Atenta invitación

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Te invito a leer. Está invitación es menester compararla con una semejante para asistir a una fiesta. Puedes aceptarla o no. Y si sí, entonces sabes que en la fiesta habrá música, encuentro con amigos, familiares, charlas agradables y habrá comida, pastel y bebidas. Y muy probable haya espectáculo artístico. Y lo mejor: que al divertirte contribuyes a tu salud emocional. Tu alma se deleita.

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Te invito a leer libros que sean de temas que te gusten: acción, amor, artes marciales, de viajes, de vampiros, de brujas que dejan chupetones en el cuello, de biografías de deportistas, etc. Y no sería por oibligación leerlo todo. Sólo una hoja. Y si es interesante le sigues, y si no, lo cambias por otro. Así de sencillo.

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Ya comparada la invitación a leer con una para  fiesta, esta, en la lectura sería la vida misma, conocer personas, adquirir facilidad de hablar, aumentar la autoestima, etc. A mí me ayudó -créanme- a superar la timidez y el tartamudeo. A los 15 y 16 años yo era tartamudo. Para tener novia era ella quien me tenía que preguntar si quería ser su novio. Yo no podía. "Cua, cua, cuando nos to to to mamos un ca ca ca café..." deberás que era penoso para mí.

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Los y las jóvenes son una maravilla. Miro a varios de ellos en competencias de declamación y oratoria y en composición de textos. Me da gusto verlos en sus esfuerzos por construirse un mejor desarrollo interno. No es fácil, pero tampoco difícil. Ese dar el primer paso al ver convocatorias e inscribirse y luego empeñarse en las prácticas para hacer mejor papel. Lo mismo en las actividades académicas, deportivas, culturales y en las de apoyo comunitario. Decidirse a participar es ya un avance, un logro personal porque refleja la actitud alegre de participar y de aprender desarrollo de habilidades..

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Sí, ya sé que jóvenes hay de todo tipo, porque finalmente ellos reflejan a sus familias y a la sociedad en su conjunto, pero jamás me pondría de juez de ellos, porque cada quien vive su circunstancia, sin culparlos, aunque tampoco sin disculparlos. Pero decía que me gusta verlos muy activos en bien de ellos mismos, de su familia y de la sociedad.

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He sido jurado en concursos de declamación, poesía y composición de textos. Lo he sido desde hace muchos años, antes en el nivel de secundaria, ahora en bachillerato. Y lo he sido ahora en estos dos años para acá en la modalidad de a distancia vía las plataformas Zoom, Teams, Jitsi meet, mas las que se acumulen. Porque me invitan, luego me dicen que será en una plataforma que no engo y hay que bajarla. Sí, es fácil. Por algunas razones hay varias, la competencia del libre mercado.

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Estos últimos veces lo he sido también en presencial. Con los cuidados correspondientes de protocolo anti covid. Y me da bastante gusto verlos y escucharlos -hombres y mujeres entre 15 y 18 años- haciendo sus mejores esfuerzos para representarse a ellos mismos y sus familias. Creo que independientemente de la competencia en sí, la que libran los jóvenes es contra ellos mismos en su lucha interna por ser mejores. Cada vez que uno de ellos lee un libro, pasa al frente y expone, dice o declama un poema, o se esfuerza por hilar ideas en oratoria o en hilar sucesos en narrativa, o atrapar versos al vuelo en poesía, van desarrollando habilidades, afinando estrategias, fortaleciendo su memoria.

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Tengo claro y lo planteo que si bien es cierto que las competencias son escuela contra escuela, lo importante es el proceso de que haya participación de todos en los grupos (o de la mayoría). Porque se trata de avanzar todos juntos, y no solo de buscar al mejor para que compita contra los representantes de otras escuelas. Es importante que una escuela gane en el torneo municipal o de zona, sí, pero es más importante que hayan participado la mayor cantidad en el torneo al interior de la escuela. ese es el verdadero logro educativo.

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EN los concursos se mira un desnivel de preparación en los participantes. Fácilmente se pueden dividir en tres grupos: 1. Los bien preparadas, con experiencia. Estos son los que van a disputar los primeros lugares. 2. Los que realizan un buen esfuerzo, practican mucho y sus asesores saben poco del tema. Y 3. Los participantes que se aprenden el texto, pero no tienen quién los prepare, e intuyo que tampoco internet para buscar en el canal de YouTube los totorales correspondiente. Así es donde si bien es justo reconocer a todos ellos y motivarlos,pordrían los directivos de las escuelas buscar la manera en que tengan asesores, o ya de perdis recomendarles que busquen en YouTube.

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Yo siempre fui de los que me aprendía poemas pequeños y participaba en declamación, no tenía asesoría, y sin embargo siempre insistí cada año, con alegría espera las convocatorias, me inscribía, y tan solo en el hecho de buscar el poema para participar, leía decenas más en ese camino. Así que perdía el ánimo por sacar el lugar 11 de 10 participantes. Y más: importante es que los concursos escolares se realicen frente a todos los alumnos (en lo posible, claro). Porque muchos escuchan por primera vez poemas que seleccionaron y declaman los participantes y ese solo hecho de escuchar a los participantes, ya es ganancia interior, como me sucedió a mí muchas veces.

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La invitación a leer para poder disfrutar mejor la fiesta de la vida está siempre abierta y disponible.