Sor Adriana en Casa Alebrijes

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Siempre es un gusto coincidir. Y más cuando todos somos tiempos distintos. Y se pone más interesante si una parte es de otra geografía, distante sea o cercana. El asunto es confrontar ideas y conocerse y reconocerse humanos, seres vivos, fugaces. Y a oesar de todo ello, cadena de generaciones. El presente, consecuencia del pasado.

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Adriana Calvo ayer se presentó en Casa Alebrijes, con el monólogo Respuesta a Sor Filotea. Soy Juana. La gerónima. La escritora. La poeta. La musa. La décima. Mi condición es mujer. Y entre los hábitos y el matrimonio es obvio lo que decidí.

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Casa Alebrijes se ha consolidado como centro cultural.  Lugar donde lo mismo se teje y lee, que se lee y se discute. Se sonríe. Se presentan obras de teatro. Se cuentan cuentos infantiles y adultos. Se revisan textos. Se presentan libros. En resumen: se vive buscando la luz. Aunque ya la llevamos dentro. Y es encontrarse como luciérnagas en la noche siempre oscura. Enciende tu vela. Tu foco. Tu neurona.

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Cuatro partes tiene la presentación de Sor Juana en su respuesta a Sor Filotea.  Una presentación interactiva donde la monja Juana cuenta al público sobre su origen y circunstancias. Viaja de ese tiempo de los 1500 al 2020. La palabra activa cruza realidades del ayer lejano y lo acerca con el presente. Todo muy distinto, solo que en esencia son la lectura de libros y la conciencia de existir, la brújula que guía al ser humano por un camino de revelaciones. Otro camino es el de vegetar. El de ser vegetales que flanquean el camino. Y allí está Sor Adriana. Que diga. Sor Juana.

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Otra parte es la lectura dramatizada del alegato en el que Juana de Asbaje da respuesta al obispo de Vieira, quien ha refrendado escondido cobardemente en un seudónimo sobre la actitud curiosa de Sor Juana en sí vida personal y en su relación con los demás. Otra parte es una reflexión final. Y otra más es fuera del tiempo actoral, la charla de sobremesa o sobreteatro, con un cafecito de los Altos de Chiapas. Intercambiando ideas que giran sobre la obra y la importancia de la vida de Juana. Comenta Adriana, siempre vivaz, que espera ganar beca para llevarla a más lugares del estado, lo que sería muy bueno, sin duda alguna.

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Adriana Calvo es tabasqueña. La obra tuvo su origen en una petición que le hicieron para leer en público la respuesta a Sor Filotea por la conmemoración del 12 de noviembre. Y continuó dicha idea con utilizar la lectura dramatizada para representarla. Y para eso fue necesario escribir la primera parte, que funciona para mostrar los datos biográficos. Es decir: Juana viaja en el tiempo y a través de la excelente representación de Adriana Calvo y sale a escena en Casa Alebrijes y se auto presenta.

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Soy Juana. De Asbaje. Gerónima. Etcétera.  Nosotros somos un público que está al pendiente. Agradecidos con Delia Cantoral y Jaime Ruiz, por sostener la casa de todos, por mantenerla activa. Y es una fuente de luz que nos permite vislumbrar algo, en este devenir de la vida.