La siempre jovial Sheyla en sus 89

 1. A Sheyla Dorantes la conocí de vista hace apenas pocos años. Luego escuchaba su nombre en eventos y la miraba en fotografías con algunas de sus amigas y familiares. Un buen día le hice unas calaveras literarias para un noviembre. Ella correspondió creo ese mismo año o al siguiente. Y sin saludarnos físicamente  sentí que es de las personas que uno debe conocer, entrevistar, escuchar, aprender. Por eso me dio gusto recibir invitación para celebrar su cumpleaños. Sábado10, noviembre. 2.30 de la tarde.

2. Me pidieron que confirmara y confirmé. Orgulloso y alegre como niño, comento que los sábados de 9 a 1, recibo dos clases de Filosofía en la UJAT, una de metafísica y Ética. ¡Qué presumido! Así que me iría directo a buscar el salón, ya con la ubicación recibida vía mapa.Así que a la salida de clase hice tiempo. Aproveché para mandar una tarea pendiente. Y de allí me dirigí con lentitud al salón del convivio. Sin mucho batallar y dentro de mi ruta habitual, llegue sin problemas. Amenazaba lluvia.

3. Las indicaciones era que habría una mesa de caballeros. Así que tan pronto al entrar me fijé cuál podría ser. Estaban casi todas vacías por lo tempranísimo de la hora. Pero coincidí en la llagada con la festejada. Nos saludamos. Agradecido yo or la atenta invitación. Y ella, generosa, me agradece "al contrario, que usted me acompañe". así me dijo, y uno se siente bien. Empezaron a llegar los invitados cuando la lluvia ya estaba a punto de dejarse caer, y cayó con la intensidad conocida por los tabasqueños. Cuando cae, cae en exceso.

4. La mesa nuestra se fue ocupando en los espacios disponibles. Así llegó Irma Lucía Fernández con Graciela Bourregard. Luego Jorge Priego Martínez. E inmediatamente después Mar De la Cruz y Ruth Pérez Aguirre. Todos ellos muy amables y de mis aprecios. Quedaba un lugar disponible. Sea el azar que defina quien. Y para mi grata sorpresa llega mi también amigo. Juan José Gálvez, periodista de los buenos. Las demás mesas igual, en poco tiempo ya estaban ocupadas con familiares y demás amigos. Entre ellos Martha Esquinca, Laurita Ocaña y a la Dra. Felipa Sánchez Pérez, directora d ella DCSyH de la UJAT.

5. La cumpleañera disponible para las fotos. Para pasar de mesa en mesa saludando y agradeciendo la compañía. se le veía radiante, más que de costumbre. Afuera llovía. Y ya me habían comentado que estos climas de mucha humedad le afectan en su salud. "Los bronquios", me especificaron. Pero ella como si nada, además que la entrada del salón tiene un techo que permite que la subida y bajada de los autos sea en seco, para bien de todos. De mesa en mesa fue agradeciendo y obsequiando un poema escrito en hoja azul enrollada, y sujeta con un hilo con chaquira. El poema escrito a mano. Ya me imagino el trabajal. Su mano escribiendo. Como dejando un poco de ella misma tanto en lo sensible que es un poema, como en el trabajo de escribirlo a mano.

6.  De botana entrada, para el hambre y entretenimiento, tostada de plátano macho, de dos salsas, queso y totopos con frijolitos sin par en sabor. Todo ello muy sabroso.Y luego la invitación a la taquilla. Yo en verdad tenía hambre. Pero vi que pronto se hizo la gran cola, y al instante los regresaron porque fueron sin plato, así que aproveché el desconcierto y directo me fui con el mío, para ser de los primeros. Qué sabrosos. Dos de tonga, sí señor. Y dos de chicharrón. Para chuparse los dedos de lo sabroso. y había de salpicón y rajas con crema. Más platanitos fritos. 

7. Previo a la comida, el brindis. Uno de sus hijos pidió la palabra y nos invitó a brindar por la cumpleañera. Breves palabras y el salud tradicional y protocolario. Todos levantamos la copa y el vinito tinto y deseamos amorosamente salud a la festejada, la amiga Sheyla. Luego de la comida invitaron a Mar De la Cruz, excelente poeta para que leyera el poema que ya había circulado en obsequio para los presentes. Y Mar hizo gala de su experiencia no solo en lectura pública, sino en el énfasis correspondiente para transmitir el sentimiento de la escritora.

8. Una probadita, como manjar, de lo que escribe Sheyla. "¿Cómo amar?": "¿Ya no puedes dormir? Pues es la hora/ para decirle a Dios cuánto lo amas;/ agradecer que aún piensas y te llama/ en el nombre del padre/. Que le adoras./.  Tal vez ese silencio que atesoras/ en cada madrugada, ahí en tu cama/ sea quien dicte a tu alma, en tierna llama/ ¡el señor te ha creado y tú lo añoras!/. Nunca lo olvides: al seguir sus huellas/ el amor al hermano, sus bondades... y al ascender verás bellos paisajes: Desde tu alma  verás mil cosas bellas, / tu ser amalgamado a ese paisaje,/ tendrá el mismo fulgor que las estrellas/."  

9. Que grande es Sheyla. Su alma generosa. Su espíritu libre y bello. Que grande en ese don de ser persona, que no cualquiera. Que´generosa, darse en la amistad. Darse en la siembra de cariño. Y cosechar sonrisas, buenas vibras, aprecios. Forjar en la vida no el acero de la dureza, aunque sí el temple, pero forjarse en buenas acciones, en la mirada generosa, en pensar en el bien hacer, el bien decir, el bien escribir, en el bien tomar los pinceles y darse en los colores en las formas. Ser en lo que se piensa y hace. Ser dándose, generosa, festiva. Que grande de corazón es Sheyla. Y me parece que la miro en sussus años anteriores, plena, orgullosa en la sencillez. En el apretón demando, en el abrazo. 

10. Yo miré a mi amigo Juan José Gálvez, el tumbapato (así se les dice a los oriundos de Macuspana), el periodista de los unos en la pluma, hacer el movimiento de que ya se va. Y tomé valor para irme a mi compromiso del taller literario. Y al despedirse Juan José de mí, le dije, "yo también tengo que irme". Y fuimos juntos, para agarrar valor, a despedirnos por hoy de Sheyla. Y nos dijo "¿Por qué tan pronto"". Ya habíamos comido y platicado. Aunque no por eso. Yo dije: "sabes que tengo mi taller literario a las 4". Y Juan José: "Tú sabes que yo tengo el control en casa". Y reímos y nos tomamos una selfie, testimonio digital del cariño. Y me quité sin despedirme de mis amigas y amigos de la mesa. Mi cariño y aprecio igual para ellas y ellos.

11. Posdata: No me despidí, porque tenía que irme, y en las despedidas me da por querer quedarme y sufro. Por cierto. Nuestra amiga poeta Ruth Pérez Aguirre presentará su reciente libro publicado, el próximo jueves a las 6 pm, en el Lobby del hotel Viva, en Villahermosa. Por allí nos vemos. 

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