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En 2014 tenía reunión de trabajo en la sep, Conalmex Unesco, Ciudad de Mexico. Siempre me gusta caminar y salgo con tiempo del hotel. Me maravilla la arquitectura de la ciudad, me detengo en los puestos de revista. El hotel era el Sebastropol, en Pesado. Dos horas de reunión y la salida a hacer el retorno caminando. Desde la bajada de dos niveles sentí malestar en mi pie izquierdo. Mas no le di importancia. Unas cuadras más, y me fue imposible seguir. Me senté en una banca y luego, arrastrando la pierna me fui a la calle más próxima de circulación. Y en taxi llegué al hotel. Como pude subí a la habitación. Me acosté, durmiendo quizá una hora. Pedí mi comida en servicio al cuarto. Y saltando en un pie, abrí, me entregaron los alimentos.
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En la tarde noche logré salir con dificultades para la farmacia y compré unos medicamentos. Pero al día siguiente era mi vuelo a Villahermosa. Y no sabía cómo iba amanecer. Le marqué a Enrique Renteria, vicepresidente de Wfuca Unesco. Le expliqué. Y mi dijo: "no te preocupes. En este momento te puedo llevar a una clínica, o como sugieres, mañana a la hora que me digas voy por tí y te llevo en silla de ruedas hasta entregarte a la tripulación de tu vuelo". Yo quería atenderme en Villahermosa. Y así le hicimos.
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Al día siguiente, ya restablecido en un 80 por ciento fui con una doctora. Me auscultó. Me dijo: a simple vista no se ve nada mal. Pero sospecho que puede ser algo cerebral". Y me explicó. Todo movimiento y funciones de nuestro cuerpo se genera por órdenes del cerebro, como si fuera una computadora de mandos y órdenes.
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Henry I era el hijo más joven de Guillermo el Conquistador que vivía más de 60 años. Al igual que otros reyes del período, organizaba fiestas y cenas.
Una noche, y sin escuchar el consejo de sus médicos, comió una gran porción de lampreas, su pato favorito. Las lampreas son una antigua variedad de peces semejantes a una anguila. Luego de comerlas, Henry cayó enfermó y murió poco después.
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Con lo que me comentó la doctora sobre que el cerebro es el que manda órdenes en toda movimiento y funciones, me explico que ya está acostumbrado a recibir un tipo de comida y ya tiene cantidades y tipo de jugos gástricos para soltar y pueda haber digestión. Pero le metemos como 8 mezclas (rajas, salpicón, cochinita, costilla, aparte las mezclas de refresco, y se cuatrapea, entonces da la orden de parar todo para que no haya digestión. Como sidijera: "imprudente, desconsiderado, suicida, bruto este tipo".
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Otro caso famoso de indigestión:
Al filósofo francés del siglo XVIII, Denis Diderot, le encantaba la comida y muchas veces comía en exceso.
En 1784, después de cenar con su esposa, agarró un damasco para el postre. Su esposa lo regañó por comer tanto y el no le hizo caso, pero murió momentos después de consumir la fruta.
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Yo tenía 13 años. Un vecino, cuyo papá tenía tienda, me invitó al "zumbido", así se le decía a la zona de tolerancia, cerca de nuestras casa. "No, yo no tengo dinero", le dije firme el no. Lo del dinero él fácil lo resolvía tomándolo de la caja de la tienda. Mi "bueno", tímido, no se escuchó así. Y fuimos. A lo que íbamos. A los pocos días mi madre se dio cuenta por mancha amarilla en la ropa interior. Se lo dijo a mi papá. Al día siguiente me llevó con Vélez, el doctor con quien trabajaba. Mi papá ya le había explicado. Así que escribió la receta con indicaciones de penicilina. Solo dijo: " usa condón, cuando vayas allá". Pero nunca jamás volví a ir. N8 nunca.
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Y aquí ando , recordando algunas vicisitudes de salud de mi vida. Sin olvidar los empacho infantiles que mi madre curaba como maga sin tanto aspaviento. Solo que la máquina esta nuevecita. Y de eso ya llovió. Algo débil, con tratamiento, a fruta, atole y avena. Aún no sostengo al caldo de verduras. Anoche lo vomité. Y pensando en ser más precavido en todo. Nunca más claro, el nada con exceso, todo con medida. Gracias a todos por sus mensajes.
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