Carta a Carlos, joven escritor que empieza

Villahermosa, Tab; a 5 de abril de 2022


Joven Carlos Alberto:

Te escribo de escritor a escritor. La maestra Anabel Suárez Jener me hizo llegar tu cuento manuscrito y lo leí con emoción y atención. A mi me gusta leer mucho porque aprendo y me divierto. Y es por eso que leí tu cuento. Que además es muy corto y por tanto lo leí rápido.

Te comento que escribir y para hacerlo cada vez mejor, se requiere un manejo cada vez más amplio del lenguaje. Y esto se logra leyendo libros de cuentos, de  novelas y poemas. Pero deben ser libros que nos gusten y alegren, que nos entusiasmen y diviertan. Cuando te vea te voy a llevar de regalo algunos, que casi estoy seguro que te van a encantar.  Ya la maestra Anita me va avisar el día regresando de vacaciones para que de escritor a escritor platiquemos tú y yo. 

Te cuento tres cosas de mi vida:

Una. Cuando yo tenía 17 años yo no escribía nada. Intentaba hacerlo sobre un tema, y no lograba juntar ni veinte palabras contando algo. Lo que sí es que ya era lector. Me encantaba leer mucho libros de cuentos, poemas, novelas, biografías y de historia. Y sabes, me gustaba ver los concursos de declamación. En ellos escuché declamados algunos conocidos como "La Chacha Micaila", "Los motivos del lobo", "El brindis del bohemio" y "Por qué me quité del vicio", entre otros.  Eran mis amigos de grupo quienes participaban en esos concursos. Y fue hasta los 25 años de edad que empecé a escribir algo que me gustara. Y era sobre mí mismo, relatos con anécdotas de mi niñez y adolescencia.

Dos. Entre 15 y 18 años se me bloqueaba la salida en mi voz de las palabras que iniciaban con "d". Como Dios, dedos, dados, etc.  Así que en lugar de decir al chófer del autobús: "dos" boletos. Lo decía con dos dedos de la mano derecha. 

Y tres: yo era muy tímido. Me daba pena platicar con los demás y más con las muchachas. O contarle a los demás sobre mí. O si alguien me hacía plática, yo solo contestaba con monosílabos (sí, no). Y muuuuuucho menos hablar en público. No podía.

Pero recordemos que yo era lector. Me gustaba leer, me pasaba horas leyendo y luego escribiendo también. Y todo ello de leer y escribir me ayudó mucho a resolver mis problemas internos que me impedían platicar de manera normal con las demás personas.

Me da gusto saber que escribes. Hay que continuar escribiendo, de todo. Como yo ahorita aquí te escribo una carta que, como género literario, se les conoce como epístolas. Y lo mismo puedes escribir recuerdos de tu niñez, de tus vivencias, carta a algún maestro o familiar. Escribir de todo ello como ejercicio permanente de nuestro ser que se emociona escribiendo. Hacerlo cada vez nos hará mejor escritor.

Una sugerencia es escribir sin tratar de impresionar a nadie. Escribir solo porque uno quiere hacerlo. Solo disfrutar la actividad. Y emocionarse.

Salud y saludos

De Antonio Solís Calvillo

Escritor


  



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