La poesía y la guerra

Pongamos todos los poemas frente a la guerra

Que estén como barricada

en medio de ambos bandos

Ponedlos delante de todos los cadáveres 

Delante de la sangre derramada

Delante de todos los mutilados

De todos los descabezados

De todas las partes desgarradas

De todos los miembros esparcidos

Delante de todos los zapatos sin dueño

Delante de todo el escombro de los edificios caídos

De todas las bibliotecas hechas polvo

Y quizá seamos testigos del milagro

Y las partes de cuerpos se reacomoden

Los cadáveres se levanten

Las casas y los edificios se edifiquen

Las cabezas vuelvan a su lugar

arribita del cuello

La sangre de nuevo circule en cantos de luz

dentro de las vías del cuerpo

Pero no. No habrá milagro.

Perdón el escepticismo

Al menos no por la poesía solamente

No. No habrá milagro

Al menos que los presidentes

Los generales, los coroneles 

Los soldados rasos, los banqueros

La lean. Sí. Lean la poesía .

Y eso será cuando los gallos mamen

Diría el maestro Lácides

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