Peso Pluma

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Muy de moda, ¿y eso qué?. Peso Pluma (PP, o doble P) es un cantante que desgarra su voz para hacerse notar entre quienes intentan cantar lindo y lo hacen -ellos-  sin personalidad. Es actualmente un fenómeno de popularidad, como si dijéramos la sopa instantanea Maruchan, que resuelve el hambre aunque no nutra, pero eso nadie se lo explica, ni tampoco importa, la fama tan rápido, el hambre mata. Y por donde paso escucho canciones de ese cantante. La moda son patrones conocidos para el consumo, y pasan, pasarán como las "nieves de enero" y las "flores de mayo".

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Esta moda sigue patrones musicales repetitivos de dos o tres acordes con igual número de notas. Y PP va en la marcha de otros quienes antes que él cantan por así decirlo, porque algo hacen, hay que reconocerlo, y rápidamente llenan arenas, patios vacíos, donde se levanta polvo a taconazos, corren ríos de cerveza y vino, y uno que otro grita como si anduviera alegre solo para que lo vean. Mientras los músicos le dan duro a la tuba, a la Carola, al acordeón y al bajo sexto, con letra de canción sobre armas, policía burlada, caminos en el desierto, talco blanco, morras despampanantes y sonrisas falsas.

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Las plataforma musicales de ahora son más abiertas y podríamos decir que libres. Cualquier canción se puede subir, o alojar allí, y el que busca encuentra. Y por cada repetición en cualquier parte del mundo se le va sumando para monetizar, o ganar dinero por parte de su autor. No como antes, que las canciones podían ser prohibidas por la censura oficial o la autocensura de los programadores de radio si llevaban palabras parecida a jerga, ruta, o estimulo. Entonces los corridos famosos hablaban del valor de los pistoleros de fama, cuya ofensa no la olvidan. Y tejían historias de valor y entereza, sacrificio y otras virtudes. 

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Ahora no hay límite en las palabras ni en los temas. Y es allí donde destacan quienes hacen uso franco y directo de términos que muchos no utilizamos. Y quienes escuchan ese tipo de letras en canciones, sienten que son transgresores estando dentro de una celda del consumo, creen que así revolucionan la sociedad. Tergiversan los gustos, hay vacío por llenar, como cubos a donde depositamos no los libros viejos ni las revistas de historia, sino las bolsas de celofán y los preservativos usados.

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Peso Pluma encontró el filón de la audiencia. Y vende lo que la gente compra, compa. No engaña, sino que está metido en la moda actual donde la divisa es "úsese y tírese". Cantantes que arriesgan su vida en el tren de la fama y el éxito, cuando se acercan a la frontera entre lo real y lo verdadero, y cuando en un baile, algunos que se sienten agraviados, o realmente son agraviados, tan pronto termina este lo esperan gatilleros para reclamarles andanzas y ojos alegres, para ser tema de otro corrido, estilo Valentín Elizalde, llamado el Gallo de oro o como Chalino Sánchez.

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PP es otra linea. Hace días escribí que quitándole la letra y escuchando la música de sus canciones, se siente bien esa mezcla de ritmos norteño con ska. Una tuba tocando los bajos de una forma formidable. Y un contrapunto de rasgueos encontrados que hacen sentir la moda bella, con polvo del desierto, y con la alegría como de los gitanos que beben cerveza bajo un árbol y bailan, tocan sin preocupaciones aparentes.

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Más algo queda. El éxtasís por los instantes se diluye. No hay más allá. Corridos tumbados escritos a petición de los altos mandos. Sojuzgados muchachos y chavorrucas, oprimidos siempre, alegrando qué otros hayan triunfado, que siempre es un decir, con dinero en flujo alto y constante para darles de beber a los sedientos de la nada, hambre de la utopía por no ser absolutamente nadie, polvo qué brinca auñ con vida en los tablones de la.pista.