Hasta luego, alada Cecilia Priego

 1. Considerando ayer. Quizá mañana. No lo sé, Cecilia. Me dicen que ya no andas por acá, pero sí estando en tu esencia y ser. En las tantas manifestaciones que hay del alma, pero digamos el ser, ese tan tuyo, tan de sonrisas, de luces, de tu actuación, de tu disciplina y entrega, de tu contundencia en los distintos papeles en los que participaste: suave, dura, enérgica, elegante, alegre, perspicaz, triste. Y sigues allí porque seguirás acá.

2. Yo había salido ayer de casa rumbo al taller literario, pero apenas dos cuadras recordé que iba de visita el maestro Héctor, y se requerían plumas, y regresé por ellas, dos o tres, y una de mis hijas me esperaba ya afuera, para, al paso entregármelas. "Murió la actriz de la que nos hablaste hace unas semanas, Cecilia Priego". "¡No!", expresé. Y me explicó que lo había leído en el muro de Alex, donde la despide con unas muy sentidas palabras.

3. Hace unos cinco años yo vi a Cecilia Priego en una obra de teatro, creo que en el teatro José Gorostiza, del CICOM. Debo recordar el nombre, pero se me niega en estos momentos (Valentina, me acordé una hora después). Pero allí la vi actuando, porque ya la había visto en otros eventos culturales. Y la vi actuar con toda esa potencialidad que desplegaba en cada escena. Siempre brillante, como primera actriz. Y había visto otras obras, y como a ella, a otros y otras tabasqueñas, actores y actrices, les he visto esa franca y esperanzadora mirada al futuro, no solo hacia el banal éxito (bienvenido en lo que de bueno tiene), sino el verdadero de ser cada vez mejores tanto arriba del escenario como abajo. Y eso es lo que vi en ella.

4. Lo vi en ella y se le comenté a unos dos o tres amigos, sobre la obra y sobre el brillante actuar de Cecilia. Y pensé que iba en carrera ascendente, en el sentido al que me refiero en el párrafo anterior. Porque la carrera del arte, en cualquier especialidad tiene sus bemoles, diría nuestra amiga música. Y el éxito verdadero es ir logrando espacios por la capacidad, por la creatividad, por ese ser que vive por y para el arte. Y eso hasta en los papeles sencillos se nota, mejor en los relevantes dentro de la obra. Y sentirse bien por dentro, satisfecho consigo mismo.

5. Me acordaré de la obra, seguro, de esa vez que la vi.  Valentina. Y cumplía ya sus cien representaciones y develamos una placa, estaba allí a quien sí conocía más, por mi trabajo, a Iankarla catalina, y hubo pastel y todo lo que conlleva ese tipo de alegrías, por mantener y sostener sobre los hombros, casi, la permanencia de puesta en escena ya en una cantidad sorprendente. Allí saludé y felicité a Cecilia. Allí le dije algunas palabras sobre su trabajo. Y listo. Ellos y ellas siguieron con su algarabía de satisfacción. Yo me quité. Y siempre, siempre, a los jóvenes que son así, participativos, rompiendo las barreras de la inercia y el confort mas el conformismo.

6. Luego ya algo quizá alrededor del ao, leí por allí en esto de las redes, que se necesitaba sangre para Cecilia. Y vino en vorágine esos recuerdos sobre su trabajo actoral, sobre ese ímpetu, sobre esa mirada hacia el futuro, que ahora dependía de otras circunstancias, entre médicos, clínicas, tratamiento y medicinas. Y me vi ante el espejo, y mis reflexiones pedestres sobre la vida y sus vicisitudes. "Se va a recuperar, de seguro", me dije. Y así me iba enterando de su salud, de su enfermedad.

7. Pinche cáncer. Te encajas aquí y allá. Dejas dolor, tragedias. desesperas en la esperanza de que te alejes. Derribas sueños. Tumbas proyectos. Dinamitas futuros. Haces caer sueños. En tu retirada provisional generas esperanzas. En tu retirada engañosa mantienes la espina bien encajada. Y hasta parece que la remueves. Y así vamos. Así vas. Sin más explicaciones. ¿Y el por qué? La impotencia ante el silencio como respuesta. Ser y no ser. Estar y no estar. Dolor como terremoto. Daño como rayo que parte.

8. Luego hace como cinco meses miré una entrevista amplia que le hace TVT (creo). La miro a ella, a Cecilia. Delgada, siempre bella, siempre segura, con palabras muy humanas, por lo tanto poderosas. Y platica sobre su trayecto profesional, su amor por el teatro, y asimismo sobre el cáncer y el tratamiento. La vi alegre, sonriente, franca. La vi esperanzadora, luchona en ese mano a mano con la vida, con el destino. Valiente siempre. Valerosa siempre. Vigorosa, en su delgadez. Animosa ante la circunstancia. La imagino sin retroceder un ápice en sus sueños y proyectos.

9. Así comentó que hizo casting para una serie. Y que le llegó la noticia que fue aceptada. Y que lo consultó con sus médicos y su familia. No para tomarles parecer, creo, imagino. Sino para escuchar las recomendaciones. Y en efecto, el médico le dijo -nos platicó ella- que si le hacía sentir bien que fuera al llamado para la serie, que eso le iba a ayudar, solo le recomendaba que la acompañara alguien. Y así le hicieron.

10. Y les dije que al verla en la obra Valentina, me pareció que su carrera iba en ascenso. Y me enteré en la entrevista que había trabajado en TV Azteca, se le vio en "Lo que callamos las mujeres", cuando ese emporio producía sus telenovelas y series, pero, abaratando costos, asegurando más ganancias, empezaron a comprar de la producción colombiana y turcas y cerraron ese apartado de producción nacional, fuente de empleo para muchas familias, y se regresó a Villahermosa, y, no sin sorpresa, encontró que en Tabasco se estaba haciendo teatro profesional, por distintos grupos, y fue cuando yo la vi por primera vez. Y me dejó gratamente sorprendido por su gran profesionalismo que manifestaba en la naturalidad de su actuación en los papeles que en destino le correspondieron.

11. Descansa en paz, valiente y alada Cecilia Priego. Y mi pésame para Freddy Priego (Persa). Qué dolor. Hay golpes tan fuertes en la vida, y este es uno de ellos, dijo el poeta.


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