLOS NO MATARLOS". Lo anterior, de acuerdo donde se le ubique (,), sea antes o después de la palabra NO.  Si es antes, están salvados. Si es después, corresponde acabar con sus vidas. Lo escuchábamos ayer tarde, con atención, en la visita que nos hizo en el taller literario, con el objeto de obsequiarnos la más reciente publicación de "Bibliófagos", editorial largamente soñada y materializada por él a finales del año pasado. El primero y anterior "Rubén: Intelecto y Fe", y este "Por amor a las ideas y palabras". El segundo se integró con los textos leídos en diciembre por los presentadores del primero, más un prólogo y una crónica.


2

El ejemplo de la importancia de la coma es apenas muestra breve de la amplia y nutricia plática de Mario Cerino Madrigal. Se hizo un recorrido por la importancia de la palabra, del libro, de la oratoria, de la manera como escribe sus textos (de madrugada, luego de dormir unas horas), de sus inicios en el periodismo como corrector,  reportero y articulista. Hace un símil del  corrector como portero de futbol, en la que la errata o gazapo trata de hacernos quedar mal con el lector y meter gol, y luego de pasar con dribling a los férreos defensas, está el portero del equipo contrario, el último reducto (el corrector)  para detener la palabra cambiada, la coma que falta o sobra, las mayúsculas gritonas, el año 20023 al que le sobra un cero (qué digo cero, cerote), y demás vandalismo ortográfico. Tantos temas en poco más de dos horas de amena convivencia, manteniendo vivo el fuego de la palabra. 


3

El lugar sede es casa Alebrijes. Acogedor ambiente. El espacio es el taller literario La Cueva de los Alebrijes, los sábados por la tarde. Fidencio multiplicó el pan. Daniel y Delia transformaron el agua en café. ¿Acaso no debió ser en vino? Y se multiplicaron las palabras como peces vivos en su ambiente. Y más allá de las metáforas, en efecto, Mario parece un maestro griego, de hablar sosegado, de ideas que va tejiendo lento, suave, rítmico, exteriorizadas en palabras con música, que no van solas, sino acompañadas de miradas, movimiento de manos, sonrisas, para iluminar como si fuera una hoguera, por lo tibio del ambiente, que ni el calor ambeente afecta. A contraluz una ventana alta, antigua, que da hacia la calle Hidalgo. Luna, echada, mira a los transeúntes que pasan. Estamos exactamente atrás del parque Los pajaritos (liberados). En esa casa nació Norma Cárdenas, promotora cultural ya fallecida.


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Mario cuenta que escribió su primer poema en secundaria, con dedicatoria especial, de nombre "Colibrí". Y como Funes -sin el accidente- lo sabe de memoria todo. Medianamente extenso el poema,  juvenil, evocador. Ya se notaba en ese inicio, de su lazo amoroso con las palabras. Y cuenta que "Por quién doblan las campanas", del escritor norteamericano Ernest Hemingwey, fue el libro, voluminoso, que la maestra de español le asignó para comprarlo y leerlo. Su padre hizo el intento, el cual resultó infructuoso. Y con la autorización por parte de su maestra que podía ser otro, cambió a "Demián", de Herman Hesse. Bastó una tarde sobre una hamaca, para devorarlo (bibliófago desde chamaco), y de allí en adelante no ha parado.


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La presentación del libro que nos obsequió el sábado pasado, fue días antes, en el marco de la feria del libro de la UJAT. Y -no uno- fueron dos: "Rubén. Intelecto y fe" y "Por amor a las ideas y las palabras". Víctor Sámano Labastida, connotado periodista y director del diario Presente de Tabasco y Miguel Ángel Ruiz Macdonalizo, poeta, ensayista y Director cultural de la UJAT, fueron los padrinos de dicha presentación. Un reconocimiento amplio, de ambos en sus presentaciones, para Mario como persona noble, de ideas y maestro. Muy merecido. Y al final Mario me dijo que iría a la próxima sesión del taller literario para hacerme entrega de una dotación de ejemplares. Presumo que allí estoy incluido, junto con las plumas de Víctor Sámano, Roberto Sánchez, Kristian Cerino, Luis Acopa, Miguel Ángel Ruiz y el mismo Mario. Aparte del prólogo de Miguel, y mi texto, una crónica sobre el evento de presentación en Jalpa, los otros,  textos leídos sobre el libro homenaje al Padre Rubén. No se pueden perder la lectura de ambos. 


6

Cuando llegué el sábado a casa Alebrijes en punto de las 4, vi el libro "Historia breve de los otros", de Kristian Cerino, el cual asimismo acaban de presentar en la feria del libro señalada. Supe que habían adelantado la impresión de poquísimos ejemplares, y ya con más calma saldrá a la luz y venta el total de la edición, por lo que estoy a la espera. Pero vi allí un ejemplar en la mesa y me puse a hojearlo. El prólogo es de Jaime Ruiz, nuestro anfitrión junto con Delia, de Casa Alebrijes. Y con agradable sorpresa me voy encontrando en el ojeo hojeo, una muy bella crónica que leí hace años, y no sabía el nombre de su autor. Allí se cuenta que Gabriel Garcia Márquez recibía correspondencia e invitaciones. Y que no nació en Arataca, sino en un pueblito de Veracruz, y en otro año distinto al Gabo colombiano, solo que el personaje de Kristian es un homónimo quien,  sin culpa, cargaba sobre sus hombros parte de la fama de aquel. Viene también una crónica sobre "Gaba" Gutiérrez Lomasto, cronista de la ciudad qepd. Pera ya he de leer el libro completo para mi solaz y aprendizaje.  


7

La charla de Mario tomó diversos rumbos, como debe ser entre cómplices. Estaban como asistentes  Edgar, Fidencio, Isaías, Lupita, Jaime, Delia y un servidor. Y estaba las almas de Teodosio, Luis Alonso, Grajeda y Pano, y de tantos otros que nos cobijan siempre y en específico los sábados por la tarde. Sentí sus metafóricas vibraciones. Mario nos habló de las partes de la pieza de oratoria. De los errores en la enseñanza de esa actividad. Sobre el miedo escénico que todos sienten, y que cada uno lo maneja distinto. De la mirada al público, de preferencia, o hacia alguna linea imaginaria trazada por sobre las cabezas de los asistentes. "La primera vez que yo participé en un concurso de oratoria, quedé bien con el discurso preparado. pero en la segunda ronda, con tema improvisado, yo no sabía, y no pude. Tenía dos caminos: desistir o insistir, y decidí por este ´ultimo. Me dije: nunca me vuelve a pasar. Y a partir de allí la práctica, y sobre todo la lectura sobre diversos temas".


8

¿Cómo escribir? ¿Cuál es la fórmula? "No la hay. Siempre mi recomendación es que se saquen el corazón (metafóricamente), lo pongan en una carreta y la echen a andar. La carreta significaría la razón. Y así es en todo. La emoción nos acerca, la razón argumenta. Como si al salir de ver una película nos preguntan ¿qué tal estuvo?. Y nuestra respuesta es de sí, o no. Esta respuesta es emocional. Y luego argumentamos con la razón el  por qué. Mas tarde Jaime disertó sobre la importancia de los títulos. Un libro con mal título, queda en los escaparates. Lo ideal es que a un excelente o buen título, corresponda un buen texto o un conjunto de ellos. Parafraseando a Mario, diría que el título apela a la emoción.


9

"Mira Mario, como si todos fuéramos colibríes. Y los libros, las flores. ¿No te parece?" Y reímos a la distancia. Y Mario comentó sobre los tipos de bibliófagos. Quienes los devoran tan pronto los compran. Quienes los tienen en celofán para que no se dañen. Los que tienen de tres y más ediciones de un mismo libro, sea por ser traducciones, sea por ser distinto el diseño. Los que le quitan el celofán y lo huelen en ese olor característico del papel nuevo.  "A mis libros le están atacando las termitas", le digo a Mario. "Hay un líquido repelente que se les poneí", y agrega que se lo recomendó un viejo librero de la Ciudad de México.


10

Mario Cerino Madrigal nació en Jalpa de Méndez. Es estudioso. Lector. Escritor de ideas. Tan así que leerlo es una agradable clase. Lo encuentra los viernes  en las páginas editoriales de diario Presente. Y escucharlo en la plática es una conferencia dialogada en la sala de casa. En confianza, pues. Trabajó para diversos medios de comunicación. Ha sido y es funcionario público. Ojalá hubiera más como él:  sabio, discreto, lector consuerudinario y voraz, creyente de la cultura, responsable. Es maestro universitario. Y ahora es el bibliófago mayor, editor de libros. Gracias, Mario por la visita. Y es común decir "qué no sea la primera ni la última". Ojo: la primera ya fue.  Bienvenido siempre.










 



 






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