Si Dios escribiera

1. Mientras tanto allá en la guerra como en el cielo, las cosas suceden, se dijo para sí. Es que estaban en plena discutidera, de que si Dios existe o de que no, y no se ponían de acuerdo, ni llegaron a un armisticio; terminaron de tomar el café, cada quien pagó su cuenta, y dejaron de hablarse por varios días, hasta que de nuevo se encontraron en la misma mesa del mismo café.

2. ¿Es necesario que discutamos sobre ese tema?, preguntó uno. El otro no sabía que contestar, y sin embargo, reprendió respondiendo que sí, porque realmente Dios sí existe. Y el otro que recibió de nuevo la ofensa, que realmente no lo era, si entre necios cada quien puede aferrarse a una cosa, "¿y qué?" Y el otro ya más calmado le dijo que finalmente la paz entre ambos era necesaria y mejor hablaran de otras cosas más provechosas. "¿Y por qué?" "Porque somos amigos, solo por eso". "Ah"
3. Ayer comentábamos sobre qué escribir. Y comenté que se pueden escribir cartas a una tía que ya murió y que quisimos mucho, a una maestra de preescolar que de niños nos trató bien, y ya de adultos otra maestra no tanto. Y también se le puede escribir una carta a Dios. "¿A Dios?" "Sí, aunque no tenga tiempo de leerla, de tantas ocupaciones que tiene". "O quizá sí la lea –dijo otro–, porque se supone que él esta en todas partes". Tienen razón ambos. Dije para sí.

4. Yo le escribiría a mis padres. Les contaría de lo que hago, de lo que anhelo, de lo que sueño. Pero sobretodo les agradecería esas compras de libros para la escuela y la comida que siempre estaba en la mesa por más pobre que fuera, por más sencilla. Y aún en la noche, cuando llegaba con hambre a eso de las 12 de la noche, porque saliendo de la escuela a las 9 pm, me quedaba un rato con mi novia. Ya sabe Dios a qué se queda uno cuando se queda más tiempo con la novia. 
5. Y también le escribiría una carta a Dios. No porque la lea, sino para ejercitarme en la redacción de textos. Querido Dios (o querida Diosa), sé que todo lo sabes. Pero recuerda que un crucificado, en aquellos tiempos de la Roma antigua, exclamó en agonía "Dios mío ¿porqué me has abandonado?" Si tu memoria no te falla seguro que has de acordarte. Por tanto lo escribo ahora, Dios, por qué has abandonado al sifilítico, al tuberculoso, a la putæ, a quien la vejez en grado de decrepitud le llegó tan de pronto y sin familia.   
6. Plusvalía, salario, producto interno bruto, modos de producción, explotación del hombre, lobo del hombre, empiristas, racionalistas, pugnas entre cerebros con saberes, a como sea, lo importante es lo que sucede en la mesa del pobre. Y si tu poder es infinito, oh, gran Dios o Diosa, y sin que te escudes en el libre albedrío, o no hay mal que por bien no venga, o Dios da las pruebas fuertes a los mejores guerreros, nos cierto todo eso, Dios, digo, no lo escribo, solo lo pienso cuando me asaltan las dudas. Sé que te importa y haces tu parte, pero quisiéramos en nuestra voluntad que hagas más, por no ser suficiente en nuestro pensar, ante lo que fatalmente sucede.
7. Muchachas y muchachos, escriban sobre lo que quieran, sean textos literarios o no. En el caso de la narrativa sean cosas que se cuentan, que le suceden a personajes, describan los ambientes en que sucedan las cosas, algunos detalles, cuenten de manera vertiginosa, como con ritmo, y no se detengan a pensarlo mucho, peroque por tratar de hacerlo mejor por la crítica que no falta, se contienen y se quedan con la frescura que debe tener la narrativa.
8. Sean concisos y precisos. Lo contrario es verbi y gracia (antiejemplo este texto). Dicen que si lo breve es bueno, es entonces dos veces bueno. Pero como ejercicio extiéndanse primero en escribir varias cuartillas -lo más que puedan- y luego en las correcciones tachen, quiten, poden, que de manera sarcástica algunos escritores dicen que ellos solo corrigen y en ese sentido lo que hacen es destacar que uno tiene que corregir de manera constante, aunque no hasta la exageración de romper todo y volver a empezar, aunque cuando es necesario no duden en hacerlo, que el bote de la basura tiene hambre y por fortuna está cerca mientras tanto.
9. Hay un libro de cartas que sería bueno conseguir. Se llama cartas desde la Rue Tailbot, de Willy Saroyan, escritor californiano de origen armenio. En este libro escribe cartas: a Dios, a un vendedor de periódicos, a una tía guapetona que lo quería mucho, a una maestra de los primeros grados, a un jefe en el trabajo, y varias más. Lo cierto es que no hay que dejarse llevar que Tabasco es tierra de poetas y a fuerza quieran ser poetas, que esta señora no se posa en cualquier hombro, y la narrativa tiene sus bemoles, pero es una posibilidad en el escribir, y los géneros para hacerlo son variados, siendo conocidos el cuento, la novela, la carta, el ensayo literario, la crónica literaria, el relato, leyenda, fábula. Así que anímense.
10. Yo me pongo a pensar que si Dios fuera escritor, que por cierto no tiene necesidad, porque de existir sería el mejor artista con su obra de la creación, pero digo si fuera escritor, seguro escribiría la historia de la creación natural del universo. Y entonces allí podríamos enterarnos de qué va la cosa. O es probable que ya lo haya escrito solo que esos textos han de estar ocultos o perdidos, pero han de encontrarse.

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