1

A dónde irán los libros cuando yo ya no esté. A veces me da por pensar esas situaciones, como si cambiara algo mi destino más allá de la muerte, que en suerte algún momento del futuro llega. A dónde irán, sé que no a una casa de empeño, porque eso nadie empeña dando unos pesos por ellos, pobre, pobres. Pero sí bien podrán llegar en destino a una librería de viejo. Y allí se encuentren con otros como yo, gambusinos de letras y papel. 

2

Nadie ha de frotarse las manos, no hay libros espectaculares, ni  libros cunables, como les dicen a los muy antiguos, menos palimpsestos o códices, apenas algunos algo viejos, y muy pocos de colección, ediciones de mediados de siglo pasado. Nadie ha de frotarse las manos, me refiero a los pocos que valoran y atesoran libros. Pero sí me gustaría que los libros fueran repartidos entre mis amigos, pero que no se apuren, bien sé que ellos los han de valorar un poco más. Pero bueno, a todos los que quieran uno o dos.

3

Cuando digo amigos, lo digo en el término que refiere a ambos sexos. pero por si las dudas o sentir, asimismo se repartan a las amigas que quieran, en partes por igual. No hay preferencia a quién estos, o los otros. Los temas de los que tengo giran principalmente en literatura, novelas de amor, poesía, por donde se cuela mucha nostalgia y melancolía. Pocos de ensayo. Algunos de filosofía. cero de matemáticas, aunque quizá haya algún Baldor, por eso que siempre se ocupa para consulta. Sí dos tres de Psicología. y algunos diez autografiados.

4

La ropa que deje sería en todo caso repartida en bolsas a las personas pobres que lo requieran. Es ropa sencilla, sin mayores pretensiones de la moda, colores serios y fríos. La interior sí que se tire, ni duda cabe. Que nadie diga: mira lo que usaba en lo interior el muertito. Quien lo creyera. Allí colores negros, grises y blancos. Algunos con dibujos, que por pudor no describo.

5

Las guitarras y otros instrumentos musicales serían para alguna escuelita de música, a esa donde llegan niños y niñas (asimismo adolescentes) no con aspiraciones de gloria, sino con ánimo de encontrarle significado a la vida, y lograr algunas sonrisas cuando alguna melodía empieza a salir de sus dedos, y de su aire. Lo cual se nota en su rostro con sonrisas de satisfacción y orgullo. Que tengan buen uso, sobre todo aspiraciones de encontrarse en las notas musicales, que se sueñan dando serenatas, o cantando canciones de amor a la novia (novio) a sus maestros y padres, o amenizando un cumpleaños con las mañanitas y dos o tres canciones más: si me comprendieras, qué feliz sería.

6

A veces digo: debería quedar cuando menos una guitarra en casa; pero eso ya no dependa de mí. Los discos ya los he dejado fuera de todo. Pero si quedaran algunos del Compay Segundo, Omara, y los demás del Buena Vista Social Club, o los que fueron llamados de la nueva trova cubana, aunque ahora ya son viejos como yocomprenderé, Silvio, Pablo, o de Luis Eduardo Ante. Realmente quedan muy pocos. Otros antes ya fui regalando sobre todo en los días del amor y la amistad a manera de guiño.

7

De pocos años para acá me dio por leer en pantalla. No tengo ningún resquemor por decirlo. La manera sencilla de cargar muchos libros sin peso alguno más que el aparato que los contiene. Y de todo un poco eso sí. Así que ya no compré libros nuevos del 2015 para acá. No habrá mucho por buscar de novedades. 

8

Entiendo que pueda parecer raro el tema, mas que mas dá. Anoche tuve sueños, de platicar con personas que murieron hace años. Eso no quiere decir nada. Ni me espanta. Al contrario, me siento feliz que me visiten, personas de mucha estima que partieron hace ya varios años. Entre ellos la mamá d Eunice muy amigo, y mi papá, que había fiesta en casa de la Treviño Zapata, y por alguna razón había carne de pescado muy grande, y lo estábamos por cocinar. Todo entre risa de alegría por encontrarnos.

9

Cuando leo el poema En Paz, de Amado Nervo, casi no lo suelo publicar, porque dice en sentido estricto el primer verso: "muy cerca de mi ocaso, yo te bendigo vida", y me digo a mí mismo, todavía falta, campeón, para ese ocaso. Entonces reflexiono que "ocaso" se refiere a una etapa, no al momento preciso previo antes de morir. Digo yo. Pero pensando que refiere a esto último, todavía pienso que hay tiempo por venir de vida. Así una amiga del Norte lo acaba de publicar en su muro, y le escribo: todavía está lejos. Y sonriente con el ícono correspondiente.

10

Unas tazas bellas quedan. Quizá algún amigo o amiga quiera uno. Que eso lo digan en el velorio, que las tazas estén a un lado del ataúd, como se hace con los centros de mesa en la fiesta, que se los llevan los invitados. Así sea. Y algunas otras cosas más sean puestas allí, el tiempo irá diciendo qué. Unos lentes, un billete de tren, un árbol bonsai, dos relojes timex que aún mueve sus manecillas, un cuaderno de dibujo, y diez pinceles con poco uso, y botecillos de pinturas de colores básicos y secundarios, algo así.

11

Deudas económicas no dejo, ni dinero por cobrar. Deudas de afecto sí. A quien no correspondí en el saludo, o la sonrisa, ya saben que soy miope y medio, miro borroso, y con eso de que andábamos con cubrebocas menos reconocí. Si alguna mentira dije, no duró mucho tiempo, porque no aprendí a fingir lo que no siento.  Pero mientras esto que llamamos vida dure, trataré de enmendar: he de hacer llamadas que no hice, pedir disculpas,escribir las cartas que no he escrito o mandado y demás que a la imaginación quede. Vivamos el hoy, que es nuestro gran regalo. Ya mañana sea un "Dios mediante".

Comentarios

Entradas populares de este blog

lecturas 20. Poemas de Carlos Pellicer Cámara

Rigo Tovar y Chico Ché

Max in memoriam