Amor perdido

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A veces se canta "Amor perdido", en referencia al término de una relación, que ciertamente dicen que dolió. Pero el tiempo locura lo cura todo. Así de sencillo y fácil. Dicen que sucede. Ni experiencia tengo sobre el tema de perder un amor. Porque estoy cierto que el amor no se pierde ni se destruye, solo se transforma. Ah, no, eso es la materia. Decía, el amor no se pierde sino cambia de domicilio y de código postal.

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Si no es perdido ¿entonces es que muere? Las flores lucen espléndidas, y luego se secan. La juventud es maravillosa, solo que también termina aunque parece eterna. Así ha de ser el amor. Solo que Erich Fromm en su libro "El arte de amar", afirma que existen varios tipos de amor, y los detalla: el erótico, el carnal, filial, maternal y otro más que hacen referencia que el concepto es amplio y por lo tanto abarcable y generoso. Solo que por dolencia y agradabilidad nos quedamos solo con el concepto relacionado al de pareja, sea cual fuere esta.

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El amor a la lengua es muy discutible y fácilmente memeble (de memes). Hay quienes dicen que les gusta aprender muchas lenguas. Quizá quieren decir idiomas. Y sí, hay quienes aprenden de muchas lenguas. Lo cierto es que el idioma es una lengua que habla un considerable número de personas. Recuerdo que el maestro Dante Ruggeroni, que en la universidad Juárez nos impartía la cátedra de Lingüística (el libro era de Fernando de Seassure, "Sosir", lo pronuncia él) nos decía que las lenguas son seres vivos que nacieron, crecen, se desarrollan y mueren. Ejemplo de lengua muerta: el sánscrito. De lengua viva:el español. De nueva lengua: el spanglish. Y claro nos daba más ejemplos.

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Entonces volvemos al tema. Existen muchas formas y manifestaciones del amor. El más puro dicen que es el de la madre a un hijo o hija. Cierto. Inicia y termina hasta que, allí sí,  la muerte los separa. Esto es de manera normal y general. Aunque claro que hay sus excepciones, los cuales de vez en cuando aparecen en la nota roja, sea por herencias, o por malos cuidados en la ancianidad.

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Un ejemplo del padre que por amor cuida al hijo anciano es de un video que ha circulado mucho.  Un anciano de 90 años está ante el juez y el tema de la comparecencia es que el señor es acusado de conducir su auto a alta velocidad en área escolar. "No señor juez, mi edad no lo permite. Solo en caso de emergencia", le dice. "¿Y cuáles son los casos de emergencia?", refuta el juez. "Cuando llevo a mi hijo al médico", contesta serio y preocupado el viejo. "¿Y cuántos años tiene tu hijo?" "63". El público allí se sorprende. Algunos ríen. El juez juega un poco al decir que "usted es un mal ejemplo para mi hijo que está presente (lo señala y la cámara lo enfoca, este ríe y alza la mano en señal de aprobación), porque va a querer que cuando yo tenga su edad, de 90 años, lo lleva a todas partes".  "Usted es un ejemplo de padre de familia sobre la que está basada la sociedad estadounidense. Esta oficina se desiste y queda usted libre de cargos", le dice. El hijo de 60 años esta discapacitado.

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Pero Maria Luisa Landín con su "Amor perdido" paso a la posteridad porque esa canción fue un éxito con ella, y de muchos otros cantantes que recurren a estos tipos de canciones que nunca pasan de moda. Y esta es de las que inclusive pierden mucho si le cambian el arreglo inicial. Es decir, así como un tipo de notas son la identificación de algo, alguien, empresa o equipo, etc, así la de Amor perdido con su inicio. Mi, sol, sol, fa, etc. Y entonces cuando la lumbre del amor llega a los aparejos del olvido, entonces nos da por tomar la guitarra y encaminarnos a esta canción. Y otras, por supuesto, escritas para el ¡ay, dolor!

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Cabe precisar qué esta canción "Amor perdido"es del portorriqueño Pedro Flores, y que la Landín no la quería grabar porque ya había sido grabada por otra cantante y por ella misma en dueto con su hermana. Pero la presionaron y se convierte en un gran éxito. De tal manera que después de Las Mañanitas es la más cantada en México y América latina.

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El amor de madre ni se duda. Es la que dice no tener hambre para  que coman los hijos cundo hay poca comida. O come de lo que dejan los hijos. Yo dejé a mi madre a los 20 años cuando me vine a trabajar a Tabasco. Y aunque cada año iba a echarle su vuelta, yo miraba la alegría de ella (y mía, por supuesto, esta la sentía) y luego su cara de tristeza cuando miraba ella cómo iba cargando mi auto con las maletas y amarrando cosas arriba, en la mañanita en que era mi salida para el viaje de regreso a Villahermosa.

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Una vez, como varias, la llevaba al super para hacer el mandado de ella y lo que yo compraba para mi estancia. Y en el momento de pagar, saco mi cartera, y ella más rápido, como pistolera del oeste, saca el billete para pagar. Y me dice: "no pagues hoy, porque tú andas de viaje con un montón de gastos. Yo sé lo que es eso". Y claro que me entró humo en los ojos. Porque precisamente en ese viaje por algunas razones que no recuerdo, andaba corto de dinero. Solo para la gasolina y para lo altos pagos de caseta. (Tamaulipas no tiene casetas de paga).

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El amor de padre a hijo, aunque se muestra menos, son más serios (somos), pero en general nos enseñan a trabajar, y cuando somos estudiantes de familias pobres, no sabemos lo que dejaron de comprarse para pagar una cooperación a escuela o colegiatura o uniformes. Recuerdo cuando yo 18 y Martha 17, había quedado de ir al cine, y yo no tenía dinero, se lo dije a mi padre, sacó un billete y me dio para la entrada, palomitas, refresco, de una denominación propia aunque limitada, para dos personas.

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Ahora entiendo esa ocasión de cuando ya estaba yo anotado en lista para viajar a Villahermosa, Tabasco, y ocupar una plaza federal de maestro. Y ya estaba la fecha fijada, que sería dos o tres días después. Él estaba acostado en un catre. Era de tarde. Me acerco y le expliqué sobre mi viaje ya muy próximo y la cantidad que costaba el boleto del Autobuses de oriente (ADO). Levantó la cabeza. Se me quedó viendo impresionado. y me dijo: "no tengo dinero. Además estas vacaciones no me fuiste ayudar". Ahora comprendo que era su forma de decir que no quería que me fuera lo que para todos nosotros era el otro extremo del mundo. Él lo podía conseguir. Le era muy fácil. Pero no lo hizo. Tenía la esperanza de que yo no viajara al no conseguirlo. Pero le falló. Y heme aquí.

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Mi padre de vez en cuando cantaba. Y una de esas era "Amor perdido". Si como dices que vives dichosa sin mí, vive dichosa.. etcétera Y sacaba un cigarro y cuyo humo le rodeaba la cara. Y reía. Y pasaba a otra canción: "nadie sabe lo que gana quien pierde una mujer". Y seguía platicando de sus andanzas en Guanajuato, de mojado Estados Undos, y los primeros años en nuestro Matamoros querido.

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Diría Erich Fromm, y el amor a las plantas y animales, que es desinteresado, genial, luminoso, y que San Francisco de Asís, dejó huella con su inconmensurable amor a todo animalito al dirigirse a ellos como "hermano lobo", "hermana hormiga", "hermano conejo". Y ese amor nunca se pierde. Allí sí no cabe el canto de María Luisa Landín.



 

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