Salgo a caminar

 Salgo a caminar, por la cintura cósmica del sur

1.

Hace quince días volví a caminar como ejercicio, esto a punto de llegar a mis 61 años. Meses antes había reparado mi bicicleta, y anduve como por veinte días rodando en mi colonia, respirando el aire matinal y sudando la gota fría. Ni recuerdo por qué la dejé. Y me enrolé de nuevo en el sedentarismo que enferma al cuerpo y por extensión a la mente. L apalabra sedentario la escuché por primera vez en secundaria. Cuando el hombre primitivo pasa de nómada a sedentario. La volví a escuchar cuando fui con el médico hace unos veinte años por problemas de estrés. “Debe usted de dejar el sedentarismo”. Yo me dije a mí mismo con toda la carga de orgullo: “y eso que tiene que ver”. Me explicó que usamos carro hasta para ir a la tienda que está a dos cuadras de la casa. Y que caminamos diez pasos para subirnos al carro rumbo al trabajo. Y lo dejamos en el estacionamiento lo más cerca posible a nuestro escritorio. Y fue cuando me cayó el veinte, como dicen.

 

2

Yo desde mi casa veía en las mañanas que vecinos de mi edad y algo menos pasaban caminando y saludaban. Y me dije: “han de salir no por gusto, sino porque el médico se los ha de haber recomendado”. Y nunca les pregunté. Solo que poco a poco me empezaba a dar cierta envidia de verlos pasar sudorosos. Y en ocasiones más tarde me los encontraba en el trabajo o cuando yo iba a otra oficina o en el sindicato de maestros. Y francamente los veía tranquilos, alegres, frescos, rozagantes, dinámicos. Entonces le volvía decir a mi mismo: “¿Y tú cuándo? Ya va siendo hora”. Y mi respuesta invariable era mañana, un mañana que se iba aplazando al tener siempre un día siguiente al hoy. Ese mañana no llegaba. Luego, sin síntoma de algo, ocasionalmente iba con el doctor. Me mandaba hacer análisis de sangre. Y los triglicéridos salían en el límite, en 150, que es el límite de normal, siendo el 151 ya el de alto. Aunque algunas veces anduve por los 450. Lo mismo el colesterol. Y lo mismo en las mediciones del azúcar. Dice el médico: “usted ya es prediabético; si no hace algo de ejercicio va alcanzar la categoría de diabético”. Y eso sí me calentó contra mí mismo. 

 

3

Ayer no salí a caminar. La lluvia cayó como de chubasco. Toda la noche. En Tabasco ha estado lloviendo mucho. Se cumplen 13 años de la gran inundación de 2007, donde se inundí el 80 por ciento del territorio tabasqueño. Y hace tres semanas nos inundamos de nuevo. Y ayer de nuevo. Yo le comento a mis amigos, vivo en área alta, pero miro las fotografías de cientos de personas que viven en partes que se inundan y en otras que no se inundaban, pero que ahora sí. La mayoría de fotos y videos que circularon ayer son de un área donde está la Central de Autobuses ADO. Cerca está un Chedraui. La secundaria federal No. 1; el Hospital de PEMEX.  Y es la bajada de una calle bella que se le conoce como Arboledas. Es una zona mayormente comercial. El agua llegó a un poco más de un metro. Y por supuesto muchos lugares más. Y llovía y llovía. Hoy de nuevo, con una ligera llovizna (pringa se dice acá), reanudé la caminata. Y reitero mi compromiso de no dejar de caminar en las mañanas, salvo fuerza mayor, hasta arribar a la última estación. Hoy fue una hora y 5 minutos. Lento, pero seguro. Además me hace sentir muy bien.

 

Damos por enterado que es benéfico caminar. Dejar el sedentarismo, evita o reduce el riesgo de muchas enfermedades.

He buscado información de lo bien que hace el caminar. Y anoto las siguientes:  

-Disminuye el riesgo de ser hipertenso

-Mejora sustancialmente la circulación, y en consecuencia la oxigenación de las células.

-Reduce el colesterol

-Previene la aparición de la diabetes

-Aumenta los niveles de vitamina D

-Ayuda a perder peso

-Evita la obesidad y los depósitos de celulitis

-Ayuda a tomar menos medicamentos

-Tonifica piernas, nalgas y abdominales

-Fortalece los huesos

-Ayuda a prevenir y por lo tanto reducir el riesgo de cáncer

-Fortalece el corazón

-Elimina o disminuye el estrés

 

 

5

De caminar quiero pasar a trotar para luego correr. No me es ajeno. Con pocas posibilidades de estar en selección en mi escuela Normal (donde se estudia para maestros) en basquetbol, porque había jugadores sobresalientes; y volibol nunca lo practiqué, así como tampoco el futbol, y mucho menos tenis, ya no digamos golf, la única opción que tuve fue el atletismo. Quedé seleccionado en 800 y 1500 metros planos. Por eso la caminata me ayuda mucho, y tengo el sueño de correr alguna carrera en el 2021. Aclaro, me pongo el parche antes que salga el grano, no importa que quede en los primeros lugares o últimos. Recuerdo el cuento en el que le preguntan a una amiga cuando la vieron con playera de carreras: ¿Apoco tú corres? ¿Eres de las buenas o las malas? Soy de las buenas, respondió ella. ¿Ah sí? Y ¿en qué lugar quedas? “Depende cuántos corran. A veces llego en el lugar 100 0 250. Los malos no corren”.

Y no importa el deporte que se practique. Lo importante es que el cuerpo tenga movimiento. Y entre más, mejor.

 

6

Saludo al maestro Jesús Alfonso Jagüey en su cumpleaños hoy. Él entrenaba conmigo en las prácticas de la Escuela Normal. Si no me equivoco, él era de 3 y 5 mil metros planos. Ahora es un excelente jugador de tenis. Que tenga salud y alegría.

 

7

Y yo salgo a caminar antes de amanecer. Como hace 43 años en la arboleda casi junto al pedazo de estadio municipal. Miro el amanecer a veces nublado y a veces el grandioso resplandor de la salida del sol. Y escucho ladridos y sigo. Y miro gatos que me miran y les tomo fotos. Y miro flores y lo mismo. Aquí la aplicación que utilizo de medida de pasos y metros me dice: “ha pausado, cariño, el ejercicio”. Continúo y me dice: “Ha reanudado el ejercicio, cariño”. Y me animo. Y recuerdo la canción que canta MercedesSosa:

Salgo a caminar/ por la cintura cosmica del sur/ Piso en la region 
mas vegetal del tiempo y de la luz/ Siento al caminar/ toda la piel de America en mi piel/ y anda en mi sangre un río/ que libera en mi voz su caudal. 

Todas las voces, todas/ Todas las manos, todas/ Toda la sangre puede 
Ser cancion en el viento./ 

Canta conmigo, canta/ hermano americano/ libera tu esperanza 
con un grito en la voz.

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