El faro

1. Ante las atrocidades de la guerra, ante el predominio de la ambición desmedida y la destrucción de la naturaleza, se requiere una luz que ilumine a los oscuros entendimientos, para que todo eso se detenga. Ante la vileza y el escarnio, ante la explotación y la miseria cada vez más grande, ante el exterminio se requiere una luz. Ni cruzarnos de brazos. Ni esconder la cabeza. Ni tampoco meternos el pie. Se requiere volver la mirada a los valores universales. Aunque se diga que están pasados de moda. Que eso era en otros tiempos. Los valores universales nunca pasarán de moda. Le dan sentido a lo humano ante la barbarie. Dichos valores son como un faro.

2. El faro está allí. Se alcanza a ver desde lejos. Todos los puertos lo tenían, con el fin de ser la referencia nocturna de los navegantes del mar para orientarse en su búsqueda necesaria del puerto. Algunos han quedado de vestigio ante los avances tecnológicos que han creado modernos instrumentos para la navegación. Uno de los más conocidos es el de Alejandría. Pero en nuestro paso por pueblos y puertos de mar, se yergue majestuoso, aún en ruinas. Los faros han sigo guía. E historias de amor se han escrito a su vera.

2. Conocedores del mapa nocturno, los marineros antes se orientaban por las estrellas. Y sin dificultad seguían el camino hacia el puerto donde les esperaba la dicha, sea de familia, amor o taberna. Todo ello luego de semanas o meses de andar en alta mar, y cansados iban a puerto, con el fin de solaz y esparcimiento. Solo que a veces estaba nublado, y perdían la ruta. Para esa situación, los chinos inventaron la brújula. La aguja imantada señala hacia un lugar. Y ese es su correspondiente Norte imantado. 

3. El faro es una construcción cónica o cilíndrica. Para cumplir su función, se requería fuera alta dicha construcción. Quizá elevada entre unos 40 o 60 metros de altura. Y encendido en las noches, los marineros no tenían pierde. Su modo para generar  luz, estaba asegurada, sin margen de que se apagara. El faro ha sido luz y esperanza. Ha sido guía y lugar seguro ante la tormenta. 

4. Hablar de faro, es hablar de noche. En ocasiones la luna hace la maldad a la oscunidad y la deja frágil. Aún así el faro es necesario, como el amor en los seres humanos. Y no pocas veces la oscuridad es plena qué no se mira a dos metros a la redonda. ,Y en ocasiones la neblina  cierra más toda posibilidad. Ante la desesperanza. Y ante la tormenta en la noche, el faro da el punto luminoso a donde debemos seguir en ruta. Unos brazos para el abrazo nos espera. Una mesa con comida caliente. Una cama para el descanso. Unos labios para el encendido beso.

5. Estamos en clase de Ética. El tema es la virtud que debe tener todo ciudadano. Lo mismo el Rey, que el zapatero. Lo mismo el ministro que el barrendero. ¿Qué virtudes deben poseer cada uno para cumplir su función dentro de la colectividad? Entre la valentía y lo cobarde. Entre la ambición y la honradez. Entre la carencia y los excesos. Y el debate y la reflexión se centran en los consensos para llegar al punto medio. "Ni tanto que queme al santo, ni tanto que no lo alumbre", dice el refrán.

6. ¿Y quién define el punto medio? El consenso. ¿Y cuando el ciudadano se pasa en los excesos? ¿Cuando viola, roba, mata? ¿Y cuando el listo o fuerte se apropia de lo que trabajaron otros? ¿sea en el asalto, sea en lo cobijado por lo legal? ¿Y la usura ilegal del prestamista? ¿Y la usura legal de los bancos? ¿Quién los somete? ¿Quién los reduce al punto medio? ¿Ese del que se habla en el consenso? ¿Ya quién sirve el gobernante? Preguntas y más preguntas, con respuestas sesgadas.  ¿Y qué cosa es el ciudadano? ¿Quiénes son los ciudadanos? ¿Se alcanza la ciudadanía al cumplir 18 años? O solo esa edad garantiza que se entrega una credencial de mayoría de edad? ¿Será posible o frecuente que hay hombres que nunca llegan a ser ciudadanos aún llegando a la edad de adulto mayor? Más preguntas.

7. Es mi parecer que la categoría de ciudadanía la alcanzan los individuos que se interesan en el bien colectivo. Y que los indiferentes no son ciudadanos. Es una idea que zumba en mi entendimiento. Por eso son los problemas de los pueblos. Porque los indiferentes son mayoría. Porque ante el árbol tirado por la tormenta a mitad del camino, solo son unos pocos quienes se juntan para quitar dicho tronco, y los demás se quedan escondidos en su casa: "Que lo quite el gobierno", dicen.

8. El faro sigue allí iluminando en la noche. Es la esperanza que nunca se nos niega. Es la educación de casa y de escuela. Es el libro y las bibliotecas. Son los campos deportivos. Son los jóvenes que se cultivan, que participan. Es la idea de que el campo produzca. Es la inversión en el campo para que produzca. es volver los ojos hacia lo que nos conviene en lo colectivo. Es el arte en todas sus manifestaciones. Es la tierra fértil, la semilla, el agua y la luz. El faro sigue allí. El faro es la mirada que abraza un futuro mejor. Es la mirada esperanzadora y amorosa. Y que pone manos a la obra.

9. Por si los olvidamos hago una lista de los valores universales: amistad, amor, justicia, libertad, bondad, honestidad, respeto, paz, responsabilidad, solidaridad, gratitud, tolerancia, compasión, misericordia, sabiduría. Lealtad, responsabilidad, compromiso personal y social, altruismo, verdad, etc.

10. "Oh, señor, eso ya esta pasado de moda. Y más aún, son fardos que impiden a las personas tener éxito. Se requiere malicia para triunfar, y esos valores no permiten que uno avance en el objetivo de alcanzar la fama y el triunfo". Así se argumenta en contra. Los blancos en el arroz negro causan discrepancia. La mayoría se va imponiendo. 

11. Sin embargo los valores universales son el faro ante la noche oscura de la barbarie. Pueden andar ebrios los capitanes de los barcos. Y perderse en el mar. Pueden estar ciegos los capitanes y todos los marinos inclusive. Y en todo caso, a la deriva dejarse llevar por los vientos irascibles. Pero el faro seguirá allí imperturbable y luminoso en la oscuridad más densa. Seguirá allí, como los valores universales.



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