Paga el gallo, lo debemos a Esculapio.

1. "Critón: le debemos un gallo a Esculapio. Hay que pagarlo". El que habla es Sócrates. Condenado a muerte, ya ha bebido la cicuta (veneno). Y en lugar de decir otras palabras, refiere sobre una deuda. Y hay diversas interpretaciones sobre ese enunciado. Una de ellas es que agradece la salud que tuvo, y el Dios de la salud es precisamente Esculapio. También puede ser que no tenga ya conciencia y no tenga control de lo que dice. Y como le sugirío uno de los verdugos, al sentir débiles las piernas, en ese momento se acuesta en el camastro. Y finalmente muere. Con él muere uno de los grandes maestros de la humanidad, cuyas ideas formaron y siguen formando a miles de filósofos. Cuando el maestro de grupo pregunta a sus alumnos, y lo hace indagando lo que el alumno puede encontrar dentro de sí, construyendo el conocimiento, está utilizando el método socrático, conocido como "La Mayéutica".

2. Un jurado popular lo había condenada a muerte. La acusación pública es que corrompía a los jóvenes. La verdadera causa es que los enseñaba a dudar de los dioses vigentes, de reflexionar sobre lo que es justo y no, lo que es bondadoso y no. Y a través de esas reflexiones constantes y permanentes, porque no hacía otra cosa en todo el día- se formaban los ciudadanos que criticaban las corruptelas y delirios del gobierno ateniense. En esos tiempos (IV a de C), para llevar a un ciudadano juicio, buscando el ostracismo, bastaba con que cualquier persona, sin pruebas anotara el nombre de alguien, fuera por envidia, celos, etc. Y luego se le fueran sumando firmas, hasta llegar a 6 mil. Y listo, el juicio. En estos se contemplaba discursos del acusador y del acusado. argumentos de algunos testigos. Y el jurado deliberaba. En el caso de Sócrates, lo condenaron no al ostracismo (que viviera fuera de Atenas), sino a la muerte.

3. Según las crónicas de la época, en la primera vuelta la condena a Sócrates fue a muerte por 220 votos contra 280. Luego procedía que el condenado, para salvar su vida, ofreciera un castigo alternativo. Sócrates, socarrón, no se defendió a como esperaban, que pidiera misericordia por su vida, que tenía esposa e hijos, que se arrepentía. En lugar de eso, con actitud altiva, señaló que la acusación no se sostenía, que estaban allí -ya viejos- los jóvenes sobre quienes se decía que los había corrompido. Y nombró a más de una decena de ellos, que por cierto estaban en el juicio acompañados de sus hijos. Entre ellos a Critón, Critsóbiulo, Lisanias, Esquines, Antifonte, y más. Y no ofreció pago de dinero, porque de eso sí podían acusarlo, de ser pobre, sin riquezas ni nada. Ante su actitud arrogante, la votación fue abrumadora:360 contra 140. Luego de su muerte, los atenienses se arrepintieron. Pero ya era tarde.

4. ¿Y por qué cuento todo esto? porque siempre desde la escuela Normal, estudiando para maestro, escuché que Grecia fue la cuna de la civilización. ¿La razón? Porque en esa geografía mediterránea nació el concepto de la palabra Filosofía, que se puede definir como la ciencia que hace pensar; etimológicamente como la ciencia amiga de la sabiduría, La palabra filos (amigo) somos (sabiduría). Quienes filosofan son los amigos de la sabiduría. La triada de la que mucho se habla, como los filósofos más importantes son Sócrates, Platón y Aristóteles. Pero la historia de la filosofía habla de cientos de ellos. Nombro aquí solo cinco: Pitágoras, Demócrito, Diógenes, Critón, Fedro. Y antes de ellos, aunque su pensamiento puede seguir vigente en la actualidad, son los presocráticos. Entre ellos Anaxímenes, Anaximandro y otros.

 5. Cuando pueda busque la Historia de la Filosofía Griega, de Luciano de Crescenzo. Muy dinámica y juguetona. Con un tono coloquial. Si la empieza uno a leer, de seguro la sigue leyendo. Tiene un estilo muy pedagógico. tanto que hasta yo la estoy leyendo. la escribió en dos tomos. En el primero trata de los presocráticos, y dice algo así: los Siete Sabios de la antigüedad eran  22. Y luego te explica: todos los historiadores coinciden solo en cuatro: Tales, Pitaco, Mías y Solón. Para completar los siete, unos ponen a unos, otros a otros. Etc. 

6. Además el autor intercala en esta su historia de la Filosofía, con los autores de la antigüedad griega, a personas de la actualidad y los ubica como presocráticos, cínicos, etc. Por ejemplo da a conocer al "muñequero", persona actual que vive en Italia, y que sus vecinos lo llaman "loco", porque en los árboles del patio de su casa,  tiene colocadas miles de muñecas viejas, las cuales ha ido juntando y busca en los botes de basura, sean muñecas o muñecos de peluche. Cuando el autor pasa por allí le sorprende, y decide visitarlo para platicar con él.

7. Su nombre: Peppino Russo. Vivía en una casita a las afueras de Roma. igual que muñecas en los árboles, colgaba carteles con pensamientos como: "Hombre, tú eres la naturaleza, si la destruyes, te destruyes a ti mismo". "Ayer por la tarde tuve miedo del mundo"; "Eres grande, y sin embargo no eres capaz de vivir sin hacer la guerra". Sobre las muñecas Don Peppino le dice al autor: "Tienen alma. No cuando salen de las fábricas. En ese momento son plástico con forma. "Pero cuando un niño empieza a quererles, algunos pedacitos del alma se meten dentro del plástico y lo transforman en materia viva. Desde ese momento ya no se pueden tinta, aunque estén rotos y magullados. Y por esta razón yo los voy recogiendo por todas partes..."

8. En el segundo tomo, cuando habla de los Sofistas, aquellos que se especializan en el verbo negando las verdades evidentes, habla de un abogado italiano, contemporáneo del autor, que defiende a un artesano de bolsas de mujer, que es acusado fraude y de plagiar las de marca "Luis Vuitton". Entonces el abogado hace gala de sofismas para al contrario acusar que quien comete fraude es el diseñador Vitton, porque las vende diez veces más que el costo de producción, y lo contrario, el artesano acusado la vende a un costo irrisorio, apenas teniendo como ganancia lo mínimo para que sobreviva su familia y sus dos o tres trabajadores. Dicho artesano les ponía una etiqueta que decía: "Original Luis Vittón, hechas por el artesano Salvatore Riesto y familia". Y antes de "Original..." tenía la palabra en letras chiquitas "como". 

9. Pero me regreso. estábamos con Sócrates. Se dice que ya encarcelado, les permitían a sus amigos visitarlo, lo mismo que a su familia. Su esposa Jantipa lloraba: "Sócrates, el coraje que más me da es que vas a morir siendo inocente". La respuesta del filósofo: "¿Y acaso preferías verme morir siendo culpable?". Sus amigos tenían dinero para corromper a los guardias y que Sócrates pudiera escapar: "Ni madres. Yo respeto la Ley, aunque no sea justa. La ley contempla el matrimonio, por eso mis padres se casaron y me tuvieron. La Ley registra nacimientos y estudios; la Ley organiza la convivencia. Entonces te pregunto -le dice al que le ofrece escapar- ¿Tendría fuego yo valor moral para hablar en defensa de las Leyes?" "No, pues no, Sócrates". "Entonces cállate. no me pidas eso".

10. Cuando las personas piensan en su destino, cuando piensan que les va mal en la vida, cuando miran las estrellas y piensan sobre qué mas hay por allá en las alturas, cuando piensan en su futuro, en la larga cadena de generaciones, cuando piensan si los animales tienen alma o no, cundo se ríen porque les dicen que Pitágoras pensaba que el origen de todo son los números y luego piensa ¿y cómo? Cuando quiere que sus hijos estudian y sean buenas personas. Es que están filosofando. No es que sean filósofos. Quizá si investigan sobre todas esas preguntas y se adentran, quizá lo sean, como Don Peppino el muñequero, o como el abogado sofista que voltea la tortilla y acusa que Luis Vitton es el que comete fraude,, ambos italianos como el autor del libro "Historia de la Filosofía Griega". 

11. Ojalá que hubiera más personas que leen. Ojalá que hubiera más círculos de lectura. Más personas que parecieran el arte. Y hubiera más talleres literarios y círculos de filosofía. Un poco más. Ojalá.

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