Creo

1

Creo. Si no creyera no tendría con quien hablar ni con quien regar todos los días la plantita de la esperanza. Hay brillos que se encuentran solos. Y no es el azar ni la circunstancia, son los destinos, lo inefable.

2

Creo en el amor. Porque todo lo que existe fue creado con amor. Y solo el amor tiene la paciencia infinita para unir átomo con átomo, célula con célula. Y llegar por esos caminos a la ruta de lo grandioso en mares, planetas, galaxias.

3

Y en la amistad creo, porque cada vez que me miro ante el espejo me refleja la cara de la persona más cercana, que soy yo mismo. Es a partir de la conciencia de mí,  de reconocerme como ser humano que puedo ser amigo de mis semejantes. No de otra manera. No puedo entonces ser amigo de una hormiga ni de un cerdo.

4

Creo en el milagro de la multiplicación de panes y peces solo si son metáforas de buenos actos, sonrisas y de buenas obras. Porque solo así. Vibraciones positivas sean las constantes alrededor de mí.

5

Creo en la palabra, sea austera (sí, no, mañana, quizás) y majestuosa (numen, filos, pensamiento, puedo escribir los versos más tristes esta noche, Macondo, Sofía, orondo). Con ellas se ha elevado el hombre hasta los confines más altos, más lejanos, y se ha metido a hurgar en los infiernos. Es la palabra redención y esclavitud a la vez. Es vuelo, es suelo. Y aún así, en las circunstancias que sean, nunca deje de reflejar anhelos.

6

Creo en los números. Mira esa escalera sin fin. Subir o bajar es exactamente lo mismo. Todo tiene una relación con los números, sea en medida de extensión, de profundidad, de cercanía: mira dónde está mi corazón, siéntelo en su latir; de lejanía: este frío cala hasta los huesos.

7

Creo en los sueños, Mis padres viajan en ellos y acuden a visitarme cuando más los necesito. Me abrazan, me sonríen, me cuentan. Y eso es más que suficiente para mi paz. Me esperan, pero me dicen que no me apresure.

8

Creo en la utopía, de cualquier manera, en cualquiera forma. Porque ella es imposible e improbable como la justicia plena, como el amor por siempre, la amistad inalterable. Mas si ella no existiera, de nada serviría llamarnos hombres, seres humanos. Absolutamente de nada.

9

Creo en la inmediatez. Lo que sigue es el eslabón de lo que ha sido antes. El tiempo presente es solo el puente entre lo que nunca será, sea porque ya fue, sea porque no existe, con la realidad.  No somos generación espontánea. Todo tiene una razón de ser. Todo está vinculado con todo. Hay siempre un por qué y una causa.

10

Creo en la memoria porque es nuestra casa, lugar de nuestra residencia permanente. Cuando salgamos de ella o nos eche, seremos nada, errabundos fantasmas sin conciencia. La memoria es fuente de nuestra nostalgia, de nuestros ensueños, de nuestras risas. A ella me aferro. Sin ella me despido.


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