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Son las y los docentes de preescolar y de primaria los primeros contactos intencionados para educar a los niños fuera de casa. A este centro de preescolar llegan todo tipo de niños y niñas. Desde los activos y juguetones, hasta los que muerden, los ensimismados, los alegres y los tristes. Solo la paciencia y la generosidad de estos y estas profesionales logran que el niño inicie una nueva ruta, en donde interactuar con otros sea parte fundamental del aprendizaje. Y con base en el juego, el contar cuentos, el motivarlos a que los niños cuenten y canten, y sientan que es el aula y los patios de la escuela el mejor lugar de la vida. Siempre mi reconocimiento a estos y estas profesionales. No es fácil, ni difícil. Solo que no cualquiera.
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Cuando yo inicié mi labor docente hace ya muchos años, (1979), me gustaba mucho trabajar con primero y segundo grado. Entre cantos y juegos, entre adivinanzas y cuentos, entre risas y rondas, entre mi mamá me mima, y este oso se asea así, los niños y niñas iban aprendiendo a leer y a escribir, y no hay mayor alegría de un maestro, maestra, que ver cómo van aprendiendo de descubrir lo que dice lo escrito. La satisfacción del niño, y la del maestro, son lo mejor del ciclo escolar. Y esto se va logrando desde noviembre y diciembre de primer grado. Y en términos de grupo, allí por abril y mayo de primer grado, aprenden la mayoría. Solo dos o tres de treinta, se nos iban rezagando, y entonces el maestro o maestra de segundo grado lograba completar dicho trabajo.
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Se requiere paciencia y mucho amor por el trabajo de enseñar. Por eso es importante la carrera normalista , donde se aprende teatro, danza, música, educación física, didáctica, Y los talleres de literatura y de lectura, donde los alumnos aprenden a valorar aún más el lenguaje, y la importancia que tiene el hábito de la lectura y de la escritura creativa. Y en ello, la narrativa oral de los docentes normalistas de sus experiencias en la sierra, con los pueblos indígenas, lo cual conforman el panorama general del trabajo de los futuros docentes.
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Los maestros aprendemos también, sin duda alguna. En 1984 yo trabajaba en la Josefa viuda de Mijares, en la Isla, Centro (a 20 kilómetros de Villahermosa. Trabajaba con primer grado. En noviembre ya tenía a diez niños que empezaban a leer y escribir. Entre ellas Alicia, una niña morenita, flaquita y muy platicadora. Yo tenía una verruga en el dedo índice de la mano derecha. De tal manera que al saludar me daba pena, y para disimular, me ponía una curita (esa tira adherible que se usa en cortadas pequeñas). Y Alicia me preguntaba sobre si me había cortado. "No, es que tengo una verruga y me da pena", le respondía yo. "¿Y por qué no se la quita?", me dice ella, tan pequeña, tan vivaz, tan inteligente. "¿Y cómo?". "Muy fácil, hay una planta que con su flechita a los tres días se cae"", dice ella.
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Era viernes de esa plática. Y el lunes la vi que venía caminando con su mochila a la espalda, y en una mano una bolsita de plástico con varias varitas de una planta cuyo nombre hoy no sé. Y tan pronto llegó me enseñó al quebrar una varita de la savia blanca que tenía, me la puso, "y así por tres días". Y en efecto. A los tres días ya había desaparecido la verruga.
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Es amor por lo que se hace. No lo digo por mí, lo digo por muchos maestros y maestras que a pesar de las adversidades, de los tantos documentos burocráticos, de las tantas evidencias que piden de su trabajo, y ahora de las dificultades con las clases virtuales. Es admirable y reconocible. No son todos, es cierto. Pero sí la gran mayoría.
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Pasando a otra cosa: ayer empezó la vacunación anti covid en el municipio de Centro, que es el municipio cuya cabecera es la ciudad de Villahermosa, y según los reportes que hay, es que todo ha sido muy ordenado, muy rápido, muy bien organizado. Quizá en el inicio es que hay algo de fila, y es entendible, pero conforme pasan las horas, se va regularizando todo, va fluyendo todo con rapidez. Quizá donde se tarda es en los 30 minutos posteriores a la espera de una probable reacción, para lo cual hay personal especializado en caso de que se presentara dicha reacción. Nuestro reconocimiento a la logística de vacunación. Está contemplada, asimismo, la atención en autos para los adultos mayores que tienen alguna dificultad para su movilidad.
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Y antier llegó a mi casa un libro enviado desde Bacalar, Quintana Roo, por su autor Ramón Iván Suárez Caamal, que es todo un personaje de la cultura nacional: poeta promotor cultural, maestro, artista plástico, autor del himno a Q. Roo, autor de muchos libros tanto de poesía, literatura infantil, y manuales de la enseñanza de la poesía. Este libro (Una reportera para las palabras) es precisamente un manual para acercar a los niños a la literatura. "Es para mi hija que es maestra", le dije cuando me comuniqué con él. Así que dedicado a Cinthia llegó el libro. Lo estaba esperando desde su salida. Venía por correo certificado. Con la clave de envío se podía ir revisando su ruta. Que de Bacalar se fue a Cancún. Luego en Villahermosa. Luego en Sepomex Col. Industrial. Luego con el señor cartero. Hasta que antier llegó. De aquí le mando un saludo a Ramón Iván Suárez Caamal. Ah, y a su brillante hija Ingrid Citlalli, que trabaja en Educación de Q. Roo, y con coincidí en las reuniones nacionales de la SEP, ella con su responsabilidad laboral en su entidad, yo con la responsabilidad de la Subse de Básica en Tabasco (2015-2018). Citlalli, una gran profesionista, siempre muy prudente en sus opiniones, muy preparada.
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Ramón Iván es de los hombres de bien, cuya labor está siempre encaminada a crear, a promover el arte y a enseñar a enseñar literatura. Que tenga siempre salud. Un abrazo fuerte. Sobre su libro Una reportera para las palabras dice Mavi Robles Castillo: (Una resortera)) está encaminada a desarrollar la creatividad literaria entre los más pequeños y ser además un soporte para los docentes de literatura infantil. Nace del ingenio y labor del maestro Ramón Iván Suárez Caamal, quien desde tiempo atrás tomara el escenario de la didáctica de la literatura con otro manual formativo: "Poesía en acción", mismo que a través de los años se ha afianzado como un clásico de docentes y tallistas de esta materia en México... He aquí una nueva herramienta estratégica para el apoyo en la enseñanza y promoción de la escritura creativa... Esta obra es fruto de un maestro en toda la extensión del concepto y que personalmente me a atrevo a definir como "un ser capaz de hacer escribir a las piedras".
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El trabajo de la enseñanza en educación básica requiere mucho amor por la enseñanza, y mucho amor por el aprendizaje. Conlleva entusiasmo por el despertar y alentar la creatividad de los niños. Y esto solo desde la creatividad personal y del amor por la lectura libre, la recreativa, la de las historias que te llevan de la mano por el camino de la imaginación. Enseñar y aprender es imaginarse una mejor vida, una mejor convivencia y disfrute del hacer diario.
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