Para escribir

Aparece de pronto la palabra. Se queda en la garganta de arena a punto de salir. Y llegan otras, solidarias, a acompañarla. Subimos escaleras o bajamos, mientras. Nos rascamos la cabeza. O nos bañamos. Saben que triunfarán en esa necesidad cantada. Y ya con algo de tiempo enciendes un foco. Tomas papel y lápiz. Y entonces sí, allí están, camuflajeadas como decir nosotros no somos. Y van apareciendo, rítmicas, escudriñando vericuetos. Mejor con tema previo, escribir. Mejor tú. Ni olvidos ni recuerdos.

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