Resurreccione en ti

1

Salí a caminar. En el trayecto de siete kilómetros, circuito de 3.5, dos vueltas, paso por dos ermitas: la del Sagrado corazón y la de San Judas Tadeo. En el camino me encontré a varias personas vestidas de blanco en ruta a dichas ermitas. En la fiel costumbre del buenos diás, respondían con "Buenos días, hermano, alegraos, Jesús ha resucitado".

2

Qué tema Dios mío, yo que alejado ando de los caminos a las iglesias y templos, que solo me asomo de vez en cuando, sobretodo si hay bautizas, bodas, quinceañeras, y eso si me han invitado. Y de vez en cuando sobretodo en Semana Santa me asomo un rato. Declaro que firmemente cuando voy a otra ciudad, me gusta entrar a las iglesias, por la majestuosidad de su construcción, y me aplico en pensar las jornadas de trabajo de un montón de personas para levantar templos tan bellos. Pero asimismo la imaginación visionaria de los arquitectos.

3

Quien despierta resucita. Y eso es todos los días quienes tenemos el privilegio de la vida. Así que despertar tiene el mérito de una gracia concedida conocida asimismo en esas comparaciones de licencia literaria como ese paréntesis donde estamos por un tiempo provenientes de la nada y luego el destino es asimismo la nada. Despertar en lo diario es ya un milagro al que hay que agradecer.

4

Así que hoy, en la tradición cristiana, es el día, luego de tres días de dolor y duelo, luego de tres días de espera, en el que Jesús resucita de entre los muertos. Lo había dicho, lo había anticipado y nadie le creía, o más bien muy pocos, contados con los dedos de la mano. Y un día como hoy domingo vuelve a la vida. Así está planteado, para gozo y esperanza cumplida de todos los creyentes cristianos.

5

Hay un renacer día a día. En cada actitud bondadosa que realizas. No solo en ti y tu familia, sino en bien de la vida, en bien del planeta. No es fácil, porque nos han educado para el despilfarro, para el úsese y tírese. Para el que tiene más vale más. Y es difícil desarraigar todas esas ideas que nos conducen al consumo, hacia una vida de glotonería ( y no refiero solo a la comida y golosinas), sino en general a querer tener más. Por eso este día cobra capital importancia. ¿Cuál? por el simbolismo que representa la resurrección.

6

Jesús habría de permanecer toda la tarde en la cruz. José de Arimatea pide su cuerpo para enterrarlo. Lo hace con ayuda de Nicodemo. Se dice que en una cueva. Es costumbre que esté enterrado antes del anochecer. Pero debería estar muerto para que le concedan el cadáver. Certifican que en efecto, ya está muerto. Y proceden. Solo que al tercer día la piedra que cubre la cueva está removida, lo cual causa asombro. Allí ya no hay cuerpo. Ha resucitado día como hoy. 

7

Mateo, Marcos, Juan y Lucas coinciden en lo esencial. Mateo dice que un ángel se la aparece a María Magdalena y le avisa que el cuerpo ya no se encuentra allí, que ha resucitado. Cada uno de ellos con variantes. Por ejemplo Marcos dice que se le apareció a todos los apóstoles en una montaña de Galilea, y los comisionó para ir por todos los pueblos de la tierra a predicar el evangelio. Lucas afirma que varias mujeres llegaron hasta su tumba y dos ángeles se les aparecieron para decirles que había resucitado. Juan Dice que María Magdalena descubre la tumb vacía y se lo dice a Pedro. 

8

Durante los siguientes cuarenta días se aparece a varios de ellos. A María de Magdala, a los apóstoles,  a caminantes rumbo a Emaus. Aunque al principio no lo reconocieron. Se dice que no se apareció como fantasma, sino de carne y hueso, inclusive que podía comer. Eso dicen. Y se ha venido diciendo. Por eso Navidad tiene un simbolismo grande para la cultura cristiana con el nacimiento, y Semana Santa con su muerte y resurrección. 

9

Precisamente por eso es bueno reflexionar más allá de las creencia o no. Resucitar, volver de la muerte, tiene el simbolismo de redimir las maldades del mundo para procurar y construir con hechos una sociedad mejor. Y ese es el punto. No hay resurrección actual si solo vemos los ritos de las iglesias como meros recordatorios de lo que sucedió hace dos mil y tantos años con el nacimiento y 33 años más con su muerte y posterior resurrección. Solo que podríamos decirlo de esta manera:

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Sucede la Resurrección si es en ti, en tu corazón y cerebro. Sucede cuando haces actos de bondad. Si siembras o riegas plantas. Si pones aguas y alimentas  a los pájaros y perros. Si hablas bien del prójimo. Si te sumas al trabajo comunitario. Si no juzgas ni condenas al prójimo. Si ríes. Si tu palabra construye, si edifica. Si la basura la pones donde corresponde. Si tú palabra es bálsamo para curar las heridas emocionales de los otros. Si a los gritos Y al ruido, respondes con armonía. Si no das consejos, pero tu vida y obrar es consejo viviente. Así sea.