Sed
Tenía sed y estaba en el desierto. Y ya desesperanzado, a punto del desmayo, alcancé a ver en el horizonte una coca cola. Logré alcanzarla, todo un hito. Y le pregunté si había otras. Y dijo que no, que era la última. La verdadera y última cocacola del desierto. Y se montó en el horizonte y yo tras de ese refresco único.
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