La luna en el mar
La vida no es el andén de espera donde van los del sueño de jubilación como sinónimo de muerte. Tampoco el salón de utilería donde nos ponemos máscaras o disfraces, para cada ocasión. La mirada no se disfraza. No está Penélope, perdón. A veces la comodidad y el confort te acercan a un tipo de ideal de ese tipo. Leí al fin la Princesa del Palacio de hierro. La felicidad es también una pistola humeante, y le queda una sola bala para la ruleta rusa. Un día llegará el final. Y se inicia todo de nuevo. Así es la vida. El espejo me dicta la palabra envidia y vanidad. Y yo paciente la escribo. Y recuerdo a la maestra aquella de básico, cuando por los 70s me ordenó: escriba mil veces la luna en el mar, de noche y de día, la luna en el mar. Y allí me tienes con mi hoja y grafito. "escriba mil veces la luna en el mar..."
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