Te reto
1
Cada semana es de retos. Esta también lo es. A veces dejamos proyectos avanzados. Y a veces ni los empezamos. Pero se trata de animarnos, animarme y animarte. Decir hoy que empieza la semana voy hacer tal y tal cosa. Y hacerlo. En mi caso esperé al Día del padre como límite para darle vuelo a la hilacha de los gustos culinarios, no exagerado, pero si comer casi de todo. Y más que para ayer estaban planeadas unas carnitas, con cebollitas y papitas Cambray, chile toreado, guacamole y plátanos asados. Y ni cómo hacerse a un lado, o de la boca chiquita.
2
Pero a mi favor presumo que tengo una semana sin tomar refresco embotellado, una tortilla en la comida y cero pan dulce que es de mi golosina preferida. Pero sé que no basta y debo avanzar en alimento balanceado, pero habré de asesorarme bien, para no andar ni con hambre disminuido en mi fuerza. Pero además debo empezar a caminar para llegar a correr. Pero esto ha de ser ya mañana martes, sin duda, falta ni pretexto.
3
Uno de ms retos es publicar un libro este año. Aunque no corre prisa, sería bueno avanzar en esa meta. No se trata tampoco de reunir cien cuartillas, ponerle un título, buscar un prologuista y mandarlo a imprimir. Eso sería fácil. Lo difícil es tener esas cien cuartillas ya seleccionadas de entre lo que he escrito, corregidas y que fueran rescatables. La idea. es como esos discos viejos de vinilo LP que trían diez canciones pero todas eran éxitos, como bien recuerdo uno de los primeros de Emmanuel, allá por 1982. Cada canción fue un éxito: Insoportablemente bella; El día que puedas; Quiero dormir cansado; Con olor a hierbaEste terco corazón, etc. Pues de la misma manera, no que sean éxito estos textos, sino que algunos estuvieron mejor escritos e inspirados. Es decir, que sean dignos para ser rescatados.
4
Otro de los retos míos es seguir leyendo como poseído. Tengo decenas de libros en e book, quiero decir, en digital. No es lo ideal para leer, cierto, prefiero el libro en físico. Es una sensación distinta, entre manipular las hojas, sentir su cuerpo, mirar su bello diseño, oler la tinta, etc. Tantas anécdotas tengo sobre el libro en físico. Como esas ocasiones en que tomábamos prestados libros en la 5a y Bravo allá por los años 70s. Y una de esas veces el dueño nos hizo saber que ya sabía, pero que nos daba permiso de tomarlos y regresarlos después de leídos. A los anteriores tomados que no regresamos le llamábamos Colección Hurtado, por la misma razón.
5
Cuando descubrí a Milán Kundera y Franz Kafka en los años 80 del siglo pasado, los empezaba y no los dejaba hasta acabarlos, lo cual sucedía a eso de las 5 de la mañana. Y de allí me iba a la escuela todo alucinado con Checoslovaquia y sus historias de ambos escritores. De Kafka El proceso, Metamorfosis. De Kundera: La broma; La insoportable levedad del ser; Los amores ridículos, etc. Bien y certero lo dice Jorge Luis Borges: que otros se jacten de los libros que han escrito (y vaya que Borges es el escritor exacto), yo me jacto de los que he leído.
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Así que te reto a subir al cielo; a que hagas la llamada que has pospuesto infinidad de veces; a que empieces a escribir un diario; a que camines una hora diaria; a que descacharrices espacios y sobretodo tu alma de sentimientos oscuros y dañinos; a que viajes aunque sea aquí cerquita, y lejos en lo posible; a que te desprendas de ciertos pasajes del pasado o los tomes por los cuernos; a que leas de lo que te guste; te reto a comer saludable; a mirar más alto y lejos; a valorar a las personas cercanas; a cuidar, alimentar y a hablar con las plantas; a pintar tu casa y un cuadro o diez; a reanudar tus estudios o iniciarlos (nunca es tarde); te reto a escuchar música a un volumen de acuerdo a tu espacio, sin molestar a los demás.
7
Y así podría continuar enumerando. Pero no son para el lector, cada quien tiene los propios. Los retos son para mí mismo. Otro de los temas a escribir es una revisión de los retos, el avance o cumplimiento de ellos. En fin que la vida va.
8
Sin olvidar que tengo un reto especial sobre escribir un monólogo de teatro. Y escribir una canción. Ya les contaré sobre estos temas que me fascinan.
9
Y cómo no recordar, con este título, la canción de Pedro Luis Bartilotti, que lleva precisamente ese nombre Te reto. Y en algunos de sus nostálgicos y retadores versos dice:
"Te reto a que apagues la fogata que entendimos".
"Te reto a que olvides los poemas que aprendimos".
"Te reto a que rías cuando sepas que estoy triste".
10
Uno de mis retos era debutar cantando. Les cuento la anécdota siguiente: yo siempre en el 2014 llegaba a comer en una fonda cercana a las oficinas de Conalmex Unesco, por el parque Los Pajaritos. Y cada vez que me ofrecía el agua de frutas naturales yo le decía que "sin hielo", porque "me cuido la garganta". "¿Y eso?", me respondía. "Es que canto", le decía yo de juego. Y así varios días y semanas. Hasta que curiosa se atrevió a preguntarme: "¿y donde canta es un lugar grande?" "No. Es un lugar chiquito, como para 15 o 20 personas". "Ah, muy chiquito", expresó decepcionada, Pero un lunes llegué a comer como casi siempre. Y al momento de el ofrecimiento del agua, le dije lo mismo que sin hielo. Y eufórico le agregué: "¿que cree? ayer canté ante cinco mil personas. Ella se alegró. Y me trató como todo un artista, sentí que me sirvió demás, que reía y me guiñaba un ojo, y que si quería más agua cuando la terminé. Yo no me atreví a decirle que fue ante cinco mil personas que asistieron a un mitin político, y que canté el Himno nacional mexicano. Ah, y sin equivocarme.
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