Urgen

Urgen. Un talismán para atraer el polen. Una biblioteca en esperanto y los milagros de las palabras. La segunda vida de las siete que me dieron. La sonrisa construida en hologramas. Urgen. Las pastillas del sueño y las de no soñar por si acaso. El malvavisco que me endulcora los amargos sueños. La pala para mover la tierra de la indiferente montaña. Urgen la brújula y el plano de la salida o la entrada que serían lo mismo. Esa combinación de números con letras. Cinco cuerdas para mi guitarra. Urgen la pluma de ganso o garza divina para escribir mis palabras condenadas de por vida en la garganta. Y el piano de cola. El sillón bermejo de mimbre a donde descanso en los días funámbulos y soleados. Me urgen un sueño para la dicha. Una mano. Un cuaderno pautado. Una hoja seca para acomodar en el libro de Whitman o un pétalo para el de cartas. "A quien contarle de mis triunfos y fracasos". Una frente para el beso. Úrgenme tus labios.

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