Apuntes sobre voleibol y otros deportes

 1

Llueve en Villahermosa. Me acompaño de mi café y la calma. Música de Van halen, guitarrista mítico, uno de los mejores, que falleció ayer a los 65 años de edad. Descanse en paz.

Me han maravillado varios partidos internacionales de voleibol que he visto en internet. Una verdadera maravilla el trabajo en equipo. Los claves de alta especialidad, así como las salvadas que parecían imposibles. Han cambiado algunas reglas que conozco desde la secundaria. Pero en esencia es el mismo principio: hacer que caiga al suelo en la cancha contraria. Así de aparentemente simple y sencillo. Porque de aquel lado están seis jugadores o jugadoras especializados para que no caiga en su cancha sino en la de los rivales.

 

2. Yo nunca fui bueno para el volibol. Más, para ningún deporte. Jugué basquetbol a nivel de grupo. Y en lo individual haciendo retas en la normal. Aprendí lo básico. Hasta allí. Practiqué por tres años atletismo en la Normal, formando parte de la selección que representó a nuestra escuela en los Juegos internormales en Ciudad Madero 1978 y en Matamoros en 1979. Le sumaba puntos al equipo al quedar en las finales ocupando un modesto 4º o 5º lugar. Pero yo estaba orgulloso por varias razones. Por el uniforme completo que nos daban. Azul Marino para ir a Cd. Madero; y blanco para los juegos en mi pueblo.   Por practicar un deporte. Y por salir de viaje. No es fácil. Tampoco difícil.

 

3.

La escuela era una potencia estatal en varios rubros, uno de ellos en lo deportivo. El estado de Tamaulipas tenía 10 escuelas normales, por lo que los juegos deportivos y culturales anuales eran muy reñidos, muy fraternos. Aparte de lo cultural, la Normal de Matamoros, tenía excelentes selecciones en los deportes de conjunto: futbol, basquetbol y voleibol. Siempre llegaban a finales, y era común que obtuvieran el primero.

Ya he comentado que Mario Martínez Palacios, de mi grupo C, generación 75-79, era uno de nuestros deportistas más completos. Lo mismo participaba en atletismo, que en las selecciones de basquetbol y voleibol. Regresaba luego de los juegos con un cofre de tesoro con sus cinco o seis medallas de oro y plata. Con él fue que inicié en atletismo, siendo mis pruebas las de 800 y 1500 metros planos, las llamadas de medio fondo. Ni velocidad, ni resistencia. Medio uno, medio lo otro.

 

4.

Les decía del voleibol. He visto en internet  partidos profesionales. Tanto de hombres y de mujeres. Parece que tienen resortes en las piernas y en bat se convierten sus manos. La pelota que recibe el golpe se convierte en proyectil y alcanza velocidades que a veces rebasan los 100 kilómetros por hora. Parece increíble tal fuerza y destreza. Además cabe destacar que es un deporte de colaboración. Y que no hay roce entre los jugadores. Al inicio y al fin el protocolo de saludo forma parte de esa parsimonia de respeto. Que por cierto todo deporte debe tener. Lo que es llamado el juego limpio. Pero en algunos deportes, al ser de roce, los golpes a veces son inevitables. El voleibol destaca por eso. Por ser un juego de mucho respeto. 

 

5. 

En el año de 1974  la selección china de voleibol hizo una gira por nuestro país, enfrentándose a la selección mexicana. Mi pueblo Matamoros fue una de las sedes. A los maestros de educación física de nuestra escuela secundaria les dieron varios boletos de entrada a ese magno partido. Y ellos repartieron entre los alumnos. Yo recibí uno. Y asistí al Centro deportivo Eduardo Chávez, de la colonia Modelo.   

Allí vi de muy cerca a esos gigantes chinos y mexicanos enfrentarse en una batalla deportiva de primer nivel. Saques, acomodos, claves y salvadas inimaginables para un muchacho espectador de 14 años. A veces se echaban clavados muy cerca del público para salvar una pelota y lograr volverla a la cancha de juego.

 

6.

Con riesgo de dejar fuera nombres, destacaron en voleibol Cristóbal y Paco Maldonado; Héctor y Toñita Argüello Salas (QEPD); Edith Erevia Quintanilla; el ya señalado Mario Martínez Palacios, y muchos otros que dejaron siempre en alto el nombre de la escuela Normal J. Guadalupe Mainero. Seguro que en las vitrinas de la escuela están esos grandes trofeos con los que regresaban las selecciones luego de participar en los torneos.

 

7

Estaba en la charla ante estudiantes de universidad. De varias anécdotas para completar el tema. Y me acordé al final de la charla del tiro en la inauguración de la olimpiada infantil, una semana antes 2017. Me dice el organizador "haga un tiro inaugural, es lo que se acostumbra". Y tomé el balón y lo boté caminando rumbo al otro extremo de la cancha. Tres o cinco botes di. Y moví mi brazo en círculo para que los músculos recordaran cuando lo hacían hace como cuarenta años. Y ya en la linea de tiro me acomodé. E hice flexión de cuerpo, como resortear. Y respiré profundo. En el camino le había pedido a Dios: "ayúdame Dios, y no importa lo que me des de mal en el futuro”. Y lancé el tiro. Lo veo en el aire como en cámara lenta. Y en esa fracción de segundo sucedieron tantas cosas. Recuerdos de adolescencia en otras canchas. Y vi con claridad que iba un poco de lado, como para pegar en el aro en su parte interior y de allí saltar y salir. Y quizá en mi pedido a Dios, este gran señor de barbas se condolió como si pensara: "si vienen cosas malas para él, mejor le ayudo". Fue entonces que una brisa movió tantito el balón, lo suficiente para llegar y entrar. Aplausos. Y lanzando el brazo, y con sonrisa fuerte, grité de felicidad. El tiro. Y ya sé lo que seguirá. Me puse triste.

 

Otro día escribiré sobre el club de lucha olímpica y greco que con el maestro Chucho García creamos en la telesecundaria Revolución donde trabajaba en el año 1999. 

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