Componer canciones

 1.

Siempre he soñado con escribir una canción. Una buena canción. Digamos que una de las canciones más bonita del mundo. En sueños efectivamente se me presenta. Sea que yo mismo la cante. O veo que la canta un intérprete. Me doy cuenta que estoy soñando, pero creo que es lo suficientemente clara para recordarla al despertar y dale vuelo a la pluma y la hoja. Pero se borra toda en ese tránsito de soñar al despertar. No tengo absolutamente nada. Ni idea. Ni palabras. Y mucho menos la música. 

Ahora bien, despierto también sueño escribir esa canción. Mas a decir verdad nunca lo he intentado. He escuchado muchas canciones. De todo tipo, especialmente lindas. De prolíficos u ocasionalmente compositores. Y veo difícil no solo igualarlos. Sino escribir una canción medianamente buena, que le guste a mis dos o tres amigos.

 

2.

Por eso me llaman poderosamente las anécdotas del origen de las canciones. A veces llegan a ser leyendas. Cualquier momento aparece la chispa para el inicio de una canción. Usted, amable lector, puede dar recorrido con atención a varias canciones que le gusten, y verá que algunos versos son tan sencillos, y nos sorprenden que con ese inicio se puedan componer las más bellas canciones de nuestro cancionero nacional o internacional. Mi admiración y respeto por José Alfredo Jiménez, Armando Manzanero, José María Napoleón, Juan Gabriel, Agustín Lara, Álvaro Carrillo, Chava Flores, Tata Nacho, entre muchos otros. Claro son genios. También Luis Eduardo Aute, Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, Joan Manuel Serrat, y muchos más.

 

3

Dos de las que más cuento es la de Miguel Matamoros, cantautor cubano, quien comenta que en una serenata se acercó una señora con su niña para preguntarle que de dónde eran, porque la niña los estaba escuchando, y de pronto le preguntó: “mamá, de dónde son los cantantes; los quiero conocer; serán de la loma, o del valle”. Y que él, Miguel les explicó. La niña atenta,  le dijo a su mami: “mamá, entonces son de la loma”. de allí nació la famosa canción. Y la del estimado y sencillo cantautor mexicano,  Napoleón, que cuenta fue a la casa de sus padres, no tenía fama y menos dinero, y cada vez que iba, al recorrer la casa y patios, recordaba su infancia y miraba la casa deteriorada, recriminando se el fracaso del momento de no poder ayudar económicamente a sus padres, y en ese momento se dice a sí mismo: “total, Napoleón, si nada te llevarás cuando te marches”. Y que en ese momento se dio cuenta que tenía un verso, como la punta d ela madeja de una canción, y entonces le pidió a su hermano una pluma, un cuaderno y la guitarra, y que en media hora salió la canción. “Nada te llevarás cuando te marches, cuando se acerque el día de tu final; vive feliz ahora mientras puedas, quizá mañana no tengas tiempo para vivir tu despertar…”

 

4

Desde la Normal tengo una guitarra. Aprendí lo básico desde la secundaria. Y en la Normal formé parte orgullosamente de la rondalla, grupo en el que interpretábamos mismas canciones que los éxitos de la Rondalla de Saltillo. Esa guitarra quien sabe dónde quedó. Ya acá en tabasco compré la mía en un viaje que hice a Mérida. La di prestada y me la regresaron quebrada. Mucho antes en secundaria había comprado una guitarra eléctrica con dinero de la beca federal que recibía. Una vez me traje una guitarra de Harlingen, casa de mi sobrina Jeiny, con el pretexto de entregarla a su dueño, que era mi cuñado, se la entregué, pero me la regaló; y llegó casi sin querer a Tabasco. Luego me la robaron. Era una guitarra tejana. Luego he tenido otras. Económicas, por supuesto, pero siempre dispuestas a acompañarme en mis tribulaciones soñolientos de componer una, tan solo una canción. 

 

5.

Ayer revisando noticias, casual me encontré con una buena canción, compuesta en 1988, y que me informo ha sido tomada en España como himno a la resistencia contra la calamidad del coronavirus. Aquí va:  

Cuando pierda todas las partidas/ Cuando duerma con la soledad/ Cuando se me cierren las salidas/ Y la noche no me deje en paz/

Cuando sienta miedo del silencio/ Cuando cueste mantenerme en pie/ Cuando se rebelen los recuerdos/Y me pongan contra la pared

Resistiré, erguido frente a todo/ Me volveré de hierro para endurecer la piel/Y aunque los vientos de la vida soplen fuerte/ Soy como el junco que se dobla,/ Pero siempre sigue en pie

Resistiré, para seguir viviendo/ Soportaré los golpes y jamás me rendiré/Y aunque los sueños se me rompan en pedazos/ Resistiré, resistiré

Cuando el mundo pierda toda magia/ Cuando mi enemigo sea yo/ Cuando me apuñale la nostalgia/Y no reconozca ni mi voz

Cuando me amenace la locura/Cuando en mi moneda salga cruz/Cuando el diablo pase la factura/Si alguna vez me faltas tú/

Resistiré, erguido frente a todo/ Me volveré de hierro para endurecer la piel/Y aunque los vientos de la vida soplen fuerte/Soy como el junco que se dobla,/Pero siempre sigue en pie

Resistiré, para seguir viviendo/ Soportaré los golpes y jamás me rendiré/Y aunque los sueños se me rompan en pedazos/. Resistiré, resistiré

Sus autores son: Manuel de la Calva y Carlos Toro, integrantes del español Dúo Dinámico.

La canción nació de una llamada de Manuel de la Calva, miembro del dúo, al compositor Carlos Toro. 

Cuenta Del Toro  que le llamó su compañero de dueto: “con su eterno entusiasmo para decirme que tenía una idea para una canción. Le había impactado una frase escuchada a Camilo José Cela: "El que resiste, gana". Quería que compusiésemos algo en esa dirección". 

 

6

Tengo dos amigos  cantautores, aunque conozco a otros. Joaquín Domingo Ochoa Zavala, originario si no me equivoco de Tampico (es mi paisano) y radicado en Tabasco, donde desde hace años alegra reuniones con sus decenas de canciones de amor y desamor. La música es su motivo de vida, y la amistad le es sagrada. Asimismo El Pillín, joven compositor de varias canciones, como Vuelvan pronto, Permíteme tantito, y Juntos esta noche, entre muchas otras, ubicadas en las plataformas musicales conocidas como Spotify.  

Y la compositora Ludmila Samodaeva es muy diferente, porque ella compone musica para tocar en piano. Y de ella escribiré en otra ocasión.

  

7.

Mientras yo sigo con mis sueños en estado de dormido, a donde me viene una sola canción, y que tristemente al despertar no me acuerdo.  Mientras tanto “miro triste mi guitarra, y le echo flores, para ver si me motiva, a escribir una canción que se respete. Y sea como llave para romper indiferencias y logre que un porvenir de tanta dicha y alegrías.  Y la guitarra, sabiendo que Dios no cumple antojos, triste se aleja, y me deja en el camino de la soledad.  La, la, la.

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