Pensar en la república ideal: Castillos en el aire

1. ¿Ha escuchado la alegoría de La Caverna, de Platón. Refiero en una apretada explicación que vivimos en las sombras (de la ignorancia). Y que lo que creemos que es la realidad, son sombras que proyectan una especie de titiriteros, y que la verdadera realidad es la que está fuera de la caverna, con la luz (del conocimiento). Estamos con “Los diálogos” de Platón. En el capítulo VII, del libro "La República", tiene dos ideas principales. Una de ellas es la muy conocida alegoría de “La caverna”, y la otra es el contenido que debe tener la educación de los filósofos (considerados por la mayoría como depravados e inútiles, en una propaganda de control). El diálogo sigue siendo con Glaucón. Y quien conduce las reflexiones es Sócrates bajo la pluma de Platón.

2. Con la alegoría de “La caverna”, Sócrates ejemplifica el mundo en que vivimos y cómo los conocimientos que tenemos es de acuerdo a sombras, no a la realidad. Imaginemos, solo imaginemos que estamos dentro de una caverna, y esto nos sucede desde la infancia. Y que estamos encadenados de los pies y del cuello, de tal manera que no podemos ver hacia atrás ni a los lados, solo al frente. Y que detrás de nosotros y a cierta altura hay un fuego que alumbra. Y hay un camino entre nosotros y el fuego. Y hay una barda que nos divide de quienes manejan objetos, animales y personas. Y que por causa de la luz que el fuego origina, esto que mueven, a manera de titiriteros, proyectan sombras frente a nosotros. Y si estos tirititeros hablaran como si hablaran las personas y el ruido de los animales, nosotros solo los percibiríamos por el eco como si fueran las sombras que vemos las que hablaran. Y eso sería todo lo que viéramos y escucháramos: sombras y eco.


3. Pues bien, un buen día un hombre logra liberarse, rompe sus cadenas. Y empieza a caminar hacia la entrada, mirando primero la luz del fuego de manera directa. De inicio le lastimaría los ojos, hasta que poco a poco se fuera acostumbrando. Y más, seguiría caminando hasta la entrada de dicha caverna, hasta llegar a la salida, lastimándose aún más por el poder de la luz del sol, luego, poco a poco, se iría acostumbrando, por lo que primero miraría los reflejos de las cosas en el agua, hasta que finalmente se acostumbrara y mirara las cosas en sí, con los colores a causa del reflejo de la luz en ellos y la formas.

Dice Sócrates: ¿No crees que le nacería la idea de regresar a las sombras para comunicarles la buena nueva a quienes est´n encadenados y creyendo que el mundo de ls sombras es el mundo real? Solo que al regresarse al haberse acostumbrado a la luz, se le dificultaría en principio a ver las sombras entre la sombra de la caverna, por lo que su comportamiento sería ridículo, sin embargo les comentaría de la verdadera razón de su nueva experiencia, yq el verdadero mundo no es el de als sombas, sino el que está iluminado por la luz del sol, e intentaría liberarlos. Mas estos, seguros de que el mundo de las sombras es el verdadero, lo apresarían y lo encadenarían de nuevo, si no es que lo matarían, tildándolo de loco.

Luego de plantearle la alegoría, Sócrates reflexiona con Glaucón.


4. Ya dijimos que de entrada trataría de regresar para comentarles la buena nueva a sus compañeros de las tinieblas. Aunque pudiera suceder que ya no intentara regresar y que se quedara en las alturas del conocimiento, o del mundo inteligible. La alegoría es correcta, en todo caso. Y sucedería que se burlarían de él, al haber comprendido de los asuntos divinos y regresara a los asuntos terrenales. Lo tildarían de ridículo y fuera de lugar.


5. Ahora bien, los que hacen maldad miran bien en lo sensible. Y entre más mal hacen, más se agudiza su mirada y perfeccionan el hacer el mal. Porque eso han aprendido desde niños y se han especializado. Por eso se requiere todo lo contrario, si queremos que vayan hacia el Bien, entonces igualmente desde niños se les tiene que preparar para ello. Porque no sirven para gobernar quienes no estudiaron, ni quienes estudiando se sienten cómodos en esa vida de comodidades que permiten los sueldos de los gobernantes, sin pensar realmente en el bien de todos. Haciendo alusión a la Caverna, es como si conocieran la luz del exterior, se dieran cuenta que es el mundo real, y no quisieran regresar para compartir su saber con los que se encuentran encadenados dentro de la oscuridad, y no quisieran compartir los trabajos con ellos.


6. Sócrates hace mención, que en todo caso hay dos tipos de filósofos: los que se forjaron solos y por lo tanto no tienen ninguna obligación con estado y los que fueron formados por el estado. Estos últimos sí tienen la obligación de servir al estado que los formó. Nunca deberían gobernar quienes están enamorados de los puestos de gobierno, porque solo se dedican a obtener beneficios. Deben gobernar solo quienes son ricos en virtudes. Los enamorados de los bienes privados, es fácil que busquen gobernar y mantenerse allí para tomar como propios los bienes del estado.


7. A partir de aquí, el diálogo entre Sócrates y Glaucón gira en torno a cómo debe ser la educación de los filósofos formados por el estado apra que lo gobiernen:

1.    Deben haberse ejercitado en la guerra.

2.    Deben dejar fuera la gimnasia y la música.

3.    Deben de conocer del cálculo, que irremediablemente lleva a la esencia. Los números no solo para contar, como hacen los mercaderes.

4.    Deben de conocer Geometría. Lo mismo que el cálculo, no solo para los trazos en las construcciones, sino para la movilización de las tropas.

5.    Deben conocer de astronomía. Porque de las estaciones y sus cambios dependen en gran medida los cultivos, que es el alimento de los pueblos.


8. Admás ha de tener facultades especiales el infante que se quiera dedicar a ser filósofo. Entre ellas: deben ser de naturaleza valiente, estable, agraciada, nobles, viriles, moderado y grandeza de espíritu; asimismo debe tener la capacidad de aprender, con buena memoria, perseverantes y amantes al trabajo. No deben practicarla los pusilánimes ni los avariciosos. Ni cojos que les medio guste el trabajo y medio les guste ser perezosos. Lo mismo no debe ser que odie la mentira en otros, y la justifique en sí mismo. Cabe destacar que parte de los conocimientos deben ser enseñados desde niños, pero no de manera forzada.


9. El camino de la educación de quienes serán guardianes, es largo, pero cada etapa será en su debido tiempo, ni antes ni después. Y que siendo jóvenes ocupen cargos de acuerdo a su edad para que obtengan experiencia. Solo quizá a los 50 años se pueda decir que ya estén preparados y se le obligue a poner la vista en lo alto, que es el Bien, para que puedan servir a su estado de manera efectiva en bien de la colectividad, y luego de haber servido y formado a la nueva generación de filósofos-guadianes, podrán retirarse a la isla de los bienaventurados. 


10. Vale la pena destacar que Sócrates hace alusión de no hacer diferencia entre hombres y mujeres, si este fuera el caso que haya también hombres y mujeres con dichas capacidades para formarse en la ruta de la filosofía verdadera. Y que habría que estar conciente que en dicho camino habrá muchas tentaciones para apartarse de lo que debe ser en dicha formación. 

Es aquí, en la parte final cuando vuelve a la metáfora de “castillos en el aire”, donde dice: quizá sea dificil, pero no imposible.

 

 

 

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