Poesía eres tú

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Hoy voy a un centro escolar a leer poesía. Voy contento y me emociona. Agradezco de antemano la invitación y me sumo a tantos escritores y lectores que realizan actividades relacionadas con la difusión de la poesía o contribuyen con ellas. No se trata de explicar de manera académica lo que significa la poesía, sino transmitir la emoción de lo que significa en la vida humana, aparte de las definiciones del diccionario. La sugerencia es que quienes van a realizar dichas actividades seleccionen poemas propios o de otros escritores, que sean adecuadas y apropiadas al público que van a escucharlos. Un ejemplo: si son jóvenes de secundaria o preparatoria, que sean poemas de amor.

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Miren este, por ejemplo, del poeta nicaragüense Ernesto Cardenal: Al perderte yo a ti, tú y yo hemos perdido…" Al perderte yo a ti, tú y yo hemos perdido:/ yo, porque tú eras lo que yo más amaba,/ y tú, porque yo era el que te amaba más./ Pero de nosotros dos, tú pierdes más que yo:/ porque yo podré amar a otras como te amaba a ti,/ pero a ti no te amarán como te amaba yo". O este otro, del poeta español Ángel González: Muerte en el olvido "Yo sé que existo/ porque tu me imaginas./ Soy alto porque tu me crees/ alto, y limpio porque tú me miras con buenos ojos,/ con mirada limpia./ Tu pensamiento me hace/ inteligente, y en tu sencilla/ ternura, yo soy también sencillo/ y bondadoso./ Pero si tú me olvidas /quedaré muerto sin que nadie/ lo sepa. Verán viva/ mi carne, pero será otro hombre/ -oscuro, torpe, malo- el que la habita."

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El próximo 21 de marzo es Día Internacional de la Poesía. Te invito a que leas uno o más poemas. Sea uno solo, no importa. Que sea de los que te gustan y emocionan. No importa si ya lo leíste varias veces, o si lo leerás por primera vez. Si es en silencio o en público. Si se lo lees a tu hijo, hija o sobrinos. Si lo lees junto con tu pareja, sea novia o esposa. Sea que lo leas a tu abuelo o abuela. O a una amiga o amigo. Ármate de valor. Lo mismo si nunca has leído uno (esto es muy dificil). O si eres experto. No importa la profesión u oficio que tengad. O si estás desempleado. Si eres maestro de grupo lee en voz alta varios. Pon a leer poemas a tus alumnos. Si eres director, invita a tus maestros que lean en grupo varios poemas. Pero motívalos. Diles que no lo hagan solo por cumplir. Sino que los sientan. El próximo 21, hagámosnos un favor humano: leamos y/o escuchemos poesía. No te caerá maldición si no lo haces. Solo que serás mejor si lo haces. Aunque de esto no te des cuenta. Ah, y no importa el tema: sea romántico, histórico, lúdico, etc. Para todo hay.

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Cuando hago una lectura de poesía en público, leo antes, a manera de introducción, lo que les dice el maestro a sus alumnos en la película (la) "Sociedad de poetas muertos", precisamente la razón fundamental de la poesía en la vida humana. Es el siguiente: "“Les contaré un secreto: no leemos y escribimos poesía porque es bonita. Leemos y escribimos poesía porque pertenecemos a la raza humana; y la raza humana está llena de pasión. La medicina, el derecho, el comercio, la ingeniería… son carreras nobles y necesarias para dignificar la vida humana. Pero la poesía, la belleza, el romanticismo, el amor son cosas que nos mantienen vivos”.

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Estamos muy acostumbrados a las definiciones de diccionario. Así aprendimos y no está mal. Solo que en algunos conceptos, la palabra que lo define se queda muy corta. El diccionario dice: POESÍA: "nombre femenino. 1. Composición literaria que se concibe como expresión artística de la belleza por medio de la palabra, en especial aquella que está sujeta a la medida y cadencia del verso. "recitar una poesía". 2. Género literario constituido por esas composiciones. Y se puede decir que de esa manera tenemos una idea qué nos sirve para el examen. Y listo. Pero la poesía es mucho más que eso. No se queda allí como piedra.

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Cuando le preguntaban al escritor argentino Jorge Luis Borges sobre "qué es la poesía", pregunta por demás de flojos periodistas, y cuando esperaban una lección, que sí lo era, el maestro se iba por la tangente, se salía por peteneras, algo así: "Sí me lo preguntas no lo sé, si no me lonpreguntas, entonces sí lo sé". Era, por supuesto, respuesta de juego. En todo caso Bécqer responde con el poema: "¿Qué es poesía?, dices mientras clavas/ en mi pupila tu pupila azul./ ¿Qué es poesía? ¿Y tú me lo preguntas?/ Poesía... eres tú."

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Yo empecé a escuchar poesía con más atención en los concursos de declamación escolares (he allí su importancia). Era mirón y escucha. Los hacían en la cancha de la escuela, delante de todos. Allí escuché por primera vez "Por qué me quité del vicio", "La Chacha Micaila", "Los motivos del lobo", "El regalo", "Mamá soy poquito", y muchos otros. Me admiraba ver y escuchar a mis compañeros y compañeras pararse frente al público y con dotes histriónicos declamar un larguísimo poema sin que se ls olvidara nada o casi nada. Les ponía mucha atención y a veces hasta me hacían llorar por el dramatismo. Hice mis intentos de participar. pero mi memoria dura solo se lograba aprender poemas de apenas veinte versos, y hasta eso, se me olvidaba ya estando al frente. Y así ¿cómo?  Luego en la escuela Normal seguí siendo aficionado a ser público en los concursos. pero escuché otro tipo de poemas, más pueblo y menos drama personal. Entre ellos los poemas de Pablo Neruda, de Walt Whitman y los del infaltable León Felipe. Estos eran poemas de rebeldía, de la luz y del viento, de "no me contéis más cuentos", y cosas por el estilo.

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Nos hicieron creer que la poesía era asunto de letrados solamente, de académicos, y que hablaban principalmente de la belleza de la naturaleza y los cielos. Algo así como los bosques verdes y las flores, y el distinto canto de los pájaros. Y exactamente eso también es poesía, y sobre esos temas se escribió mucho. Nos hicieron creer que la poesía se leía en obras completas de biblioteca y en salones especiales de élite. Y todo ello no es casual. Forma parte de una estrategia de los discursos ocultos para que la disfruten solamente los del ocio creador y los de las élites, si acaso. Y para el pueblo poco o casi nada de poesía. Precisamente esa es la labor demuchos: la de hacer que la poesía ande por todos lados, en los centros y en los barrios marginales, en los mercados, en las cantinas y prostíbulos, en las plazas de ciudades principales y en villa y poblados. En soledad y en compañía. En los hospitales, en los geriátricos, en las cárceles y reformatorios y en los sanatorios de los enfermos mentales. Porque la vida humana sin la poesía no puede ser concebible.

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Siempre cuento de la vez que siendo estudiante de la Escuela Normal, y estando en la biblioteca en una reunión de política, se acercó la chica más guapa del mundo, que era compañera de grupo, y que no me hablaba, me tocó el hombro, me llamó aparte, nos fuimos a un rincón y me mostró el poema 20 de Pablo Neruda, y me lo leyó despacio. Al terminar me abrazó y me dio un beso en la boca. Yo sorprendido a punto del desmayo. pero así sucedió. Luego años después, me di cuenta que quienes leen poesía son personas más alegres y afortunados en el juego y el amor. Así que seguí leyendo poesía y regalando libros de poemas, como el de Ernesto Cardenal, a muchachas que me caían bien, y muy bien.

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Poseía un libro. O dos. De poesía. Y fue mi brújula y velero desde entonces. Por eso voy a buscarte. En la vereda. A orilla del río. A la sombra de un olmo viejo. Buscarte porque solo así. ¿De qué otro modo? Si has sido bálsamo. Pomada. Té. Si has hecho de mis días paraíso. He de buscarte porque la vida es bella. El árbol da su fruto. Y nada se mueve sin tí. La parte humana, quiero decir. Nada es posible sin tu luz en mirada. Buscarte porque es razón sin olvido. En los sueños donde habitamos todos. Oigo que cantan a lo lejos jóvenes en un templo. Allí andas. En esa esperanza sublime. Para un buen futuro. De hombres de corazón limpios. He de encontrarte. Aquí y ahora. O en otro tiempo y vida. Poesía.