Escribir de prisa

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Me invitaron a dar una charla hoy para incentivar la lectura en los alumnos de un plantel de bachillerato. Lo hago con gusto. Ya tengo unas lineas generales, que tienen que ver con las ventajas de ser lectores, que nos dan una vista más amplia sobre la vida en general. Dada la condición de la existencia, dentro de 100 años, por dar una cantidad de años, ya no estaremos aquí en la tierra, entonces nos permitirá mirar y por lo tanto disfrutar más cosas. Eso creo yo.

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Por eso nombré este texto comoEscribir de prisa. Porque me queda poco tiempo para prepararme y viajar para estar puntual a la cita que es a las 8: 30. Y como es una hora de distancia donde está ubicado el plantel, entonces deberé hacer las cosas de prisa, como esto de escribir, prepara café y bañarme y vestirme, claro. Pero todo lo tengo medido dentro de lo humanamente posible.

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Me gusta dar charlas a los jóvenes y adultos. No porque crea que lo que digo es importante. Sino porque los que me invitan así lo creen, y entonces en caso de negarme dirán que me creo mucho, que ya no toco el piso, etc. Entonces lo que hago es prepara material, esposar algunas ideas que me guíen, y en lo posible redactar un texto acorde al tema a desarrollar: Leer

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Ahora leeré un cuento, contaré algunas anécdotas de mi partida como lector. Dónde ubico más o menos algunos puntos de motivación en mi trayecto escolar. Y luego leeré unos tres o cuatro poemas breves, con tema del amor. ¿Por qué con este tema? Porque por amor se han creado todas las cosas en la faz de la tierra, dice la canción. No. Porque en la edad que tienen los alumnos de bachillerato, en su despertar están más receptivos a los latidos de su corazón romántico. También le llamo empieza el grito de la especie.

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Es muy probable que haga la transmisión por Facebook. Es una herramienta de estos tiempos, Nos permite llegar a más personas, como la vez pasada, el sábado antepasado que mis tallistas leyeron en público, y apenas ocho personas llegaron a escucharlos. Y en la transmisión, cuya decisión fue ya en el momento, logró que la vieran en varias partes de la república, a la fecha como mil quinientas vistas, aunque sean algunas 400 efectivas.

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No me concibo quien soy, sin los libros en general, y sin el hábito de la lectura en particular. Sin los libros, porque con ellos como herramienta se basan los estudios oficiales, tanto con los libros de texto gratuito de la primaria y secundaria, y en mi caso asimismo nos llegaron libros gratuitos en la Normal. Fue mi abrevadero cultural gratuito. Pero asimismo me acerqué a lecturas desde la secundaria, que me permitieron alegrarme y tener otros temas de conversación. Bueno, en esencia es el lenguaje que se desarrolla. Y ya he contado que algunos traumas emocionales, el tartamudeo o bloque para ciertos fonemas, la vergüenza de hablar en público, las solucioné con la lectura por gusto.

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Me he preparado ya el café. Tomo un poco mientras escribo esto de prisa. (Ya he dicho que es un ejercicio diario de tres o cuatro cuartillas. Que puede ser largo, o no, según quien lo lee. Y cuento de manera ficticia que una lectora me mandó un mensaje, e hicimos este diálogo: "

-Aigh, Don Antonio. Su texto diario es muy extenso. Y yo leo poco; me cansa. Pero me encanta cómo escribe usted.

-Sí. Perdón, mil disculpas. Es solamente un ejercicio diario de entre cuatro o cinco cuartillas. Hojas, digo, doble espacio. Etc. Y sé muy bien la expresión de que si lo breve es bueno, entonces es doblemente bueno.

-Ajá. Sí. Eso.
-¿Y qué libro anda leyendo ahora?
-Aigh, sí. Este. El Dinosaurio, de un escritor guatemalteco, Monte Roso. Algo así.
- Y cómo vas.
- Ya casi lo termino. Voy como aproximadamente a la mitad.

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A veces cuento la ocasión en que presenté mi libro Señal de humus en la Universidad del Usumacinta (UTU), ubicada en el municipio de Emiliano Zapata, Tabasco. Todo bien. Auditorio lleno. Al final en pregunta y respuestas un muchacho delgado, moreno y con el rostro lleno de granos juveniles, levantó la mano y preguntó: "Oiga, ¿y escribir poemas ayuda a enamorar mujeres?"  Los que no se atrevieron a preguntar se rieron, es decir, todos se rieron. Y él se puso algo colorado. Y le aplaudí la pregunta, y aunque no lo tengo comprobado, a manera de motivación, le respondí que sí, que es cierro, que escribir poemas ayuda a enamorar mujeres. Y le regalé el libro.

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El que escribe miente, hace trampa con las palabras. Lo hace para darle más emoción a su texto, y pueda despertar interés en el futuro o probable lector. Por ejemplo ese inicio de Franz Kafka, en metamorfosis: "Una mañana en que se levantó Gregorio salsa, se dio cuenta horrorizado que estaba convertido en un escarabajo..." Por supuesto que es una fantasía del tamaño de la imaginación del escritor. Y solo un lector con esa capacidad de disfrutar, entretenerse y con interés de desarrollar la propia imaginación puede sostenerse en esa lectura a ver qué pasa después.

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O la imaginación de mi amigo fallecido hace dos años, Luis Alonso Fernández Suárez, quien escribió el cuento "El hombre que perdió la cabeza por su mujer", en la que de entrada dice. Eran las nieve de la noche, cuando un hombre sin cabeza entró a la cantina..." Prodigio de cuento. este leeré a los muchachos.

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Y yo que carezco de méritos imaginativos, apenas en mi charla miento que cuando tenía la edad de 17 años, la chica más linda de la escuela entró a la biblioteca donde yo estaba en reunión, y aunque nunca de los nunca me hablaba, me tocó un hombro y me llamó aparte para mostrarme el Poema veinte, de Pablo Neruda. Ese que dice que "puedo escribir los versos más tristes esta noche", etcétera. 

Pd. Bueno me despido, perdón las prisas. Tengo una cita a las 8: 30 de más de rato.


  




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