¿Pudo ser distinto?

¿Pudo ser todo de otra manera?

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Hay quienes se ufanan que fueron capaces y tuvieron las agallas suficientes para cambiar su destino. De origen humilde, lograron convertirse en multimillonarios, estrellas de la farándula, o de la industria del entretenimiento. Cultura del esfuerzo, también se le identifica de esa manera con cierto timbre de orgullo. Y ostentan lujosa casa o rancho en comparación con la pobreza del origen. Pero no burlaron ningún destino, sino que precisamente ese era su destino.

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Desde antes de saber el significado de las palabras "arquitecto" y "destino", escuchamos reiteradamente que uno es el arquitecto de su propio destino. Reflexionamos luego sobre esa expresión y mucho tiempo luchamos denodadamente por torcer el destino que nos viene señalado, y no es que fracasemos, sino que la vida nos va llevando por otros derroteros, otros rumbos, otras rutas. 

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A los doce años me regalaron el libro "El hombre mediocre", de José Ingenieros. No lo leí. Solo por referencias sé que es allí donde dice que "el hombre es él y sus circunstancias". Entonces como la circunstancia de origen de cada uno de nosotros es distinta, así también el destino de cada quien es distinto de acuerdo al lugar donde nacimos, crecimos, amamos y donde nos dimos de topes contra la pared. Y así mismo somos muy diferentes en nuestra manera de ser.

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Hay quienes se ufanan que fueron capaces y tuvieron las agallas suficientes para cambiar su destino. De origen humilde, lograron convertirse en multimillonarios, estrellas de la farándula, o de la industria del entretenimiento. Cultura del esfuerzo, también se le identifica de esa manera con cierto timbre de orgullo. Y ostentan lujosa casa o rancho en comparación con la pobreza del origen. Pero no burlaron ningún destino, sino que precisamente ese era su destino.

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Los griegos tenían oráculos, lugares a donde llegaba el ciudadano griego a consultar sobre el destino de su hijo recién nacido. De tal manera que Sófocles escribe Edipo Rey, una de las tragedias más conocidas, donde los padres del personaje acuden a dicho lugar y escuchan con terror y dolor la predicción: "este niño matará a su padre y cohabitará con su madre". Por supuesto que es una tragedia lo que se avecina en unos cuantos años. Así que hay que evitarla a toda costa.

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Los padres del niño eran reyes. Así que llaman a un sirviente, el más discreto, y le ordenan lleve a ese niño a lo alto de la montaña y lo abandone para que lo coman los animales. Y así lograrían burlar el fatal destino programado. Pero el sirviente se apiada del niño y lo regala a una pareja en la montaña. Y pasan los años. Los suficientes años. Dicho rey en una ocasión se encuentra a la mitad de un camino estrecho a un joven. Ambos van en carruaje. Y estando a la mitad uno tiene que retroceder para ceder el paso. Ni el joven ni el rey ceden y se enfrentan en duelo. El joven mata al rey, que era su padre biológico. Y la tradición mandata que quien mata al rey se desposa con la reina viuda. Así que siendo este el caso, se convierte en pareja y cohabita con su madre biológica. El destino vaticinado por el oráculo de Delfos se cumple.

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Y para enfatizar más lo trágico, por eso es un clásico literario, al enterarse la madre de que su nuevo esposo es su hijo, y que este mató a su padre, se suicida, y el hijo, Edipo, horrorizado y sintiéndose culpable de los hechos concatenados, se saca los ojos. Así, marionetas del destino, el cual cumple los designios al pie de la letra, sin menoscabo del dolor que causa, y sin detenerse por la tragedia que vaya a ocurrir.

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No hay vuelta de hoja. Lo que tenía que suceder es lo que sucede en todos los casos. No hay escapatoria. Naciste en un lugar. Vives en otro. Regresas o no para vivir en tu lugar de origen. Te quedas a radicar en otra parte. Y en esa parte te suceden cosas que nunca te iban a suceder en donde naciste. Etcétera, etcétera, etcétera. Y ese prodigio del amor específico y general se da solo en circunstancias ya escritas "por la mano de Dios", designios que por cierto son inescrutables e inexorables (ni se discuten, ni se evitan ni se evaden).

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Recuerdo mucho el caso de Ricardo Aldape Guerra, un mexicano condenado a muerte en los Estados Unidos, allá por  1997 del siglo pasado. Para que haya un indulto en Estados Unidos se requieren muchas condiciones. La pena de muerte tiene candados legales para que nadie escape de la silla eléctrica, o inyección letal.  Pero fueron tantas las peticiones de indulto, de varios sectores de la sociedad, principalmente de Derechos Humanos, tanto de Estados Unidos como de México, que finalmente el gobernador George, W. Bush firmó el indulto. 

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Ricardo sale en libertad, y siendo ya un caso mediático, TV Azteca como buitre, tratando de aprovechar la publicidad de su caso durante 15 años que estuvo preso, lo firma para una telenovela, le da un jugoso adelanto económico, se compra un poderoso carro Jetta versión ultra, y muere en un accidente automovilístico en la carretera de Matehuala, San Luis Potosí  cuatro meses después de que había logrado lo que nadie antes ni después: evadir la muerte mediante el indulto.

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Y esto sucede en tragedias, pero también sucede en las historias de amor rosa, donde las circunstancias de coincidir en tiempo y geografía, logran que se den casos que, muchos de ellos, se llevan a la pantalla. Y eso precisamente es lo que detalla la canción Coincidir, "tanto tiempo, tanto espacio, y coincidir".

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A principios de julio de este año que viajé por autobús de Matamoros a Monterrey, ese mismo día en la madrugada se accidentó un autobús que transportaba enfermos derechohabientes del IMSS que tenían cita en Monterrey. Murieron creo que trece. Otros quedaron heridos. Y viajaban la mayoría de ellos con un familiar. Solo que el destino, el inexorable, "tenía previsto" que sucediese el accidente saliendo de Reynosa. Si el camión pasa por ese lugar antes o después nada de eso "hubiera" sucedido.

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Pero efectivamente hay más. Un primo que trabaja en imss Matamoros me habló días antes. "Prmo, se que vas a viajar a Monterrey.  Va a salir un camión fletado por nosotros (imss). Y hay un lugar para ti, y te ahorres el viaje". Así me dijo, le pregunté a qué horas salía. "A las 3 am, pero hay que estar a las 2. Todavía va a pasar el bus por Reynosa  por otros compañeros". Yo no quería viajar de madrugada y le dije que no, que gracias  que ya había comprado mi boleto. 

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Me da risa siempre que recuerdo el meme de "Eluviera sí existe," en referencia a que siempre andamos diciendo: si "hubiera" hecho esto, o lo otro, si "hubiera" tomado otra decisión, si no "hubiera" viajado, etc. A lo que se le dice: "el hubiera no existe". Hasta que a un individuo padre de familia al nacer niña y demostrar que sí existe, a su hija le puso el nombre de Eluviera.

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¿Realmente lo que te sucedió y marcó pudo ser de otra manera? ¿Así lo crees? Efectivamente pudo ser de otra manera solamente si hubieras crecido en otra familia, otra ciudad, otro país, y si hubieras nacido en otro tiempo. Lo que te sucedió para bien o mal fue así y no pudo ser de otra manera. Nos hizo falta tiempo.

*Las fotos son tomadas de internet 

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