Casta de valientes

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No hay generación de cristal y ninis tampoco. Hay descuido colectivo. Hay indiferencia hacia los niños, niñas y adolescentes. Hay abandono hacia la mayoría de ellos. En una especie de cada quien que se defienda en la vida como pueda. Y luego nos quejamos de lo que hacen o no hacen ellos. No se forja como estrategia pública a las futuras generaciones en una visión de cultura, tradiciones, deporte, con lo que se forja un espíritu fuerte y a la vez sensible a la problemática colectiva. Precisamente por eso se destacan los grupos de ciudadanos que se organizan para ofrecerles a ellos una ruta distinta, con la mira de forjar generación de valientes. 

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En plaza comercial Las Américas, de esta ciudad de Villahermosa, miré el domingo pasado una función de box amateur. Allí 15 parejas de muchachos se dieron de golpes a manera de deporte, vigilados y conducidos por un réferi, y evaluaron los combates 3 jueces. Las peleas de aficionados tienen sus reglas a diferencia de los profesionales. En las amateurs se trata de que haya el menos daño posible, y los golpes sean principalmente de toque, sea en el pecho o en la cara. Así que quienes tiran más golpes no son siempre los que ganan, para desencanto del público. Las peleas fueron de dos tipos de acuerdo a la edad: menores de 18 años,  tres rounds, de dos minutos por uno de descanso, y ma,ores de esa edad, de tres rounds de tres minutos por uno de descanso.

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Golpes, sudor, jabs, Oper, ganchos, clinchs. De un cuerpo a otro. Fieras las miradas de los púgiles. A manera de estrategia para controlar al oponente  con psicología. No hay teatro. Es enfrentamiento. Brutal, sí. "Sufren las madres de los boxeadores", escuché que dijo alguien a mi lado. Los "Bee Killers", de Centro, se enfrentaron con representantes de los municipios de Cunduacán y Huimanguillo. Parte del público eran familiares de los contendientes. Otra parte eran transeúntes, clientes o paseantes de la plaza, que se quedaban a ver el deporte espectáculo, el llamado de "las narices chatas y orejas de coliflor".

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Aficionado desde niño siempre he sido al box. Si digo que al boxeo de los 70s, es una expresión de añoranza y nostalgia por lo que fue. Pero me gusta ver las peleas de amateurs, los que no han dado el paso al profesional. O nunca lo darán. Miro los combates cada vez que hay un campeonato mundial de esta especialidad y, por supuesto, de los Juegos Olímpicos. Pero desde niño miraba las peleas en una casa cercana a la casa, los sábados. Rubén Olivares, Mantequilla Nápoles, Rafael Herrera, Chucho Castillo y muchos más, entre ellos los pesos completo Mohamad Alí y Joe Frazier. Por nombrar solo algunos de ejemplo.

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Las plazas comerciales están sembradas en varios lugares de las ciudades. Son una realidad y son catedral del consumo. En una área amplia hay todo tipo de mercancía en venta, teniendo como parte central los hipermercados, y con ellos zapaterías, pastelerías, casa de empeño, bancos, helados, Cine comercial, cafetería, maquillaje y pinturas, restaurant, teléfonos celulares a crédito y varios más. De todo, casi. Algunas hasta cuentan con hotel de tres o cuatro estrellas. Y tienen el área Gourmet, donde venden alimentos de comida rápida -hamburguesas y oriental- tacos, tlayudas, gorditas Tota, churros y pizza. Y asimismo Y tienen aire acondicionado por todas partes, de tal manera que en el trópico calcinante, hasta son lugares de paseo para mirones que se distraen sin comprar algo. Hay lugares de asiento. Valientes son quienes van y no compran nada. Inteligentes los que, pudiendo,  nada necesitan y tampoco compran.

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Las plazas comerciales deben de aprovecharse. Desde hace años son una realidad en casi todas partes del mundo. Es rostro vivo y ejemplo tangible del capitalismo. Para bien o mal están allí. El movimiento de personas es constante en un ir y venir. La mayoría sin prisas, porque a eso van. A comprar como modo de distraerse, y a caminar como modo de justificar que hacen ejercicio. Algunas personas traen su brújula para orientarse en el caos de las mercancías. Otros no, ¿y para qué? Y entonces en algunas se organizan espectáculos para deleite y gozo del público, y son gratuitos, que esto bien lo agradecen las personas. Deben de aprovecharse aún más con teatro, música y folklore. Actividades culturales, artísticas y deporte como demostración, no le caería mal al público freneticamente consumidor.

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Los barrios bravos son cantera del pugilismo. No por otra situación, más que la rebeldía ante la marginación, la pobreza. Como dice la canción "por un quítame estas pajas, te pasan por la qilla, pero en el fondo son unos sentimentales...". La historia de la mayoría de boxeadores hablan de su humilde origen, de sin nada, desde niños trabajar y entrenar, o en pocos casos estudiar y entrenar. Y ven el deporte, principalmente el futbol y el boxeo como luz para salir del laberinto de la pobreza. Y como dice Samy Ventura (Campeón nacional tabasqueño), "pueden tener talento, pero solo el muchacho que es disciplinado logra seguir avanzando y obtiene triunfos"

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De eso se trata el box. Es una vía de encausar la energía y fuerza interior. Es un cauce de la rebeldía. Es más bien darle cauce a la rebeldía. Y aprender que el box es como la vida misma. que hay que defenderse, que hay que atacar no para hacer daño, sino para marcar golpes de manera inteligente y ganar los puntos que definen el éxito, que sería en todo caso salud y armonía, paz, tranquilidad. Esos muchachos que tienen ante sí el ancho camino del barrio y sus liderazgos  que los encausan hacia actividades no lícitas, tuvieron un ángel que les orientó y llevó por el camino del deporte, que en todo caso parece angosto por los sacrificios. Brutal este deporte sí, pero con causa, bajo vigilancia, y con la enseñanza de la disciplina, del cumplimiento, de valorar la fuerza propia, y no hacer daño a los demás o encenderse para pleito por cualquier motivo.

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Esta es la magia del deporte, la alegría de buscar salud y encontrarla. Y la magia del box (así también el futbol) de dar cauce a las inquietudes de decenas y cientos de jóvenes que en un dos por tres encuentran motivo suficiente como justificación para darse de golpes. Solo que con el box los golpes son dentro de un gimnasio, a un costal, a una perilla. Su ángel entrenador les enseña a protegerse, a esperar, a soltar los golpes utilizando la inteligencia, no el ímpetu y el instinto. Y para sobresalir hay que entrenar todos los días. Las más de horas que se puedan. Correr por las mañanas kilómetros y kilómetros. Saltar la cuerda miles de veces. Fortalecer los músculos con ejercicios de fuerza. Ocupar la mente en pensar en un futuro mejor. Esa es la forja qué requieren nuestro infantes y jóvenes.

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En el boxeo amateur se busca proteger a los boxeadores lo más posible. Las caídas así como el conteo por golpe que pone en malas condiciones al boxeador (sin caída), cuentan solo un punto. Los golpes que cuentan para punto son los dados con la parte frontal del guante. Por eso es que se ve impresionante al boxeador que tira muchos golpes y toca al contrincante, pero lo toca en los brazos, o con la parte interna o lateral del guante lo cual no le otorga puntos.  Los boxeadores amateurs o aficionados deben llevar casco protector en la cabeza y en la pelvis, lo cual es revisado por el árbitro previo al combate. Hay un doctor pendiente para intervenir a la menor señal de daño.

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En esta función del domingo se dio el caso de un boxeador descalificado al fin del encuentro. La razón: una regla para peleas amateurs dice que "al final" el árbitro debe revisar que las vendas de los puños de ambos púgiles deben tener la firma del comisionado que verificó  no tuvieran alteraciones que le dieron ventaja al boxeador. Simple, no tenía la firma las vendas de un boxeador. Y la regla marca descalificación, con castigo para el entrenador. Mi sugerencia es que antes de empezar la función se dé una explicación breve y sustancial de las reglas más importantes del boxeo amateur. Al inicio de la función, los organizadores pidieron al Dr. Feliciano Wong Ortiz dirigiera una palabras. Así lo hizo. De manera brev alentó a ser mejores, a practicar deportes. A recordar que somos herederos de una gran cultura, la Olmeca, cuna de la civilización.

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Soñemos en colectivo: que todos los niños, niñas y adolescentes tuvieran la oportunidad de alimentarse bien, de asistir a una escuela entusiasta en el aprendizaje, y de asistir a talleres culturales y deportivos. No, no existe la generación de cristal. Existe descuido y abandono hacia ellos.