A mi cadáver
Adiós cuerpo, compañero mío
De todas mis andanzas y confianzas
Ha terminado el periplo
y yaces allí , yerto, frío.
Fuimos inseparables
en ese ardor de la vida
incendio puro de roces, sueños y palabras.
Cuerpo cansado y abrupto
Cuerpo, nave y navío
que recorrió brechas, carreteras,
anduvo en la rivera
y en la escarpada loma y montaña
Que disfrutó placeres desventurados
y sintió la aguja del desconsuelo
de los apegos y la indiferencia..
Y el viaje fue por vericuetos imposibles
en dárcenas, sereno
y encallaste en pantanos, quejumbroso
Y sorteamos vientos huracanados, bruscos.
Hasta que al fin arrivaste
victorioso, invicto en el vivir
Después del fragor de las batallas
Con balance en triunfos pírricos
y derrotas deslumbrantes
Nada te fue ajeno, cuerpo mío
Tampoco nada, fue de tu propiedad
Llegaste maltrecho y disminuido
como intrépido guerrero,
sin cicatrices en el alma
Ya te despido y entrego
a la cadena alimenticia
Antes que se borre tu nombre en el hielo.
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