Monalisa (3)

1. Mona no fue de las niñas que fueran a clases de ballet o piano. Pero no le ganaba nadie a las carreras, ni los muchachos algo más grandes. A las lecturas se aficionó después que hizo por primera vez el amor. Dijo que andaba montada en los árboles jugando a las brujas, cuando una vez que bajó recibió la invitación de su guapo vecino a jugar a los esposos. Y entre besos y gritos, de pronto estaba desnuda teniendo como colchón la hojarasca del otoño. Y en su libreta días después escribió que había descubierto el cielo recostada en la hojarasca del otoño. Y se le grabó la imagen. Y al leer lo que había escrito empezó a asomarse a los libros. "Era la imagen vivida del amor, las hojas secas, y el goce descubierto, plasmada en unas palabras en la hoja del cuaderno, lo que me dio a entender del milagro de leer y sobretodo, escribir. Releía y volvía a sentir el mismo placer".

2. Nos conocimos no recuerdo si fue en la central de autobuses, el muelle o la sala de espera de un hospital. Y pudo haber sido cualquier lugar de esos. Total, es lo menos importante. Lo cierto es que nos miramos y reímos como si nos conociéramos de miles de años atrás. Y en esa ocasión no dijimos ni media palabra, pero ya sabíamos que andábamos cerca, como esncontrándonos sin buscarnos. Un día más que otro de pronto estábamos tomados de la mano iniciando una relación de amistad que nunca terminó, ni aún luego de que morimos. "Fue en un velorio cuando nos conocimos -me confió-, haz memoria, alzheimoiger".

3. Y yo me puse a repasar todos los velorios a los que he asistido. Primero el de la hermanita de un amigo. Luego el del padre de otro amigo. Luego la mamá de mi novia primera. El padrastro de la novia segunda. El párroco que daba dulces a los niños en Navidad  Más después el de mi madre, luego el de un hermano menor, y después el de varios amigos, luego el de mi padre, el capitán, oh, mi capitán. Luego vinieron el de varios amigos. A Ramón lo mataron en Guatemala. Rubén murió atropellado en Houston. Y por más que trato de recordar lo de ese velorio de cuando dice que nos conocimos no encuentro dicho recuerdo.

4. Suena el teléfono. Es el banco. Suena el teléfono. Es una casa comercial. Es un partido político. Es una persona con la que no quiero hablar. Suena el teléfono. Reconozco los tres últimos dígitos 969. Es Mona. "Soy Mona", dice y me da una explicación de por qué me habla por primera vez. Un novio que tiene le habló de un libro, que es novela, que es de una escritora canadiense, que ella no lee, pero que le gustaría leer, y cree que yo pudiera tener ese libro u otro de la escritora, y si por si acaso, algún otro que yo le recomiende, para contarle a su novio, y vea que también ella lee. Me dije está loca, si es a su novio que quiere impresionar, no tiene por qué hablarme a mí, que hable a una librería que le recomienden uno, dos o tres, y que los compre y que le vendan, cosas así pensé.

5. Pero sí tenía el libro y acordamos que se lo daría al día siguiente a la orilla del río, una tarde de verano, como de película. Llegué con diez libros más, algunas historias de amor, otras de fantasía y terror, y nos sentamos en el pasto, y empezamos a platicar, yo llevaba una flauta dulce y en algún momento la saqué como el encantador Hamelin, solo que ni ratas ni serpientes, sino Mona, la prospecta de lectora, la que sabe curar heridas con saliva, con colita de rana, sana, sana. Y ella reía y yo no sabía qué más decirle. Y le dije nada más que hasta luego, y luego me cuentas  qué te pareció alguno. Sí, ella dijo. Y nos despedimos sin el compromiso de vernos luego u otra cita. Dejamos todo al azar, pero yo tenía una carta que no le leí, para ella, sí, para ella.

6. Pasaron años. No era olvido ni recuerdos. Ni compromiso había. Yo me fui a trabajar a los Estados Unidos. Ella anduvo de trotamundos, aunque no precisamente. Se fue a vivir con una tía, unos años luego con la abuelita. Luego con unas amigas. Y el mundo era muy chiquito. A esa edad nos tragamos el mar de un solo buche y vamos a hacer la revolución en nuestro país. Aprendimos el abc del comunismo. A saber la diferencia entre las clases sociales. Lo que es la guerra de guerrillas. La diferencia entre un fusil y la ametralladora, entre una escuadra y una pistola. Y nos tomábamos diez cervezas por hora. Y seguimos haciendo la revolución con borracheras para resacas insoportables. Y me olvidé de Mona y Mona se olvido de mí.

7. Me deportaron de Estados Unidos. Estaba yo en un supermarket con una gringa que apenas había conocido y salías a pasear en su auto. Y de vez en cuando ella pagaba el cuarto de motel. pero estudiaba la universidad. Y quería que nos casáramos. Solo que yo andaba en otros pensamientos de vida. Se embarazó y lloró mil veces sobre la necesidad de tener al bebé, y yo que no, que no estoy preparado. Ni había pensado algo así. La edad no nos era propia. Ella 18, yo 19. Y ella estudiante y yo indocumentado. "Te casas conmigo y ya serías legal", me decía. Pero en una de esas veces en que salí solo me agarró la migra. "Paper". "No". "Mexicano". "Yes". Y me dejaron por Reynosa, porque le dije que era de Tijuan, México. Y me fui con mi madre. "Te ha estado llamando una tal Mona, o Ramona, ya ni oí bien", me dijo. Y yo volví a la vida en el recuerdo de cuando los libros a la orilla Del Río.

8. "Escribiré un libro sobre mi vida", me dijo Mona. "Sería bueno", le auguré. Creo que agregué que se vendería como pan caliente en temporada de frío. O como paletas de hielo en calor calcinan. O como cerveza fría en el desierto. O como carne entre hambrientos con dinero. Y ella reía. "Imagínate, la misteriosa vida de la loca de enfrente de oficio bailarina". "¿Has sido bailarina?" Y me empezó a contar la vez aquella cuando nos dejamos de ver. Se había salido de casa de la abuela. "Yo sentía que mi vida no tenía sentido, cada día lo mismo. Y estaba en mis 16 años. Así que me puse a buscar trabajo en los avisos de ocasión".

9. Oye, y pagan bien barato de cajera, de vendedora casa por casa, de lavandera. Y de pronto vi un letrero que decía: Mesera, buenas propinas. únicos requisitos, que sonría y tenga buena presentación. Y junté dinero para pagar el pasaje. Y en letras chiquitas decía que me pagarían el pasaje contra reembolso, que quiere decir que yo lo pagara y con los boletos como muestra me reembolsarían el costo, más las facturas de comidas hechas en el viaje más la noche de hotel. Y me dije esto es lo mío. Y me fui con una amiga. Andábamos como de vuelo. A risa y risa. Y ya nos imaginábamos entre las mesas sirviendo las comidas en restaurant de lujos, con el turismo negro y blanco, que es distinto por las temporadas en los lugares turísticos.

10. Y cierto. Nos dieron un mes de capacitación. Y yo en un restaurant y mi amiga en otro. Y nos dieron un préstamo para comprarnos ropa, con firmas y copias de credencial de identificación. Y nos dieron cuarto de hotel de tres por habitación. Solo que a las dos semanas quitaron a algunas, que quizá no sonreían mucho. Y a mi me dijeron que se había acabado el trabajo, que quedaban algunas deudas. Y que solo había de bailarina, oye, y a mí que me encantaba bailar desde chiquita en los bailes de la casa y salía en los bailables de la escuela, y le entré. Y les salario era el triple. Y venga para acá el dinerito. Me acordé que podía hacerle una mejor casa a la abuela. 

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