Esas viejas canciones que nos llegan

 Compositores

 

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Ayer vi un video. En él miro a un hombre ya grande edad a quien entrevistan dos hombres también de edad. El entrevistado es el portorriqueño Pedro Flores. A la mayoría de personas ese nombre no les dice nada. Pero si les digo que es el compositor de Amor Perdido, Obsesión, Perdón y Despedida, entre muchas otras, entonces les han de dar las gracias, porque sus versos en canciones nos han acompañado de diversas maneras en nuestras vidas. No escapan que alguna o algunas sean parte de nuestra soundtrack de la película de nuestra vida, en la que somos el personaje principal.

Si somos el del error en una pérdida de la relación, entonces cantamos “Perdón, vida de mi vida, perdón, si es que te he faltado, perdón, cariñito amado…”. En cambio si hemos terminado una relación y eso ya no tiene remedio, nos ubicamos en un lugar bohemio, echamos quinto a la rockola y buscamos la de Amor perdido, si como dicen que vives dichosa sin mi, vive dichosa, quizá otros labios te den la fortuna que yo no te di… ni tú fuiste mía, ni yo para ti”.  Y si es una declaración de adoración, entonces buscamos Obsesión, la que interpretó Marco Antonio Muñiz y que dice así: Amor es el pan de la vida, amor es la cosa divina, amor es un algo sin nombre, que enloquece aun hombre por una mujer”. Y todo ello gracias al boricua Don Pedro Flores.

 

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En el video a Don Pedro Flores se le ve bien. Le sueltan una pregunta: ¿Y de tdas las canciones cuál es la que considera le quedó mejor grabada? El viejo compositor entrecierra los ojos, busca en la memoria, y sin dudarlo nombra la canción Despedida, que la interpretará y grabara por primera vez el mítico Daniel Santos. “Se tomó como cinco litros de ginebra. No le salía la canción porque en la parte donde habla de la madre, se soltaba a llorar. Esa canción yo se la escribí a él, porque Estados Unidos estaba ya en la 2ª gerra mundial, y Danielito, por su edad, iba a ser llamado para ir al frente de batalla, y antes de que lo llamaran le di la canción”. (Puerto Rico con la categoría de Protectorado ante y luego como estado, forma parte de los Estados Unidos.

Al escuchar esa declaración, no recordaba la canción, entonces busqué algún video de Daniel Santos donde la interpreta, y efectivamente dice: Vango a decirle adiós, a los muchachos, porque pronto me voy para la guerra, y aunque vaya a pelear a otras tierras, voy a salvar mi derecho, mi patria y honor. Yo ya me despedía, de mi adorada/ y le pedí por Dios que nunca llore/ que recuerde por siempre mis amores/ que yo de ella nunca me olvidaré”. Y en lo que sigue, es donde hace referencia Don Pedro Flores que Daniel Santos se soltaba en llanto y no podía continuar: “sólo me parte el alma y me condena/ que deje tan solita a mi mamá/ mi pobre madrecita que está vieja/ quién en mi ausencia la recordará. Quién me le hará un favor si necesita/ quién la recorrerá si se enfermara/ quien le hablará de mi, si preguntara / pr ese hijo que nunca quizá volverá. / Quién me le rezará si ella se muere/  quien pondra una flor en su sepultura/ quién se condolerá de mi amargura/ si yo vuelvo y no encuentro a mi mamá”.

 

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Claro que esa canción nos pega a muchos. Por razones muy distintas. Don Pedro Flores refiere a la real guerra, la de destrucción, dolor sangre y muerte. La de novias sin novio, esposa sin esposo, hijos sin padres, padres viejos sin hijos. Y la relaciono con quienes tuvimos que dejar la casa por otro tipo de guerra, la económica. Entonces entra humo en los ojos, una basurita diría el amigo Jahuey, y nos cae toda la nostalgia como cubeta de agua fría.

 

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Leí luego de estos videos que don Pedro Flores hizo unas declaracion días antes de morir, y que sorprendieron mucho. “ "Yo no he sido músico nunca, no toco ningún instrumento, no conozco una nota musical. Yo no soy poeta, lo que tengo es obra de Dios. No sé ni porqué he hecho todo esto. Yo creo que Dios me señaló con el dedo y me dijo 'usted va a hacer canciones ahí para que la gente se divierta y ése es el destino de su vida'". El Maestro murió el 13 de julio de 1979 y sus restos descansan en el antiguo cementerio Santa María Magdalena de Pazzis en el Viejo San Juan.

 

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Y bueno, en estos apuntes diarios iré escribiendo sobre otros compositores, alguna anécdota y algo sobre sus canciones. Ya escribí sobre Napoleón y el origen de su canción Vive (nada te llevarás cuando te marches). Y no podrán faltar Don Álvaro Carrillo (si la ves, cancionero, dile que yo soy feliz); Agustín Lara (Acuérdate de Acapulco, María bonita); Chava Flores, A qué le tiras cuando sueñas mexicano, (a hacerte rico en loterías con un millón); Consuelo Velázquez, Bésame mucho (como si fuera esta noche la última vez); María Joaquina De la Portilla Greever, Alma mía (Si yo encontrara un alma, como la mía, cuántas cosas secretas le contaría); Armando Manzanero, Contigo aprendí; José Alfredo Jiménez, Ella;  y un gran etcétera.

En fin, que son tantos y tantos los compositores que han logrado dejar sus canciones para deleite y acompañamiento en las tantas situaciones que se nos presentan en la vida, por lo demás efímera, pero bella.

 

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Y ayer vibró México en la parte de los aficionados al beisbol, vibró, pero de coraje. Resulta que en la llamada Serie mundial se enfrentan Dodgers, de Los Ángeles, contra Rayos, de Tampa. En Dodgers, emulando a Fernando Valenzuela en los años 80, destaca otro pitcher mexicano, el sonorense Julio Urías. Zurdo, como Valenzuela, y ayer fue el pitcher abridor. El caso es que lo saca el manager en la 4ª entrada. El partido tiene volteretas de un lado a otro en el marcador. Llegan a la novena entrada, Tampa llega al cierre con marcador abajo con una carrera. Y con hombre en primera y  segunda base, viene un hit largo que el filder no logra atrapar de primera intención, y hace el tiro largo a home, tratando de evitar la segunda carrera (ya había entrado la del empate), solo que sucede el milagro para tampa y la desgracia para Dodger: el corredor de la carrera del triunfo va de tercer a home; el pitcher de Dodger recibe la pelota con tiempo, el corredor cubano frena porque al parecer queda en el inicio del tira-tira; pero se da cuenta que el pitcher al recepcionar la pelota hace un giro casi de 360 grados y se le sale la pelota de la canastilla del guante, y es entonces que a pocos metros el corredor cubano de Tampa llega a la base de home y golpea tres, cuatro veces la base con su mano, sorprendido de lograr el triunfo de esa manera cardiaca. En fin. Fue el cuarto partido, y están empatados dos, dos, en la serie que gana el que llega a cuatro, de siete. El partido es en Arlington, Texas, cuya disposición estatal permite entrada de un porcentaje de público. Y hoy a las 6 va el quinto juego. 

Mañana vuelvo con el tema de compositores. Y les confieso de antemano que soy un frustrado y permanente aspirante a compositor. Pero algún día, corazón, algún día.