Antes de que sea tarde

1

Antes que sea tarde escribe la carta pospuesta. A quién la espera le es impostergable. A un hermano,  hijo, padre, amigo o antiguo amante. Y di allí lo que no dijiste. Que no vaya el odio como vómito, ni el rencor lacerante, ni tampoco el reclamo furtivo. No. El mundo está lleno de todo eso. Escribe como miel esa carta como el inicio de una navegante novela cocinada por el chef de tu vida. Esperanza, sueño, anhelo. 

2

El chiste de la vida ha de ser ese, vivirla a plenitud, sin miedos, ni fanatismos, ni ideas tomadas como verdaderas por sobre otras ideas igualmente verdaderas. Tomar las decisiones en el momento necesario. Y seguir, que en su momento esa fue la mejor decisión. Y seguir, seguro, segura, que la fiesta de la vida es solo una vez.

3

Antes que sea tarde has la llamada. Esa que se quedó en los primeros números y que simplemente no fue porque era ya tarde o muy de mañana. Un día no será posible por las razones que sean. Quede atrás la vanidad y el orgullo. Pon de fondo musical la balada en inglés de un año en que las palomas de la felicidad hicieron revuelo.

4

Antes que sea tarde has el viaje soñado. De ser posible hacia el interior de ti mismo. Que es lo más dificil. Pero no seamos tan exigentes. Has el viaje geográfico que siempre deseaste hacer. Al pueblo de tus padres. A Granada, tierra ensangrentada. A Madrid, orgullo de la España en que nací. A la bella Puebla. A la exótica Estambul. A la húmeda y lubrica Venecia. A la Roma de Dante y Petrarca. A París de Cortazar. Que nada te limite. Solo que no esperes más de lo que esas ciudades te darán: conjunto de edificios; plazas como las de cualquier ciudad; glesias fantasmagóricas, donde reflexionarás sobre el tiempo en que tardaron para hacerla con la mano de obra de los pobres y los miserables que las dirigieron. Tanta fé. Tanto dinero. No habrá mucho que ver, si no disfrutas donde quiera que estés; así sea en tu propia casa rodeado de libros.

5

Antes que sea tarde dile al amor que ya va contigo, que no se preocupe.Y que al reflejarse en las miradas de las otras personas, Cupido se ponga más abusado. Esto lo dicen, esto lo creo. Además que el tiempo de la vida propia es único, sin la posibilidad de tiempos extras. 

6

Lo inconcluso, termínalo. Ordena tus cosas. Los asuntos del corazón déjalos bien acomodados. Que el arrebato último sea también la ocasión de darle buen fin a tu novela de vida. Que nada quede por hacer. Nada por deber. Nada por cumplir. Nada por esperar. Al final del juego, los jugadores de ajedrez meten las piezas a la caja, lo mismo el peon que el alfil o rey.

7

"¿Una nieve?", "sí, de limón". "¿Vamos?" "¡Vamos!" Yo voy a donde tú. Tú ven o ve a donde el destino. Lo demás es lo de menos. Que en mis sueños he logrado y hecho de todo. Inclusive tu redundante doble boca. Y escribí la canción y el poema perfectos.

8

Antes que sea tarde, eleva la mirada al cielo. Y has preguntas que nunca te hiciste. Nadie las escuche, solo tu razón. Y reflexiona en lo que andamos. Yo estoy seguro que no hay infierno a como lo pintan, ni despintado. Pero no he de convencerte si tú crees que sí. Resulta que cada uno hemos transitado caminos muy distintos, y por lo tanto nuestro pensamiento es desigual. Y por lo tanto, antes de que sea tarde no he de arrepentirme de lo que no he cometido.

9

Hay una canción que amo demasiado, y la canta el gorrión francés, Edith Piaff, y en uno de sus fragmentos dice así:

No! nada de nada,/ No! no lamento nada/ Ni el bien que me han hecho,/ Ni el mal,Todo eso me da igual! / No! nada de nada,/ No! no lamento nada./ Está pagado, barrido, olvidado.../ Me importa un bledo el pasado!

Con mis recuerdos/ He encendido el fuego,/ Mis penas, mis placeres/ Ya no los necesito/ Barridos los amores/ Y todos sus temblores,/ Barridos para siempre,/Vuelvo a empezar de cero.

10

Por eso, antes que sea tarde sigue desafiando al día, a la semana y mes. Que al fin de cuentas como dijo alguien: nadie sale vivo de la vida. Y para morir, cualquier instante y lugar. Y el único requisito para morir es tener vida. Llama. Escribe. Manda una carta al mar. Acude a una banca del parque, que la cita del destino no la sabes. Y que nada vale la pena el mortificarse. Única, e irremplazable. Efímera, la vida nuestra. Un momento ha de ser el del adiós. Y la vida universal seguirá su curso.

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