Estar en el paraíso

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Hay un chiste que a veces cuento. Un hombre. Digamos Antonio, muere y llega a San Pedro. Y este le da a escoger a dónde quiere ir: cielo o paraíso. Este Antonio se sorprende que se pueda escoger, y pide visitar los dos lugares para decidir. San Pedro accede y lo hace pasar a la derecha. Es un camino y a determinado tramo, un letrero que dice INFIERNO. Entra y siente frío por el clima. Mira a sus ídolos musicales.  Mira bailarinas desnudas. Mesas con viandas abundantes y bebidas, todo incluído. Sale. Regresa con San Pedro para conocer el paraíso. Se dirige al lugar de las indicaciones por el santo. Entra donde el letrero PARAÍSO. Se encuentra con música ambiental como para yoga. Angelitos tocando. Etc. Y decide por el infierno.  Así se lo dice a San Pedro.

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Este se sorprende y le dice que es pata siempre, sin vuelta atrás. Y Antonio se imagina por siempre el fresco, escuchar a Lennon, Rigo, Chico Ché, mujeres guapas sin ropa y comiendo y bebiendo de todo. Se dirige de nuevo al infierno. Se cierra la puerta detrás de él.  Y siente un calor tipo de Tabasco 48 grados en la sombra con sensación de 55. Perol con sus ídolos hirviendo, exlamando ayes lastimero de dolor. Entonces acude a la oficina del diablo mayor, entra y le reclama, al decirse engañado. Y este le responde con voz de tenor: "ningún engaño. Ayer que viniste Antonio era último día de campañas".

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A veces, solo a veces, me pongo a discutir en esos temas en los que no se llega a ninguna parte y cada posición es irreductible. Un ejemplo de ello es sobre el tema de infierno y paraíso. Yo estoy muy seguro que eso no existe. Ni uno ni otro. En todo caso son conceptos que se pueden aplicar en la vida nuestra conocida en esta tierra. Pero respeto profundamente a quien expone que esos lugares míticos sí existen y que vamos a ir allá según nuestros actos en la vida o si nos arrepentimientos de manera adecuada y a tiempo. 

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Me cuentan que en Villahermosa, una universidad ha abierto la carrera de Filosofía a nivel licenciatura, y me gustaría entrar. Nunca es tarde, dicen. Sería un periplo de navegación sobre las diversas ideas que en los distintos tiempos y geografías se han generado para intentar responder sobre las preguntas clásicas: ¿qué es el hombre? ¿Hacia dónde vamos como humanidad? ¿Origen y destino? ¿Qué es la materia? y tantas otras preguntas que se han ido acumulando a partir de las anteriores y a los que no se ha llegado a  conclusiones definitivas. Ni se llegará.

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He dicho y lo reitero que la función principal de la escuela es enseñar a pensar. Con los temas del plan de estudio y programas nacionales, sí. Con diálogo permanente y participaciones de los alumnos. Aún que se equivoquen en sus planteamientos. Pero que sea el aula un laboratorio del pensamiento. Y las actividades fundamentales para ir alcanzando los objetivos de pensar cada vez mejor, son leer, escribir, hablar y escuchar. Sí, eso se hace de manera cotidiana en el aula, dicen. ¨Sí, pero no.  Porque se impone en la mayoría de los casos el criterio de adquirir mayor conocimiento responder las preguntas de los exámenes para asentar una calificación. Laboratorio de pensar contempla todo ello, pero se centra en el concepto claro de que con todas las actividades se está activando el pensar como una práctica común del ser humano. 

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Cuando estábamos en la Normal llevamos una materia que se llama Filosofía educativa. Y aparte un grupo nos reuníamos para leer los sábados capítulos de un libro de George Politzer, de nombre Principios generalas de Filosofía. Allí, entre la algarabía y el vacile, hacíamos nuestros pininos de pensar por qué estamos en la tierra, si hay un fin específico, y nos enfrentamos a las ideas de idealismo y materialismo. No llegamos a concusiones específicas, pero nos dábamos cuenta que pensar en cuestionamientos de origen y destino es una actividad esencialmente humana.

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En Ciencias de la Educación de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco, una de nuestras materias era no Filosofía, sino "Historia de a Filosofía". Allí hicimos un repaso somero sobre el origen de la filosofía con los griegos, y repasamos a los presocráticos, los socráticos, Platón, Aristóteles, hasta llegar a filósofos más modernos, de cuyas ideas no puedo acordarme.

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Me da por contar que una vez llegó una de mis hijas del preescolar toda preocupada. "Mi maestra dijo que el primer hombre fue Adán. Y yo me pregunto ¿si él fue el primero, quién sle daba su biberón?"

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El paraíso deben ser esos momentos de felicidad que no son muchos, ni es un estado permanente y por siempre, pero son los que nos hacen sentir que la vida vale la pena vivirla. Y esos momentos pueden ser distintos para cada quien, de acuerdo a la "filosofía de vida"o la ausencia de esta. Permítanme decirlo de esta manera: "amar ha de ser el limbo, no amar ha de ser el infierno y amar y ser correspondido ha de ser el paraíso". En consecuencia "amar y no esperar nada a cambio" ha de ser también el paraíso.Y esta palabra no se circunscribe al amor de pareja, sino al amor en general a la humanidad y a la naturaleza.  

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En estos temas, el ser humano se ha de dividir en dos categorías: el que piensa en su origen y destino (que son muy pocos), y el que no. Y en estas dos simplistas categorías, hay una variante muy extensa. 

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Recuerdo cuando se llegaba a este tema en las clases de la universidad, sin duda aparecía como ejemplo cuando una madre le dice a un hijo: "¡eres un animal!",  o a dos de sus hijos: "¡son como perros y gatos!". O "¡son unos cochinos" Y el maestro o maestras nos preguntaba sobre cuál era la intención de decirle a su hijo o hijos así. Y la respuestas, palabras más, palabras menos, era que hay comportamientos humanos que se la atribuye como característica de animales. Como el ser sucios, como el pelear, etc.

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Yo recuerdo que cuando tenía como 16 años me gustaba cantar esa canción de Roberto Carlos que dice en uno de sus versos "Yo quisiera ser civilizado como los animales". Y mi madre me decía: "ya imagino por qué". Y se refería a la actividad sexual de los animales. Yo le explicaba entonces los versos de la canción. Se ponía pensativa. Y me decía: "entonces no he dicho anda". Y nos reíamos los dos. Y a partir de allí a ella también le gustaba escucharla, junto con La paz de tu sonrisa y Yo soy de esos amantes a la antigua. Y por más que sufra, te agradezco señor.

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Estar en el paraíso estando en la tierra es ser feliz con lo que tenemos a nuestro alcance. A veces es una charla con amigos. Tomar un café. Saborear nieve. Hacer deporte. Besar y hacer el amor enamorados ambas personas. Leer lo que nos gusta. Caminar por París o por nuestra colonia de pueblo. Ver una película amada una y diez veces. Preparar la comida. Criar animalitos en nuestro patio o ranchito. Etc. Aquí el lector ponga los que a su gusto prefiera.

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Cuando Sócrates estaba encarcelado y condenado a morir con cicuta, acusado de corromper a la juventud (con ideas de pensar sobre las condiciones del ser humano), lo visitan varios alumnos y uno de ellos le dice compungido y lloroso: "maestro, lo que más me duele es verlo morir siendo inocente". Y dicen que el Maestro le respondió sereno: "¿Acaso te gustaría mejor que muriera siendo culpable?" 

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Para terminar quiero dejar asentado que la Filosofía como materia ha sido señalada como causante de todas las rebeliones y cuestionamientos al poder, sea este político, económico, religioso o de cualquier otra índole; por eso es atacada, calumniada, matizada, edulcorada, o directamente eliminada de los programas de enseñanza, que debiera estar desde primer grado de primaria.



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