Zombies

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Me preguntó una amiga joven si me voy a vacunar. Sabe que tengo 60. Y le digo que sí, que van por orden alfabético. Y que ya mero me toca. En Centro, Tabasco van por orden alfabético, el viernes vacunaron letras "N" y "O". Y con nuevo aviso, esta semana que entra me tocaría. Soy "S"

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Ella me dice que es joven. Yo lo sé. Y que cuando le toque no se va a vacunar. Porque teme que la conviertan en zombie. Le agrega un jeje, que da idea de broma. Pero más bien es nerviosismo porque remata mi amiga: "creo que sí es cierto, y ya decidí no vacunarme".

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Otra amiga que tiene 60, que ya se vacunó, anda alegre. Y lo expresa de esta manera como para guión de película: "con la vacuna me dieron licencia para vivir". Me pareció curiosa la expresión, pero me parece certera. Las personas comunes son las que mejor escriben literatura.

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A mi amiga joven se me ocurrió a manera de juego decirle que  zombie ya somos. Y me explayé para ejemplificar tal hecho: andamos con prisas, tenemos deudas bancarias, nos mata el estrés, nos deprimimos los lunes en la mañana y al pagar las cuentas, nos tienen monitoreados mediante datos que damos en las redes, entramos a casa y miramos programas bobos de televisión. Y seguí como con diez argumentos más.

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Y muy rápido, como decimos, a bote pronto, me respondió que nada de eso parece ella, que otros seguro sí, pero ella no. Y yo.me puse a pensar cuáles de las mismas que yo dije son las que me auto atribuyo. Porque a veces las prisas, o el pesimismo, o la autoestima. El caso es que debe uno verse al espejo y determinar qué parte de zombie tenemos. Aunque de entrada digo que todo fue una broma.

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Para mi madre Leonor las vacunaciones no eran broma. Yo andaba en mis 5 o 6 años, y miraba y admiraba su dedicación a saber y recordar para estar atenta de las fechas que nos tocaba bien sea vacuna o cita médica. Ella no sabía leer ni escribir. Apenas garabateba su nombre. Y nunca quiso que yo le enseñara. Apenas algunas tardes me ponía a explicarle y la ponía a escribir. Pero no durábamos mucho. Quizá por mi desesperación, o por la poca paciencia que ella tenía. Y la víspera del día que tocaba cita médica, preparaba todo y al día siguiente muy de mañana emprendía el camino con sus pequeños de la mano y recorría por el bordo del canal El Soliseño para llegar al Centro de Salud que todavía está en la calle Sexta cerca de la calle Solernau. Y regresábamos pinchados del brazo, nosotros, chiquillos, juguetones, sin importar la reacción, que nunca pasó de una leve temperatura.

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Las tarjetas de vacunación las tenía en bolsa de plástico. Siempre muy cuidadas y siempre muy atenta, ya dije a las fechas y la hora. Así nos libramos de las terribles tuberculosis, tos ferina, poliomielitis y otras más que fueron un terror para las poblaciones del mundo y que diezmaban la población por donde pasaban. 

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Un breve recorrido por las pandemias en la historia: 1. Peste de Justiniano. Acabó con el 40% de la población de Roma y en total en el imperio cobró la vida de 4 millones de personas. 2. La peste negra entre 1346 y 1353. La península ibérica perdió entre el 60 y 65 % de la población.  En la región italiana de La Toscana, alrededor del 55%.  La población europea pasó de 80 a 30 millones de personas. 3. Viruela. Muy grave, tanto que diezmó la población mundial con mortalidad del 30 %. Gracias a las vacunas se considerada erradicada desde 1977. Con antecedentes de vacuna en Turquía, Edward Jenner fue el que la mejoró 100 años más tarde. esta enfermedad desfigura los rostros con pústulas contagiosas.

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Y así la gripa española, cuyo tiempo correspondió de 1914  a 1919, lo mismo que la Primera Guerra Mundial. Se calcula que murieron alrededor de 35 millones de personas en el mundo. Otra más: la gripe asiática, con saldo de un millón de muertos en el planeta.  Otra más: la gripe de Hong Kong en 1968, con saldo de un millón de personas muertas. Otro más el VIH, con saldo de 25 millones de muertes en el mundo.

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Y así por el estilo. No es cosa de juego la pandemia. En Tabasco he escuchado opiniones sobre la organización de la vacunación. Y a la fecha no he escuchado ninguna queja. Todo bajo estricto control, ágil y rápido. Eficientes equipos de recepción, de aplicación y muy atentos en los 30 minutos de espera para una probable reacción. 

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Lamento mucho la muerte ayer de mi amigo Manuel Antonio Ruiz Magaña, Secretario General del Sindicato Independiente de Trabajadores de la Educación de México (SITEM), delegación Tabasco. Descanse en paz y mi sentido pésame para su familia, amigos y afiliados al SITEM.