Elogio de la derrota
1. No eres tú. Soy yo. El triunfo es tuyo. La derrota es mía. Y así siga corriendo el tiempo hasta el final. La derrota es la medalla que luzco, como general que tiene bajo su mando solo a sí mismo. Y levantarse como si nada. El triunfo es tuyo de la engañosa y fugaz esbeltez y dureza eterna.
2. Las tantas derrotas me dejan cicatrices y me enseñan qué vamos de paso. Yo en este nació frágil que el viento mueve en el proceloso mar de la vida. Y tú vas en ese trasatlántico del engaño banal. En las omodidadey del sí señor, del lujo sanitario.
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