Por ti doblan las campanas

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Hace días falleció Suylén Milanés, en La Habana Cuba,  hija de Pablo Milanés, a quien queremos tanto desde hace muchos años, desde cuando lo conocimos a través de sus canciones, allá por 1978-1979. Eran sus primeros éxitos, y en esa edad de los 17 andábamos muy receptivos a todo lo que tuviera que ver con composiciones musicales fuera de lo comercial. Esas las cantaban Facundo Cabral, Silvio Rodríguez, Alberto Cortés, Athaualpa Yupanki, Eugenia León, Tania Libertad y muchos otros.

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Suylén estuvo internada algunos días, y fatalmente falleció. Desde el accidente los doctores dieron un diagnóstico de daño irreversible, y de allí el desenlace, doloroso, de su muerte a los 50 años de edad, plena y en una etapa muy creativa y con conciencia solidaria de trabajar para un "nosotros".

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Cuando me enteré en ese momento escribí unas palabras de solidaridad para el cantautor cubano. Y alguien por allí, al leerlo, me dijo: "¿Para qué lo haces si no te va a leer"? Y mi respuesta: "no lo hago por eso. Lo hago por necesidad de expresarme solidario ante el dolor de un padre ante la muerte de un hijo, que a todos nos puede suceder, y no me lo quiero ni imaginar siquiera".

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A Pablo Milanés lo vi en 1980 aquí en el teatro Esteranza Iris, de Villahermosa, Tabasco. Vino con Silvio Rodríguez y Alejandro Díaz "Virulo". Esa vez yo solo traía para el boleto de entrada y ni siquiera para quedarme en un hotelito de media estrella a la salida. Radicaba en Jalpa, apenas con algunos meses de recién llegado, y ha sido la revelación perfecta el ver a tres de los más conspicuos representantes de la "nueva trova cubana, a como se les nombraba. En esa época me permitieron saludarlos en sus camerinos. Sencillos, alegres, fraternos.

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A la salida, ya a eso de las 11: 30 de la noche, pedí posada en el Hotel Oriente, de la calle Madero. Meses antes, cuando recién llegamos a Villahermosa, en ese hotel nos habíamos hospedado. Y se lo comenté al recepcionista, quien muy amable me dio una habitación gratis. "Mi hermano, claro que me acuerdo, con mucho gusto. Yo no pude ir a verlos, por mi trabajo, pero que bueno que tú sí fuiste", así me dijo, generoso y solidario.

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Cada canción era una delicia, desde las amorosas, con otra manera distinta de decir el te amo a la mujer querida, y la conciencia de participar en el sueño utópico de liberar a nuestros pueblos de la pobreza y explotación. Las canciones de Silvio y Pablo las conocíamos por los dos o tres discos que habíamos escuchado en los descansos de esas farragosas y conspirativas reuniones normalistas. Y fue una revelación estimulante escuchar el humor inteligente de "Virulo"  en cada una de sus canciones. Si no lo ha escuchado, búsquelo en Sp0tify, amable lector. (Claro, si gusta de ese género de humor inteligente)

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Con un problema cerebrovascular (derrame) desde el jueves 27 de enero, Suylén fue internada en el Instituto-Hospital de Neurología y Neurocirugía de La Habana, donde le diagnosticaron  muerte cerebral. El domingo 30 se detuvo su corazón. Pablito Milanés se encuentra en España, y delicado de salud, por lo que informó su esposa Nancy Pérez, que no estarían en Cuba, y que "Pablo está sereno porque desde el diagnóstico de muerte cerebral sabía el desenlace y lo ha ido sufriendo desgarradoramente dentro de la extraordinaria fortaleza que tiene".

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Suylén es una de las hijas de Pablo Milanés, junto con  Haydeé, Lynn y Lian. Ella asimismo se dedicó a la música, como su padre, así que tuvo varias facetas, tanto como cantante, productora y generadora de empresas y festivales de música alternativa: cantante del grupo Yarini's, creadora  del proyecto Somos (de mujeres emprendedoras en los varios ámbitos de la industria musical), presidenta del festival de la música que fusiona lo electrónico con la música afrocubana, etcétera.

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"...Nadie es una isla por completo en sí mismo; cada hombre es un pedazo de un continente, una parte de la Tierra. Si el mar se lleva una porción de tierra, toda Europa queda disminuida, como si fuera un promontorio, o la mansión de uno de tus amigos, o la tuya propia; por eso la muerte de cualquier hombre arranca algo de mi, porque estoy ligado a la humanidad; y por tanto, nunca preguntes por quién doblan las campanas, porque están doblando por ti…“ .

John Donne.