La nada
Platicábamos de una película del tour francés. De una coincidencia. De un destino. De un amor limpio. De un amor imposible. Llega el hombre a su casa. Su hija mira la película Romeo y Julieta. "Es triste, porque al final no viven juntos", dice ella. "Así es el amor, pero de ellos es la eternidad", responde él al recordar su imposible amor. Y la niña: "la eternidad es para los fracasados".
Con quien platicaba le digo: la eternidad es para todos. De allí el origen del presente:
Para los ganadores es la eternidad lo mismo que para los perdedores; para los de la usura, para los que aman o no aman; para los del discurso encendido, para los del silencio; para los que leen o no leen; para los de la fama y los ignorados. La eternidad es la casa de todos, la sombra final de todos. La nada.
Con quien platicaba le digo: la eternidad es para todos. De allí el origen del presente:
Para los ganadores es la eternidad lo mismo que para los perdedores; para los de la usura, para los que aman o no aman; para los del discurso encendido, para los del silencio; para los que leen o no leen; para los de la fama y los ignorados. La eternidad es la casa de todos, la sombra final de todos. La nada.
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