El café convoca a la alegría

 Un café de mañana me convoca a la alegría y a la nostalgia. Me acompaña al amanecer cuando me maravillo por la luz del nuevo día, y cuando agradezco por mi vida y salud. Me habilita para el movimiento y me motiva a escribir. A la alegría me convoca porque es tan corta la vida para ocuparme en sufrir. Y a la nostalgia porque soy los recuerdos que tengo. Y es grato evocarlos. Antes de dormir me sucede: recorro en mi mente los diez mejores recuerdos. Y así inicio mi plácido sueño para viajes del alma, que me lleva asimismo a lugares conocidos o desconocidos. Esta alma mía es juguetona. Y a veces enlaza algunos recuerdos bellos previos a dormir y los mete de contrabando en los sueños. Y dan ganas de no despertar. Sí, gracias al café. Buen día, a tí y a todos. Tenemos siempre un café pendiente.