Hola, buenas tardes. Hoy es sábado 20 de marzo, y corresponde a Lecturas 32. Soy el maestro Antonio Solís Calvillo, y transmito desde la sala de mi casa, en Villahermosa, Tabasco, México. Y le damos la bienvenida a la primavera, estación del año que representa el renacer de la naturaleza, nuevas hojas y florido paisaje. Acá en Tabasco florecen los macuilis y los frambollanes, así que se mira la ciudad bien vestida por la naturaleza de amarillo y rosa.
Y por lo mismo por lo que representa en belleza y esperanza, se celebra el día de mañana el Día mundial de la poesía. Y a eso voy a dedicar esta lectura, en tanto este programa difunde la literatura especialmente la poesía, y siempre habrá un poema, o un verso que nos identifique por lo que hayamos pasado en nuestra vida, sea de amor, de desilusión, de adiós, de dolor, de dicha, de reencuentro, de luto, etcétera. Y así he seleccionado quince poemas breves, de distintos temas.
Les agradezco me ayuden a compartir este programa en sus páginas y muros o grupos para llegar a más personas. De antemano gracias.
Empezamos:
1
Nicolás Guillén
Mariposa
Quisiera
hacer un verso que tuviera
ritmo de Primavera;
que fuera
como una fina mariposa rara,
como una mariposa que volara sobre tu vida, y cándida y ligera revolara
sobre tu cuerpo cálido de cálida de palmera
y al fin su vuelo absudo reposara
—tal como en una rosa azul de la pradera—
sobre la linda rosa de tu cara...
Quisiera
ser un verso que tuviera
toda la fragancia de la Primavera y que
cual una mariposa rara revolara sobre tu vida,
sobre tu cuerpo, sobre tu cara.
2
Al Perderte Yo A Ti de Ernesto Cardenal
Al perderte yo a ti tú y yo hemos perdido:
yo porque tú eras lo que yo más amaba
y tú porque yo era el que te amaba más.
Pero de nosotros dos tú pierdes más que yo:
porque yo podré amar a otras como te amaba a ti
pero a ti no te amarán como te amaba yo.
3
Aquí Pasaba A Pie Por Estas Calles
de Ernesto Cardenal
Aquí pasaba a pie por estas calles,
sin empleo ni puesto y sin un peso.
Sólo poetas, putas y picados
conocieron sus versos.
Nunca estuvo en el extranjero.
Estuvo preso.
Ahora está muerto.
No tiene ningún monumento…
Pero
recordadle cuando tengáis puentes de concreto,
grandes turbinas, tractores, plateados graneros,
buenos gobiernos.
Porque él purificó en sus poemas el lenguaje de su pueblo,
en el que un día se escribirán los tratados de comercio,
la Constitución, las cartas de amor,
y los decretos.
4
A Leonor
de Amado Nervo
Tu cabellera es negra como el ala
del misterio; tan negra como un lóbrego
jamás, como un adiós, como un «¡quién sabe!»
Pero hay algo más negro aún: ¡tus ojos!
Tus ojos son dos magos pensativos,
dos esfinges que duermen en la sombra,
dos enigmas muy bellos… Pero hay algo,
pero hay algo más bello aún: tu boca.
Tu boca, ¡oh sí!; tu boca, hecha divinamente
para el amor, para la cálida
comunión del amor, tu boca joven;
pero hay algo mejor aún: ¡tu alma!
Tu alma recogida, silenciosa,
de piedades tan hondas como el piélago,
de ternuras tan hondas…
Pero hay algo,
pero hay algo más hondo aún: ¡tu ensueño!
5
En paz
de Amado Nervo
Muy cerca de mi ocaso, yo te bendigo, vida,
porque nunca me diste ni esperanza fallida,
ni trabajos injustos, ni pena inmerecida;
porque veo al final de mi rudo camino
que yo fui el arquitecto de mi propio destino;
que si extraje las mieles o la hiel de las cosas,
fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas:
cuando planté rosales, coseché siempre rosas.
...Cierto, a mis lozanías va a seguir el invierno:
¡mas tú no me dijiste que mayo fuese eterno!
Hallé sin duda largas las noches de mis penas;
mas no me prometiste tan sólo noches buenas;
y en cambio tuve algunas santamente serenas...
Amé, fui amado, el sol acarició mi faz.
¡Vida, nada me debes! ¡Vida, estamos en paz!
6
A Margarita Debayle
de Rubén Darío
Margarita está linda la mar,
y el viento,
lleva esencia sutil de azahar;
yo siento
en el alma una alondra cantar;
tu acento:
Margarita, te voy a contar
un cuento:
Esto era un rey que tenía
un palacio de diamantes,
una tienda hecha de día
y un rebaño de elefantes,
un kiosko de malaquita,
un gran manto de tisú,
y una gentil princesita,
tan bonita,
Margarita,
tan bonita, como tú.
Una tarde, la princesa
vio una estrella aparecer;
la princesa era traviesa
y la quiso ir a coger.
La quería para hacerla
decorar un prendedor,
con un verso y una perla
y una pluma y una flor.
Las princesas primorosas
se parecen mucho a ti:
cortan lirios, cortan rosas,
cortan astros. Son así.
Pues se fue la niña bella,
bajo el cielo y sobre el mar,
a cortar la blanca estrella
que la hacía suspirar.
Y siguió camino arriba,
por la luna y más allá;
más lo malo es que ella iba
sin permiso de papá.
Cuando estuvo ya de vuelta
de los parques del Señor,
se miraba toda envuelta
en un dulce resplandor.
Y el rey dijo: ?«¿Qué te has hecho?
te he buscado y no te hallé;
y ¿qué tienes en el pecho
que encendido se te ve?».
La princesa no mentía.
Y así, dijo la verdad:
?«Fui a cortar la estrella mía
a la azul inmensidad».
Y el rey clama: ?«¿No te he dicho
que el azul no hay que cortar?.
¡Qué locura!, ¡Qué capricho!…
El Señor se va a enojar».
Y ella dice: ?«No hubo intento;
yo me fui no sé por qué.
Por las olas por el viento
fui a la estrella y la corté».
Y el papá dice enojado:
?«Un castigo has de tener:
vuelve al cielo y lo robado
vas ahora a devolver».
La princesa se entristece
por su dulce flor de luz,
cuando entonces aparece
sonriendo el Buen Jesús.
Y así dice: ?«En mis campiñas
esa rosa le ofrecí;
son mis flores de las niñas
que al soñar piensan en mí».
Viste el rey pompas brillantes,
y luego hace desfilar
cuatrocientos elefantes
a la orilla de la mar.
La princesita está bella,
pues ya tiene el prendedor
en que lucen, con la estrella,
verso, perla, pluma y flor.
* * *
Margarita, está linda la mar,
y el viento
lleva esencia sutil de azahar:
tu aliento.
Ya que lejos de mí vas a estar,
guarda, niña, un gentil pensamiento
al que un día te quiso contar
un cuento.
7
Poema La Luna de Jaime Sabines
La luna se puede tomar a cucharadas
o como una cápsula cada dos horas.
Es buena como hipnótico y sedante
y también alivia
a los que se han intoxicado de filosofía.
Un pedazo de luna en el bolsillo
es mejor amuleto que la pata de conejo:
sirve para encontrar a quien se ama,
para ser rico sin que lo sepa nadie
y para alejar a los médicos y las clínicas.
Se puede dar de postre a los niños
cuando no se han dormido,
y unas gotas de luna en los ojos de los ancianos
ayudan a bien morir.
Pon una hoja tierna de la luna
debajo de tu almohada
y mirarás lo que quieras ver.
Lleva siempre un frasquito del aire de la luna
para cuando te ahogues,
y dale la llave de la luna
a los presos y a los desencantados.
Para los condenados a muerte
y para los condenados a vida
no hay mejor estimulante que la luna
en dosis precisas y controladas.
8
Hace muchos, muchos años en un reino junto al mar vivió una doncella que tal vez conozcas llamada Annabel Lee. Y esta doncella vivía sin otro pensamiento que amarme y ser amada por mí. Ambos éramos niños en este reino junto al mar pero amábamos con un amor que era más que amor yo y mi Annabel Lee con amor que los alados serafines del cielo nos envidiaban a ella y a mí. Y por esta razón, hace mucho tiempo, en este reino junto al mar de una nube sopló un viento que heló a mi amada Annabel Lee. Y sus parientes de alta cuna vinieron y se la llevaron lejos de mí para encerrarla en un sepulcro en este reino junto al mar. Los ángeles, descontentos en el cielo, nos envidiaron a ella y a mí. ¡Sí! Por esta razón (como todos saben en este reino junto al mar) el viento salió de la nube por la noche para helar y matar a mi Annabel Lee. Pero nuestro amor era mucho más fuerte que el de aquellos mayores o más sabios que nosotros. Y ni los ángeles arriba en el cielo ni los demonios debajo del mar jamás podrán separar mi alma del alma de la hermosa Annabel Lee. Pues la luna nunca resplandece sin traerme sueños de la hermosa Annabel Lee y las estrellas nunca brillan sin que yo sienta los ojos radiantes de la hermosa Annabel Lee y cuando llega la marea nocturna, me acuesto justo al lado de mi amada -mi amada- mi vida y mi prometida en su sepulcro allí junto al mar en su tumba junto al ruidoso mar.
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9
José Martí
Con la primavera
Con la primavera
Viene la canción
La tristeza dulce
Y el galante amor
Con la primavera
Viene una ansiedad
De pájaro preso
Que quiere volar
No hay cetro más noble
Que el de padecer: Sólo un rey existe
El muerto es el rey.
10
De José María Fonollosa
El amor es un juego apasionante
y el mejor sustituto del amor.
De aquel amor inmenso, el amor único,
que uno halla varias veces por el tiempo.
El recíproco amor es lo más bello.
Lo sabemos los dos. Pero es muy grande
el vacío que se abre entre el amor
que se ha ido y el amor que aún no ha llegado.
¿Por qué llenarlo, pues, con la tristeza
si es posible colmarlo de sonrisas?
Si se ha ocultado el sol pueden los faros
del coche iluminar la carretera.
Mientras llega otro amor buscando el nuestro
juguemos, sólo juego, a enamorarnos.
Juguemos a querernos, sin querernos,
hasta el día en que alguno de los dos
vuelva a sentir amor por cualquier otro.
El amor es hermoso aun como juego.
11
Cese, Señora, El Duelo... de José Martí
Cese, señora, el duelo en vuestro canto,
¿Qué fuera nuestra vida sin enojos?
¡Vivir es padecer! ¡sufrir es santo!
¿Cómo fueran tan bellos vuestros ojos
Si alguna vez no los mojara el llanto?
Romped las cuerdas del amargo duelo.
Quien sufre como vos sufrís, señora:
Es más que una mujer, algo del cielo,
Que de él huyó y entre nosotros mora.
12
La rosa blanca
Cultivo una rosa blanca
en junio como en enero
para el amigo sincero
que me da su mano franca
Y para el cruel que me arranca
el corazón con que vivo
cardos ni hormiga cultivo
cultivo una rosa blanca.
10
Antonio Machado
La primavera besaba
La primavera besaba
suavemente la arboleda,
y el verde nuevo brotaba
como una verde humareda
Las nubes iban pasando
sobre el campo juvenil…
Yo vi en las hojas temblando
las frescas lluvias de abril
Bajo ese almendro florido,
todo cargado de flor -recordé-, yo he maldecido
mi juventud sin amor
Hoy, en mitad de la vida,
me he parado a meditar…
¡Juventud nunca vivida
quién te volviera a soñar!
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