Él esposo cumplía años. Su esposa lo invitó a salir a tomar una copa. Salieron. "Aguanta otro poco", le dijo ella, cuando él le dijo que ya quería retirarse luego de dos horas de estar en ese bar. Y se le hizo extraño que ella hiciera tiempo. Hiciera tiempo. Él ya se quería regresar. Y ya al oscurecer al fin regresaron. Ella dos pasos adelante, abrió el cerrojo de la puerta. El aprovechó para sacar un hacha y partirle la cabeza. Con una mano la sostuvo por la cintura y con la otra dió vuelta a la perilla y abrió la puerta para luego encender la luz. Y al instante escuchó que gritaron ¡Feliz cumpleaños!

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