Ciudadanos anónimos y desterrados

1. En "La madre", portento de novela de Máximo Gorki, de las cumbres de la literatura rusa, hay una parte donde la madre de Pável, Ivanovna, escucha a la pandilla de jóvenes entusiastas que llegan a su casa a discutir asuntos de filosofía y política, máscara para preparar la insurrección. Son muchachos, sueñan con un futuro mejor, y este futuro contempla luchar contra fanatismos. La madre, servicial, s preocupa y se los dice palabras más, palabras menos: "estoy de acuerdo con ustedes en todo lo que dicen, menos en que nos quiten la religión. Eso es lo que le ha dado sustento a mi vida. Si quitan la religión me dejarían sin nada".

2. Dura la reflexión que hace Gorki mediante sus personajes. Relevante en todos los contextos de antes y de ahora. Diría Marx que la religión es el opio de todos los pueblos. Y me dijo mi doctor Márquez cuando lo fui a consultar por los problemas de estrés que me aquejaban hace como 20 años: "¿Por qué cree que mucha gente va a los templos e iglesias? Pues porque van oran para quitarse las cargas cotidianas, y sucede que cuando salen tienen los mismos problemas, solo que los sienten menos porque como que los fueron a dejar allí". ¿Es sugestión? ¿Es fe y creencia? Y como yo no llego a iglesias, me recomendó que cuando me sintiera agitado, creyéndome a punto de morir-yo, lector de poesía, se lo había dicho- leyera poesía. Y surtió efecto.

3. Cuando mi padre me llevaba por primera vez a la escuela -él de 45 años, yo de 6- se encontró con un tío de barba larga que estaba frente a la iglesia. Y le preguntó: "Juan ¿a dónde vas tan de prisa?" Y mi padre orondo y orgulloso: "vaya la escuela primaria Cuahutémoc, llevo a Toñito a su primer día de clases". Y su tío -analfabetas ambos-: "y ¿para qué lo llevas allí, si allí aprenden puras cosas del diablo? No, Juan, estas muy equivocado. Deberías traerlo solo a la iglesia para que aprendan puras cosas de dios". El tío era uno de los apóstoles en la representación del Vía Cricis en Semana Santa. Recuerdo bien la imagen cuando el cura le lavaba los pies.

4. Lo pensamientos oscuros, medievales o no, sustentados en mitos y creencias, continúan vigentes. Asimismo los pensamientos platónicos, que consideran que las ideas son superiores a las cosas tangibles. Los pensamientos son estructuras que se han ido construyendo de acuerdo a las circunstancias de cada individuo, y de cada pueblo. El hombre no es un ente aislado. Lo forman y deforman en su pensar lo que acontece en su cercanía: tanto en la familia, el barrio, los medios de comunicación y la forma de pensar de sus maestros.

5. Bien recuerdo la vez que una de mis hijas llegó del kinder a eso de las 12: 15 (está muy cerca de la casa), y muy efusiva me contó que ese día la maestra les había explicado que los primeros seres humanos fueron un tal Adán y Eva. "Ajá", fue mi respuesta, dispuesto a ir al día siguiente a comentarlo con su maestra de que no se debe mezclar religión con educación, y que esta no es o no debe ser adoctrinamiento. peor me hizo gracia lo que a continuación me dijo mi hija y decidí no ir a hacer el reclamo: "Pero yo me pensé cuando la maestra nos dijo eso: si son los primeros, ¿quién les dio su biberón con flechita?"

6. Bien lo decía allá por finales de los años 70s el maestro Vicente Cebada Vera en la escuela Normal: "la naturaleza es tan sabia, que los niños aprenden a pesar de tener malos maestros o maestros fanatizados, o de esos que no asisten siempre, o que asistiendo no se preocupan del aprendizaje de los alumnos, que uno supone que son los menos". Y lo decía de buen humor, acomodándose los anteojos, sabiendo que no se compone mundo, pero sí que es importante la labor de los buenos maestros.

 7. Sabemos de quienes entran a una nuevo grupo de saberes inciáticos con denominativo religioso, que asumen que tienen la verdad. Y están en su exclusiva razón. Y sabemos que a todos con los que platican cuando llegan a ese tema, impostan la voz y aseguran más que afirmar que el grupo de ellos es la verdad absoluta. Entonces tuercen la boca cuando les refutan, y miran como enemigos a sus amigos que piensan diferente, sin recordar que la tolerancia es uno de los valores en una sociedad democrática.

8. Lo mismo sucede con loa grupos políticos. Sin haber visto al película La sombra del caudillo, basada en la novela de Martín Luis Guzmán, ya no digamos sin haberla leído, que es más difícil, aseguran que los tres están equivocados, que ellos son los verdaderos adalides de la sociedad y que conducirán a la misma al reino de la justicia y equidad social. La novela y película homónimas muestran que en la lucha por el poder no hay personas, ideas y sentimientos de amistad que valgan. Entonces estos, no importan colores, denominaciones ni grupos políticos, miran con desdén y casi lástima a los simpatizantes de los otros.

9. Quien pensó, dijo y escribió que "solo la verdad os hará libres", sabía lo que estaba diciendo. No fue ocurrencia ni mucho menos. Fue una afirmación rotunda que reconoce la imposibilidad de conocer la verdad, si acaso se conocerán elucidaciones propias de lo que se adquiere mediante los sentidos, y se le da un tinte de razonabilidad para alcanzar cierta verosimilitud, pero la verdad ni nunca diría Parménides, aquel el que nació en Elea mucho antes del nacimiento de Cristo. Y no es que nos e crea que no existe la verdad. Solo que se argumentan sin razones, irreflexivas por demás, para tratar de demostrarla.

10. Y más allá de discusiones que no me llevan a ninguna parte, escuchemos música, esa bella manera de pasar el tiempo con vibraciones hacia el corazón y el cerebro. De nuevo Joan Manuel Serrat con Ciudadano (ese es otro tema: ¿quiénes son ciudadanos?): "Anónimos y desterrados/ en el ruidoso tumulto callejero/ con los vientos en contra va el ciudadano,/ los bolsillos temblando y el alma en cueros/ rotos y desarraigados./ Hablando a gritos,/  golpeando los adjetivos precipitadamente,/ asfixiados en los humos y en las gestiones,/ se cruzan y entrecruzan, sordos e indiferentes/ a salvo en sus caparazones./ A quién le importarán/ tus deudas y tus deudores/ o los achaques de tus mayores./ Así reviente el señor/ de miedo y de soledad./ Con Dios, ciudadano,/ ya te apañarás..."