Felipe Jesús Soberano, puente en la tradición musical tabasqueña

 

A los 9 años de edad, Felipe Jesús Soberano estaba en 4º grado de primaria en la Tomás Díaz Bartlett (calle Castillo, centro de Villahermosa) y fue cuando tuvo el encuentro feliz y premonitorio con la música. A través de ella atisbó el infinito y empezó a comprender la vida y a vibrar. No sabía aún que la ruta musical sería su destino y le permitiría ir dejando huella en el maravilloso viaje por la vida. En esa primaria aprendió el canto coral con su maestro Juan Sosa Mazariego, quien llegaba a dar clases de música dos veces por semana. Y felizmente se dio la continuidad en la secundaria con el maestro Andrés Jacobo Che Che, quien le enseñó a tocar la flauta barroca, también conocida como flauta dulce, en la secundaria federal 1. Solo que la música de tamborileros es “otro boleto” -como dicen los muchachos-, y los secretos de la flauta de carrizo y el tambor, le fueron enseñados por Fernando Hernández Isidro+, maestro muy conocido originario de Tucta, Nacajuca. 

 

Felipe nació en la ranchería  Escoba, Centro, en 1959, hijo de familia humilde. Estudió la carrera de ingeniería civil y, jalonado por las ciencias sociales, estudió asimismo la licenciatura en Historia.  Pero la música fiel ya había entrado en su piel e hizo nido en su corazón, para nunca más dejarlo. Por lo que a la par de los estudios universitarios, siguió practicando la música. Desde su niñez había escuchado en los festivales escolares y en las fiestas de pueblo los tradicionales zapateados, entre ellos “El tigre”, emblemática melodía de la música tradicional tabasqueña, con la que se sintió identificado.

Y “El tigre” lo siguió acompañando. Solo que la música no tiene fronteras y llegó a su oído la armónica y festiva melodía “El pájaro campana”. Esta en la versión del músico argentino Facio Santillán. Dicha versión empieza con el canto del pájaro y luego entran las suaves notas de la flauta de carrizo dándole el toque distintivo, para luego entrar la festiva quena. “El pájaro campana” es alegría, selva, viento, tradición, todo ellos en las notas y percusiones de la melodía. Cabe señalar que Santillán es asimismo intérprete destacado de la muy conocida melodía “El cóndor pasa”.

Con esta música dentro, Felipe Jesús andaba ya bien armado, (con otras también, por supuesto), por lo que formó parte de varios grupos musicales. Entre ellos:  Rondalla y Tamborileros de la UJAT; Estudiantina de la catedral de Tabasco; Son más, grupo muy conocido que tocaba música afroamericana e interpretaba poesía coral; entre otros. 

Pero viene lo bueno: la música no es museo. La música de danzas y zapateados es tradición y fiestas populares, y cada generación le va agregando su distintivo. Solo que Felipe Jesús miró más allá, y su instinto creativo y su alma musical, le empezaron -desde muchacho- a dictar nuevas melodías (originales, pues). Así que empezó desde joven su carrera de compositor, siendo la primera de ellas “Santa Cruz”, dedicada al barrio donde creció, en un ritmo lento 6 x 8, nostálgico. Una mezcla de ritmos regionales.

Entre sus muchas composiciones destacan “La danza del Pejelagarto”, la de “Potonchán”, de “La Ceiba” y de “Él garabato y machete”, así como los zapateados tabasqueños “El cuinicuil”, “El jobo” y “El pital”, entro otros. Todas ellas están alojadas en Youtube, el canal que tiene el maestro a su nombre: Felipe Jesús Soberano. Asimismo está incursionando en tutoriales, para que todos los interesados puedan interpretar esas melodías que son puente entre el pasado de la música tradicional tabasqueña, con la música del presente que le da continuidad y la mantiene viva y vivaz.

De alma noble y corazón generoso, Felipe Jesús Soberano es músico creativo y ha sido maestro. Trabajó en la División de Ciencias Sociales y Humanidades de la UJAT y en la Universidad Popular de Los Ríos, en Jonuta.  Considera que la música lo formó como humanista, con sensibilidad para apreciar, disfrutar, crear melodías, reproducir ritmos y letras de canciones. Y le formó su carácter tranquilo y alegre. Por lo cual considera que se debe incluir la música como materia en la educación, para iniciar a los niños y jóvenes en la adquisición de destrezas que los ayuden en su autoestima, y a encontrar el camino de la paz y tranquilidad.  

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