Kseniya Guschina, "La voz"


Kseniya Guschina es cantante de ópera, y ama a Tabasco. Por eso aquí reside desde hace diez años. De seguro le dieron a probar pozol, como a todos los que somos de afuera, y nos quedamos. Llegó de la lejana y bella Moscú, Rusia, con sus inviernos extremos, a esta Villahermosa calurosa que le abrió las puertas de la ciudad para recibirla. México en general recibe con amorosa hospitalidad a quienes llegan a compartir lo que saben y a deleitar con sus talentos artísticos. Y Kseniya se le ha entregado en dos facetas a la población mexicana, principalmente tabasqueña: tanto como maestra de canto, y como intérprete de lo más conocido de la música internacional clásica, popular rusa y mexicana.

Ella estudió por 7 años la carrera de Artes vocales, que incluye cantante de ópera, cámara, concierto y profesora de canto lírico, en la International Slavic University ISUKIT (Insituto de Gestión de Cine y Televisión modernas), en Moscú, capital de Rusia.

Se ha presentado, haciendo gala de su voz de soprano, en la Ciudad de México, Culiacán, Saltillo, San Luis Potosí, Chihuahua, Puebla y Toluca, y por supuesto, en Villahermosa, donde reside, para orgullo y disfrute nuestro. En el plano internacional ha brillado y cautivado su voz en Moscú; Río de Garda, Italia; Varna, Bulgaria; Lublin, Polonia; Barcelona, España; Kiev, Ucrania, entro otras ciudades.

Sus padres son Andrés Gushchin, que se desempeña como  supervisor de almacenes, y su madre, Yulia Srelnikova, de profesión contadora. ¿Y la herencia musical? Le viene de su padre, que estudió música y toca el acordeón cromático, piano, guitarra; y de su bisabuela, cantante de coro.

Kseniya Guschina es joven y sencilla y siempre se le ve de buen humor y canta como los ángeles. La he visto y escuchado en varias ocasiones y me parece un privilegio que en nuestra ciudad tengamos esa oportunidad cuando se programa un evento donde ella canta. 

Kseniya llegó de visita a Tabasco, invitada por su paisana Irina que radica aquí desde hace varios años, recorrió las calles de la ciudad y le gustó el clima y el trato agradable de las y los tabasqueños.  Por lo que realizó trámites para quedarse a trabajar, digamos un tiempo, provisional, como maestra de canto en la Escuela de la Fundación Irina Samodaeva. Y tanto le ha gustado este ambiente tropical, muy distinto  de la fría Moscú, que finalmente decidió radicar aquí, tanto que ahora tiene su propia escuela de música Capitolio Music Center, junto con su esposo el músico profesional Francisco Becerra.

En 2014 la escuché cantar por primera vez en la Galería El Jaguar Despertado. En esa ocasión Conalmex-Unesco había organizado junto con Irina Samodaeva, maestra de piano y promotora cultural, el espectáculo llamado “Noche de Ucrania en Tabasco”. Esa vez la pianista Ludmila Samodaeva interpretó melodías de su autoría, y el poeta Igor Potovski leyó poemas en su idioma, y tuve la fortuna de leer unas versiones libres al español para lo cual me ayudé de un traductor digital. Y Kseniya Gushina cantó cinco canciones, unas de ellas populares mexicanas y otras de la tradición musical de Rusia. Y asimismo la he visto en otros escenarios de Villahermosa, como el teatro Esperanza Iris, el auditorio de la DESIC de la Secretaría de Educación, en el de la Cámara de Comercio local y en el Centro cultural Amistad, entre otros.

Me cuenta que los músicos que más admira son Sergei Rachmaninoff (Starorusski, Rusia 1873- California, EEUU, 1943);  Giácomo Puccini (Lucca, Italia, 1858- Bruselas, Bélgica 1924) y Juan Sebastián Bach (Eisenach, Alemania, 1685-Leipzig, Alemania, 1750). Y sin duda, aparte de tener en su reportorio amplio canciones populares rusas como "Podmoskovine vechera", "Katusha y "Oshi chornie", asimismo canta canciones mexicanas como “Júrame”, “Te quiero, dijiste” (ambas de María Grever y “La llorona”, canción popular, atribuida a Andrés Henestrosa.

De Tabasco le gustan los platanitos fritos (aunque en general toda la cocina choca) y la calidez de los tabasqueños; de Moscú, Rusia, extraña a su familia y amigos y también la seguridad, por lo cual los rusos tienen disponibilidad de las cosas las 24 horas del día.

Kseniya, ¿Y qué nos puedes decir de la importancia de la música en la formación de las personas?: "La música es mi vida y fue mi formación. El arte nos hace más sensibles, y es precisamente lo que le falta a la humanidad: mayor sensibilidad. También nos enseña cultura, geografía, otros idiomas, y en general con el pensamiento musical se logra subir el nivel educativo de los estudiantes. Es necesario y urgente incluir artes en la formación de los niños y jóvenes. Ellos son nuestro futuro".

Si yo cantara, le dedicaría “Peregrina”,de Ricardo Palmerín y Luis Rosado Vega: "Peregrina de ojos claros y divinos/ Y mejillas encendidas de arrebol,/ Mujercita de los labios purpurinos/ Y radiante cabellera como el sol./ Peregrina que dejaste tus lugares,/ Los abetos y la nieve y la nieve virginal/ Y viniste a refugiarte en mis palmares/ Bajo el cielo de mi tierra, de mi tierra tropical.../

Cierro con el recuerdo que a Frank Sinatra, cantante estadounidense le apodaron "La Voz". Así también Kseniya Guschina es "La Voz". 

Este diario Plumazo Digital le hace el presente reconocimiento a su brillante trayectoria.

Comentarios

Entradas populares de este blog

lecturas 20. Poemas de Carlos Pellicer Cámara

Rigo Tovar y Chico Ché

Mi mascota, la cabra (11/s)