La vida, maravilla de maravillas

1. He visto miles de pájaros volar, y hacer figuras con rapidez, sin chocarse entre ellos, y pareciera que es al azar, como que no saben lo que hacen, y cambian de figura, su formación es distinta, y vuelven a cambiar, sin equivocarse y siguen en su vuelo. Uno se queda asombrado porque lo hacen con la rapidez del vuelo. Sobretodo con exactitud. Cuando tenga oportunidad obsérvelos y maravíllese poniéndoles atención.  La naturaleza es la maravilla. Y la inteligencia no es propia ni exclusiva de los seres humanos. O al menos no es el mismo concepto de inteligencia. Decimos que los animales son racionales porque el concepto de razón y de irracional es el que hemos construido con base a nuestras limitaciones de enfoque.

2. Veía yo en la premiación de los juegos panamericanos que les entregaban, aparte de la medalla, una cajita con un objeto en forma de pájaro. Investigué, y es la representación del pájaro Liu o Siete colores. Una minusculidad de vida. Ambos nombres lo tienen por sus características. EL primero por la onomatopeya de su canto. El otro por los exactos siete colores vistosos de sus plumas. Y vi en video cómo se cortejan. Su hábitat es los juncos y el agua. Y cómo construyen su nido. Este alrededor de una vara de junco y a cierta altura del agua. Y uno se sorprende al enterarse que en caso de subir más el nivel del agua, y al alcanzar el nido, este tiene un mecanismo de construcción que les permite flotar para subir y bajar con el nivel. Una maravilla.

3. Damos por hecho todo lo que sucede, sin reflexionar de las maravillas entre las que vivimos y suceden a nuestro alrededor. Quizá son las prisas y preocupaciones muy humanas. Ayer cuando llovía y hoy mismo, nublado, nos muestra esa fase del ciclo del agua. Cuyo tema vimos desde primaria. Y lo aprendimos de manera mecánica. Pero ver llover. O ver cómo se levanta en vapor. O sentirlo por el calor húmedo. Y ver las nubes negras, viajeras, que se acercan, pasan por lo alto, y se vierten en nuestra área o pasan simplemente. Es una maravilla. Y pensar que el agua es el líquido vital por excelencia.

4. A veces entre un colibrí y en su peculiar vuelo ronda las flores del jardín. Y se desplaza como torbellino de un lado a otro. Y lo vemos detenerse como si posara para la fotografía. Y ubica la flor donde sabe que hay néctar dulce. Y mete su pico, como si hiciera el amor, que es el amor hacia la propia vida y la naturaleza de la que forma parte. Y brilla su plumaje minúsculo. Y sigue y vuelve y va y se aleja. Y recuerda uno las leyendas de que su presencia es mensaje de que alguien que falleció y estimamos, nos visita.

5. Tengo un lirio que da un ramillete de flores como si fuera fuente. Sus hojas lanceadas se reproducen rápido. Y lo curioso y maravilloso es el tallo que le brota donde vienen los botones que se abrirán en flor. Crecen de manera desaforada, como con prisa. Una tarde antes pueden tener unos 10 cm y  a la mañana siguiente ya están de 40 cm. Sorprenden porque en la lógica que manejamos no deberían de crecer tan rápido. ¿Y eso qué? Digo, la naturaleza pone el ritmo de crecimiento según como lo considera. Y a los dos o tres días se yerguen los botones y a los dos días las flores empiezan abrir como un rito de belleza de la naturaleza. Y las flores se van acomodando como si fueran fuente. Una maravilla.

6. Tenía meses que no visitaba una casita que tengo en el bosque. Tiene algunas plantas en su patio. Entre ellas una gardenia de unos tres metros de altura. Llegué sin que se diera cuenta. Estacioné mi auto. Y no se sentía el olor dulce de las flores. pero tan pronto me le puse de frente como a cuatro metros de distancia, y le empecé hablar, diciéndole, "ya vine, por si me extrañabas". Y poco a poco empecé a sentir que su olor peculiar empezó a inundar el ambiente. Puede uno creerlo o no. pero así fue.

7. Una mata de papaya brotó en el breve espacio del jardín de mi casa (2x 7m). Creció muy propia en ese espacio. Cuando alcanzó como los cuatro metros empezó a echar flores, pero las tiraba. Y así como por cuatro años. Ni alcanzaban a formarse las pequeñas papayas que  indicaran un futuro de las frutas grandes y dulces. Y yo he soñado con esas papayas, su dulzor, etc. pero solo las flores y al suelo. Hasta que un día le dije a una de mis hojas: "el sábado próximo me ayudas porque voy a quitar ese árbol de papaya, que ni frutos da. Lo dije fuerte para que me oyera, si es que oyen. El sábado siguiente no tuve tiempo. "Será para el otro", le dije a mi hija. Y para nuestra sorpresa agradable para el sábado siguiente tenía ya unas pequeñas papayas como de cinco centímetros. Y al madurar eran de las más grandes que yo haya visto. No exagero, pero eran como de 40 cm. Así dio como por cuatro años, hasta que un viento fuerte la quebró por mitad, cayendo las papayas que tenía al techo de la casa vecina, a quienes pedí permiso para recogerlas.

8. He visto niños que pueden imitar el canto de decenas de aves. Va diciendo el nombre y le acompaña el sonido. Y goza el niño. Y gozamos quienes le escuchamos. ¿Cómo descubrió el niño esa facultad que tiene. ¿Cómo se aprendió los distintos cantos. Es una maravilla la conjunción de su talento, sus cuerdas bucales, su oído, su memoria. Y he visto adultos imitando a decenas de voces de artistas famosos. Me maravilla igualmente escucharlos. Lo mismo hacen la voz de Roberto Carlos, que De Vicente Fernández. O Juan Gabriel, Agustín Lara y José Alfredo. Y mujeres que imitan a cantantes mujeres como la Dúrcal, Rocío Jurado, Lola Beltrán, etc. Una maravilla.

9. Un montón de maravillas tiene la vida, que sería prolijo abundar más en ellas, y el espacio tiene su límite. El pensar es una maravilla. El imaginar lo es. Con nuestra memoria traemos como película a rostros, barrios, familiares muertos, ambientes de infancia, rostros de amigos que hace años no vemos, sabores de la comida que hacía la abuelita o nuestra madre. O sentimos la sensación de besar y abrazar a los amores d nuestra vida. Y una maravilla los sueños, cuando no son pesadillas, o aunque lo sean, son asimismo maravillas.

10 En el disco Campesina, de Joan Manuel Serrat, en su inicio, el amado cantautor español recita este fragmento de un poema de Walt Whitman, que refiere a este milagro de coexistir con las maravillas: "...Para mí, una brizna de hierba no vale menos que el/ camino que recorren las estrellas, e igualmente perfecta es la hormiga,/ y que también lo son así un grano de arena y el huevo del zorzal,/ y la rana arbórea es una obra maestra, digna de las más maestras,/ y la zarza mora pudiera adornar los aposentos del cielo,/ y en mi mano la articulación más menuda hace burla de todas las máquinas,/ y la vaca, rumiando con la cabeza inclinada, es más bella que cualquier escultura;/ y un ratón es un milagro capaz de asombrar a todos los incrédulos..."

11. Y de Mario Benedetti: " EVamos mengana a usar la maravilla/ esa vislumbre que no tiene dueño/ afila tu delirio / arma tu sueño/ en tanto yo te espero en la otra orilla/ si somos lo mejor de los peores/ gastemos nuestro poco albedrio/ recupera tu cuerpo / hacelo mío/ que yo lo aceptare de mil amores/ y ya que estamos todos en capilla/ y dondequiera el mundo se equivoca/ aprendamos la vida boca a boca/ y usemos de una vez la maravilla.". Hoy, en este  presente, única manifestación del tiempo, sigamos disfrutando la maravilla, como los jardineros: mientras podemos.


 


 


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