Victoria Talks

Victoria Talk's

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En presencia no conozco a Victoria Fernandez  Samodaeva. Pero la conozco más que a muchos que sí. Ella desde Madrid transmite un programa de entrevistas principalmente a músicos de varias partes del mundo, pero también está incursionando en programas de investigación de músicos populares que son leyenda. Y lo hace bastante bien. Ella radica en Madrid, y es hija de Miguel Gumersindo Fernandez Marcos  y de Irina Samodaeva.

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Pero ella es ante todo profesional de la música de concierto, pianista, que como todo el gremio está en algunos países parcialmente detenido en el tiempo, y en otros completamente, lo que lleva al gremio a adaptarse a esta circunstancia con presentaciones en pantalla, que nunca será lo mismo, pero que para aprovechar el tiempo les orilla asimismo a meterse en otras actividades que también les llaman la atención, sea pintar, hacer pan o meterse de lleno a transmisiones.

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Y, ¡oiga usted!, que ayer cumplió año su programa, y estuvimos de fiesta, a la distancia. Aunque a veces este tipo de reuniones parece una Torre de Babel, por los diferentes idiomas, pero eso se supera cuando hay emoción, pasión y sobretodo coincidir en celebrar el trabajo paciente y entusiasta, de comunicación y difusión cultural de Victoria Fernández. Bien por ella, y por nosotros, sus seguidores.

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Yo estaba maravillado. La cita en hora de México era a las 12 horas del mediodía. Y estaba inquieto porque era la primera vez en una fiesta a distancia, vía internet. Así que no sabía como es, cómo sería, pero agradecido con la invitación generosa de Victoria. Y puntual me conecté con la clave que había recibido. Y ya de pronto estábamos cuatro personas, incluyendo la festejada, y poco a poco se fueron integrando otras personas más. Lo raro, extraño y real, sobretodo sorprendente, como de magia, era que estábamos de varias partes del mundo: Suiza, Letonia, Moscú, Madrid, Murcia, León y de otras partes más, creo que en la taiga siberiana. Y teniendo el puente de Victoria por la traducción, fue fluyendo la amenidad de las presentaciones, de estar pendiente a quién mueve los labios para saber quién está hablando, y escuchar las palabras de brindis, buenos deseos y bienaventuranzas en reconocimiento del trabajo que realiza Victoria, que es como un puente entre culturas.

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Victoria estaba vestida para la ocasión con gorro de fiesta y un lienzo rojo cruzado al cuello. Pero más le lucía la sonrisa, como decimos, de oreja a oreja. Los demás de manera natural como si cualquier cosa. Yo, por si las dudas, me acerqué de utilería una cerveza sol (de utilería porque hoy domingo me toca vacuna anticovid), otros asistentes al convivio tenían su copa y en ella algún líquido que bien sería vino o agua, Victoria avisó que lo suyo era refresco de cola en copa. Pero estaba la risa radicada en todos. Y era un diversos puntos de la geografía del planeta. 

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Entre músicos verdaderos, yo me atreví a cantar las mañanitas, con guitarra. Claro que entre la algarabía y la sorpresa, no se ha de haber notado, digo yo, que la afinación no estaba muy bien tanto de las cuerdas como de la voz. Pero cuenta la intención, me imagino, de sumarnos al festejo. 

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Y era raro escuchar que mientras yo estaba al mediodía, para otros era la tarde noche, y alguien más en la madrugada. Unos más estaban en su trabajo. Y otros más iban llegando de su trabajo e inmediatamente se conectaron. Todos coincidiendo en reconocer el trabajo y esfuerzo de Victoria Fernandez, con sus talks de entrevistas, desde un Madrid cercano lejano, y que recientemente estuvo con nieve en todas sus casas y calles. Pero aún esos gélidos días, desde allí se transmitía la tibieza de la comunicación de Victoria. Le decía yo, que en tiempos de pandemia se convirtió en una ventana o rendija para asomarnos a lo humano.

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¡Feliz cumpleaños a Victoria  Talks!, y que vengan muchos más. Un abrazo fuerte desde Villahermosa, Tabasco, México.