Sábado. Despertar, qué lindo, y agradecido. Y más si hay a la mano un café, con galletas de animalito, como en los viejos tiempos. Reflexiono sobre la vida, y más en estos tiempos de pandemia, que nos tiene bajo arraigo domiciliario. Pero ya pasará. La vida es el grato destino del ser. La vida bella es un concepto de amarla sin restricción, aún con sus aristas, que nos corta metafóricamente a frente. Y seguimos sin más, con la pasión de vivirla. Las tantas cosas que tiene, como esta en novedad de platicar con los amigos y amigas de la escuela secundaria. Recordar a los maestros, y varios de los sucesos, de cuando estábamos chiquillos -12-15 años, en el despertar de la vida y por lo que hemos pasado. El despertar al amor, el compartir alimento, las tantas actividades escolares, el regaño y castigo cuando alguna conducta afectaba a otros, pero sobretodo la aventura juvenil del vivir. Todo esto lo escribo con taza de café a la mano. Con el aroma que inunda el ambiente.

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