Gimnastas

1. Las miras volar y las sabes terrenales. Todas con sus alas invisibles, con sus músculos invencibles, que parecen de goma, logran proezas en sus movimientos. Ahora es Simone Biles, la estadounidense estrella refulgente. Con ella varias de sus compañeras logran el oro en los mundiales. Y atrás de ella otras generaciones de atletas, de distintos países, nos sorprenden con sus acrobacias pulcras y elegantes. Se miran algunas frágiles, otras muy fuertes, y han hecho historia. Unas serias en sus rostros, perfectas en su desplazamiento, otras alegres; con ángel todas ellas.

2. Se les llamaba gimnastas olímpicas. Ahora: artísticas. Recuerdo bien las cuatro especialidades tradicionales para mujeres: barra fija, barras asimétricas, caballo y piso. Y en cada especialidad miras destellos de lo divino, perfección en el lance, en el salto, volteretas simples, dobles, triples e intrincadas, en el aire. Cada vez más difíciles para impresionar a los jueces y llevarse la anhelada victoria. Y las pruebas para hombres son: Anillos, barra fija, caballo con arcos, barras paralelas,  salto de potro y suelo.

3. Detrás de sus participaciones, no digamos sus medallas, hay todo un plan de entrenamiento, de disciplina, de sacrificios. Hay lesiones y sufrimiento. Lágrimas y sudor. Hay errores, de los cuales se va aprendiendo. Hay la tentación de dejarlo todo. Hay la tentación de ganarlo todo. He allí la diferencia. Cuando se disfruta lo que se hace, bien vale la alegría (no la pena) la ejercitación diaria, ocho o más horas de rutinario ensayo, de cansadas prácticas. Para salir al escenario, rodeados y rodeadas de nervios, de miradas que auscultan, de tantos jueces oficiales y empíricos que van como a un coliseo romano.

4. Y el infierno que pasan miles de ellas ante la perversión de algunos sujetos, de lo que a veces se sabe y a veces no. El mayor triunfo de Simon Biles, la chaparrita norteamericana, negra, fue enfrentar a su verdugo, enfermo sexual, y lograr llevarlo a juicio. La serie puede verse en Netflix. Larry Nassar, era el supuesto médico motivacional, que abusó sexualmente de las gimnastas cuando trabajaba en la Universidad de Michigan y con las seleccionadas norteamericanas de gimnasia. Denunciarlo y acorralarlo ha sido la mejor competencia que ella libró junto con varias de sus compañeras. Y logró que le dictaran 109 años de cárcel. Casi 300 gimnastas declararon contra él. ¿Y los que sabían y no hicieron nada?

5. Recuerdo la olimpiada de Tokio 2020. El equipo de gimnasia de EEUU estaba clasificado a la final. Y de manera repentina Simone Biles dijo que no saldría a la final. Luego explicó que no se sentía bien emocionalmente. Que lo importante es la salud mental. Y que se sentía muy presionada, como que de ella dependía el triunfo o la derrota del equipo. Y no salió causando estupefacción en todo mundo más allá de sus seguidores y admiradores.

6. Por eso verla triunfante en este reciente mundial de gimnasia, es una manera de demostrarse a sí misma que hay qué seguir adelante a pesar de los abusos, envidias, y los oídos sordos de las autoridades y funcionarios de la gimnasia oficial. Estaban  abandonabas a su suerte con los entrenadores y cuando ellas denunciaban, estos o no hacían caso o minimizaban las denuncias. Pero no solo Larry Nasser, que este es el extremo. ¿Recuerda a Nadia Comaneci, que en Montreal 1976 fue la primera gimnasta en sacar 10 de calificación? La pareja Bela y Martha Karoly eran sus entrenadores. Su método era muy destructivo emocionalmente hablando. Destruía la personalidad de las gimnastas, les metía miedo, las golpeaba si tenían fallos. Y aún con costillas quebradas, las hacía entrenar. "Si fallas vas directamente a los baños". Allí las esperaba para golpearlas.

7. Para este París 2024, mientras tanto, México ya tiene clasificadas a Alexa Moreno y  Ahtziri Sandoval; y además tiene un boleto más aún sin nombre, por el lugar 14 por equipos en el mundial reciente de Amberes, Bélgica. Nuestra Alexa Moreno consiguió el 4o lugar mundial en ese mismo torneo, y de ello estamos muy orgullosos. No olvidamos que mexicanos maliciosos se burlaban de ella de por no tener el cuerpo como el prototipo extendido de lo que es una gimnasta de competición. Y ella lo ha asumido como un reto personal. No contra quienes la burlaban, sino demostrarse a sí misma que no hay límites. Un ejemplo.

8.  Quizá usted no sepa de Elena Mukhina. Para las olimpiadas de Moscú 1980, luego de que Comaneci había sacado 10 perfecto cuatro años antes, las gimnastas soviéticas tenían una presión muy fuerte para superarla. Así que las forzaban a entrenamientos sobrehumanos físicamente. A Mukhina la hacía entrenar con una pierna quebrada y en uno de los entrenamientos se fracturó el cuello, practicando el salto Thomas, quedando parapléjica. Murió a los 46 años sin haber recuperado su salud. Y esto es lo que se sabe. ¿Y lo que no se sabe?

9. El salto Thomas, también llamado "salto de la muerte", fue mostrado por primera vez por el gimnasta norteamericano Kurt Thomas. Y consistía en salto y medio a espaldas, con el aterrizaje iniciado con rodada a partir del cuello en su parte posterior. Solo que un pequeño fallo hacía que se lastimaran las cervicales, como sucedió con Elena Mukhina en 1980. Dicho salto fue prohibido diez años después en mujeres y a partir del 2015 en hombres.

10. Gracia, agilidad, destreza, poesía del movimiento, precisión. Todo ello se encuentra en la gimnasia. Uno puede asomarse a los videos en YouTube, anotando en el buscador diversos nombres. Entre ellos la misma Somone Biles, Nadia Comaneci, Olga Korbut, Katelyn Oashi, Vitaly Scherbo, Larisa Latynina, Kohel Uchimuri. Entre muchas otras.


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